Por toda Europa, los imponentes edificios donde antes se sacrificaban las reses se han ido rehabilitando para sacrificar al arte y la cultura, de preferencia contemporáneos. Lo he podido comprobar en los antiguos mataderos de Madrid, en el Campo Boario en Roma y lo acabo de comprobar en Les Abattoirs de Toulouse.
Guiado por viejo amigo Rodolfo, pude visitar este museo de arte moderno y contemporáneo, no lejos de la poderosa corriente del Garona y de la plaza del Dr. Maurice Pujol “médico de los hospitales y de los pobres” (1883-1972) en el barrio de Saint-Cyprian.
Cerca del museo nos hubiese gustado dar unas vueltas sobre el rinoceronte del Beau Manège, el romántico tiovivo de los años 30, rehabilitado por la Asociación La Machine. Pero este histórico juguete no es para quienes nacimos no mucho después de su época dorada, cuando aún lo movían sus mecanismos originales.
Así que nos contentamos con verlo girar para disfrute de la infancia.
LOS ‘JUGUETES’ DE LA FAMILIA SMITH
En cualquier caso, ya dentro de Les Abattoirs, nos sentimos inmersos en el ambiente adecuado para un ludópata del arte, las creaciones de Tony Smith y de sus hijas, Kiki y Seton, en una amplia exposición temporal. La verdad es que podríamos extendernos sobre varios aspectos de la colección permanente, pero la familia Smith nos ocupó casi toda la visita.
La pasión serena por las estructuras primarias
Tony Smith (1912-1980), arquitecto, pintor y escultor, domina la muestra con sus juegos de formas, trufados de cálculo matemático, resultado de su habilidad combinatoria y geométrica.
Fue uno de los primeros minimalistas en los años 60 en los Estados Unidos, en quien muchos se han inspirado y del que no pocos han copiado.
Muchos le hemos admirado a través de sus obras antes de saber a quién se debían.
Cuando se analizan sus trabajos, se comprende mejor que, en este como en otros campos de la creación humana, una forma aparentemente simple puede ocultar complejidades (y obsesiones) insospechadas.

Combinatoria a partir de tres formas básicas de la Serie Louisenberg. Dibujo deTony Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig
Narrativa mitológica
Kiki Smith (1954-) es hija de Tony. Junto con su hermana Seton vivió inmersa en el ambiente artístico de la familia (el taller del padre y la carrera de bailarina renombrada de la madre).
De niñas, las hermanas ayudaban al padre a construir los dodecaedros y tetraedros de sus proyectos escultóricos.
Me centro aquí en tres de sus esculturas, dos de ellas de acentuada carga simbólica.
Una visión feminista de la creación de una Eva de edad madura a partir de no se sabe bien si de la costilla de un Adán licántropo o de una loba primigenia.
La siguiente es una expresiva alegoría de la mujer como hija de la gacela
La tercera es parte de un conjunto titulado “La Anunciación”.
Recrea a un flotante mensajero de aire misterioso y mudo. Una especie de portador de ambiguas nuevas que parece reservarse, dejándonos el trabajo de adivinarlas.
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De la fotógrafa de la familia, Seton Smith (1955 -), no he registrado directamente las obras expuestas, pero pueden apreciarse algunas fotografías de adustos paisajes, que creo recordar son suyas, en el fondo de la sala donde se exponen varios formas minerales de su padre.
El próximo domingo volveremos con más cosas de Toulouse.
Por el momento, escapando del calor que hacía aquel día, podemos imaginarnos engullidos en el interior de las refrescantes entrañas del pez del Beau Manège. Al fin y al cabo dicho acto, surrealista y bíblico, no desentonaría cerca de las esculturas de Kiki Smith.
