Portada del libro del Profesor Marco Bussagli
A mediados de noviembre, mientras tomaba un café en la cantina de la Stadsbibliotek de Gotemburgo, hojeando Le Monde me topé con el nombre de Marco Bussagli, mi profesor y amigo durante mi año de estudios de Arte en Italia.
La crónica del corresponsal de Le Monde en Roma, Philippe Ridet, comenzaba así:
Marco Bussagli, historiador y profesor de Anatomía Artística de la Academia de Bellas Artes de Roma, contaba y recontaba en vano, no había lugar para la duda. Encaramado, un día de diciembre de 1996, sobre el andamiaje que ceñía la pared del Juicio Final de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, entonces en plena restauración, ha visto que varios personajes presentaban una dentadura particular. En lugar de cuatro incisivos como todo el mundo, tenían cinco. Una anomalía que los odontólogos llaman “mesiodens”, o sea un diente suplementario entre los dos incisivos maxilares centrales
(NB: Nadie se había puesto a pensar sobre este fenómeno, hasta que Maurizio Rossi le hizo notar en 1986 el diente supernumerario de uno de los diablos del Juicio Final, al que el restaurador de la Sixtina no dio particular importancia, pero que desde aquel momento intrigó a Marco Bussagli y le condujo a seguir tirando del hilo. Aunque ya agradeció anteriormente en un artículo de marzo del 2005 la observación de Rossi, lo hace de nuevo en las páginas 122 y 123 de su libro)
Continúa la reseña de Le Monde:
Han pasado más de veinte años desde este descubrimiento sorprendente. Veinte años para preguntarse por qué Ludovico Buonarroti Simoni (1475-1564) llamado Michelangelo había decidido añadir un diente a algunos de sus retratos. La aparición en octubre del libro de Marco Bussagli representa a la vez la suma de sus reflexiones y el desenlace de su investigación
(Bussagli, Marco, I denti di Michelangelo, Milano, Ed. Medusa, 2014, 175 páginas, de las que 28 están dedicadas a utilísimas notas y valiosa bibliografía, ISBN 978-88-7698-312-2)
A mí me faltó tiempo para conseguir el libro vía internet y leerlo con detenimiento y admiración.
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I denti di Michelangelo o la polisemia de un rasgo anatómico
Sibila de Delfos Capilla Sixtina. Detalle del “mesiodens”
Tras haberlo leído dos veces y a pesar de su dimensión reducida este ensayo se da a la fuga por todos lados; son muchas las derivaciones y las pistas que abre al estudio de la personalidad, las preocupaciones, el pensamiento y el itinerario atormentado, pasional, sensual y espiritual de Miguel Ángel, como hombre y como artista, como pintor, como escultor, como poeta, como esteta, como amante secreto o platónico; a su conciencia cristiana, su sentimiento de culpa, sus creencias, sus oscilaciones entre la desesperación de la predestinación y la esperanza de la gracia; a sus preferencias teológicas, sus veneraciones, sus desilusiones.
Ya tenía yo un poco olvidada la larga vida y la extensa obra de Miguel Ángel que fueron como un vórtice que absorbía y reflejaba su compleja y turbulenta época. Bien lo resume Marco Bussagli al estudiar la aparición del quinto incisivo en una larga serie de fisionomías de las obras del genio toscano, recorriendo las más de cinco décadas que nos llevan desde el Cristo muerto de la Pietà del Vaticano, esculpido cuando era veinteañero (1497-1499), hasta la Crucifixión de San Pedro de la Capilla Paolina de Roma, que acabó a los 75 años (1545-1550).
Bussagli analiza sistemáticamente la nada casual presencia del mesiodens en frescos y dibujos de Miguel Ángel, así como en la Pietà del Vaticano, poniéndola en relación con las diversas circunstancias de la vida del artista y demostrando, mediante la comparación con otros arcos dentarios normales que aparecen en su obra, su intencionalidad y su polisemia. Para ello aborda las posibles concepciones filosóficas, médico-anatómicas, gráficas y teológicas que motivaron su inserción del quinto incisivo en toda una serie de creaciones entre 1499 y 1550.
El libro parte de una premisa, la de que Miguel Ángel ocultó esta decisión iconográfica, y abre así un fascinante campo de investigación, desgranado en cinco temas.
Vesalius. De Humani Corporis Fabrica. 1543. Portada
I La cuestión anatómica y la correspondencia entre la idea de belleza y la de la simetría de las estructuras del cuerpo humano, en Vitruvio y Leon Battista Alberti o en la “fabrica” de Vesalio (De Humani Corporis Fabrica), y las relaciones de Miguel Ángel con médicos anatomistas de la época que señalaron la anomalía del quinto incisivo, como Realdo Colombo (De Re Anatomica) de quien fue amigo, o su conocimiento de los escritos del cirujano Michele Savonarola (Practica Major), tío de Gerolamo Savonarola, el famoso predicador, teólogo y líder toscano, a quien admiró y conoció el artista. Es significativo que en las portadas de los tratados de Vesalio y de Colombo aparezca Miguel Ángel participando en una disección. De ello se deriva el conocimiento que ciertamente tuvo el artista de la anomalía odontológica del mesiodens.
Realdo Colombo. De Re Anatomica 1559. Portada
II El tratamiento iconográfico del quinto incisivo desde los primeros dibujos de Miguel Ángel como metáfora del mal y del pecado. Bussagli rastrea sus fuentes literarias (Dante Alighieri) y gráficas (Andrea di Buonaioto), conocidas del artista desde joven, que probablemente explican su empleo de las anomalías de los dientes como figuración o signo del mal en sus varias modalidades.
Personje con mesiodiente. Escena de la serpiente de bronce. Capilla Sixtina.
III La abundante presencia en la Bóveda de la Sixtina (1508-1512) de personajes de la historia de la humanidad antes de Cristo con el quinto incisivo como señal de que, al no haberles alcanzado la redención, vivieron ante gratiam y estaban irremediablemente marcados por el pecado original.
En este capítulo van desfilando varios personajes de la Biblia o del paganismo con la anomalía en la boca. Quienes, por el contrario, representan anticipadamente la historia sub gratia muestran una dentadura armónica
Sibila de Delfos y el mesiodens. Capilla Sixtina.
Es un elemento más del ambicioso despliegue de Miguel Ángel que, como es sabido, estructuró los frescos de la bóveda de toda la Capilla Sixtina siguiendo la división de la historia de la humanidad en tres grandes etapas de Gioachinno da Fiore (1130-1202). Miguel Ángel se había familiarizado con esa concepción, muy popular en la teología medieval, a partir de varias fuentes que recuerda Bussagli, como la obra de Dante (que tanto influyó en sus Rimas y en diversos motivos de su obra), las predicaciones de Girolamo Savonarola en Florencia, o sus intercambios con Egidio da Viterbo en Roma. La bóveda de la Sixtina las recorre todas, desde el Génesis a la acción salvífica de Cristo y el Juicio Final.
El Juicio Final. Miguel Ángel. Capilla Sixtina (1537-1541)
IV El quinto incisivo en la pared del Juicio Final (1537-1541) es quizás el que mejor resume la pasión teológica, y el estado de contrición y angustia existencial de Miguel Ángel. A este respecto, el libro no olvida que en las intensas Rimas de Miguel Ángel se detectan alusiones al simbolismo de los dientes en la Divina Comedia y en la Biblia. Y es en los frescos del Juicio Final de la Sixtina donde puede decirse que culmina este proceso de alusiones iconográficas al mal original simbolizado por el mesiodens, que se repiten en condenados, esqueletos y diablos.
Craneo con quinto incisivo. Juicio Final. Ilustración M.Bussagli
Ha hecho falta un trabajo de veinte años de paciente investigación de Marco Bussagli para catalogarlos e interpretarlos a la luz del pensamiento del debate sobre la predestinación, que fue piedra de escándalo y conflicto en las pugnas teológicas de la época y una de las causas del cisma protestante. Hoy nos resulta difícil comprender que se muriese por ello y que el ponerse de un lado o del otro implicase a menudo graves riesgos.
Los condenados de la barca de Caronte. Juicio Final
No puedo resumir aquí el recorrido que hace el autor del libro por las principales polémicas religiosas de la época y por los autores antiguos y contemporáneos que servían para fundar o impugnar las varias concepciones al respecto (San Pablo, Pelagio, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Dante, Lutero, Erasmo, Juan de Valdés, el Círculo de Viterbo y Vittoria Colonna, Calvino, Gaspar Contarini, el autor del “Beneficio de Cristo”, Reginal Pole, Paulo III, Paulo IV, etc.).
Lateral izquierdo de los condenados del Juicio Final
Como bien recuerda Bussagli en su análisis, Miguel Ángel no sólo veneraba con amor platónico y admiración intelectual a la patrocinadora del Círculo de Viterbo, Vittoria Colonna (1492-1547), sino que comulgaba con las ideas de reforma conciliante de sus integrantes, que serían, a la conclusión del Concilio de Trento (1545-1563), declaradas heréticas.
Vittoria Colonna. Marquesa de Pescara (1492-1547)
Bussagli no zanja la cuestión, pero piensa que Miguel Ángel usó el mesiodens como signo de distinción entre condenados y bienaventurados, pronunciándose simbólicamente por las ideas del Círculo de Viterbo. No en vano es un Cristo temible quien envía a los infiernos a los condenados, con un gesto que ya en la época escandalizó por su aire inmisericorde. No era prudente decantarse por la idea de la predestinación (el servo arbitrio) cuando ya empezaban a arrojarse acusaciones de heterodoxia contra las posiciones luteranas.
Miguel Ángel. Juicio universal. El antro diabólico
El artista, prudentemente, ni siquiera a los discípulos más cercanos les reveló ese signo esparcido por las paredes de la Sixtina. Tan es así, que, como señala Bussagli, la enorme copia del Juicio Final de Marcello Venusti (bien cercano a Miguel Ángel), realizada en 1548, ignora los numerosos dientes anómalos, cuya presencia corrige sistemáticamente.
V El mesiodens del Cristo de la Pietà del Vaticano (1498-1499) y la cuestión del pecado original y su redención por la muerte del Hijo de Dios. El espectacular descubrimiento de Marco Bussagli del quinto incisivo en el Cristo de esta escultura juvenil de Miguel Ángel (tenía veinticuatro años cuando la realizó) y su luminoso análisis forman el ápice de esta magnífico estudio del profesor de la Academia de Bellas Artes de Roma, que demuestra que el pensamiento y las preocupaciones teológicas que mueven la iconografía religiosa del maestro toscano no son cosa de su vejez, como se ha estado diciendo, sino que parten de vivencias y reflexiones muy tempranas.
Pietà de Miguel Àngel.San Pedro. Roma. Foto R.Puig
En este capítulo explica detenidamente cómo Miguel Ángel empezó a esculpir desde su adolescencia en el Jardín de San Marcos de Florencia, inspirado por la notable colección de esculturas antiguas que los Medici habían reunido allí, y como por entonces pudo acceder al Libreto de la Doctrina Cristiana, manual muy popular escrito por San Antonino (1389-1459) que había sido prior del convento de San Marcos, en el cual la importancia del cuerpo de Cristo que asume los pecados del mundo es un aspecto cardinal. También conoció las enseñanzas de Savonarola y probablemente pudo ver la edición de su Predica dell’arte del ben morire (1495) que se abre con una xilografía que Bussagli reproduce, en la que el diente del mal truena en el centro de la arcada dentaria del demonio.
Portada del sermón de la Practica dell arte del bene morire de Girolamo Savonarola. Detalle
Así pues:
Miguel Ángel pudo tener modo de ver un ejemplo de mesiodens real en el círculo de sus conocidos, pero lo que seguramente orientó su elección fue la tradición iconográfica florentina y la predicación apasionada de Girolamo Savonarola, la cual, como ya hemos dicho, se alimentaba de las creencias populares que identificaban el pecado con la enfermedad y la deformidad, como signos de la ausencia de la Gracia divina
Quinto incisivo del Cristo muerto de la Pietà del Vaticano. Foto M.Falciani. Fabbrica di San Pietro
De forma críptica, el quinto incisivo del Cristo en brazos de la Virgen de la Pietà del Vaticano proclama que con su muerte carga en sí mismo todos los pecados de la humanidad y su sangre libera a los hombres de la culpa original (“qui tollis peccata mundi…”).
VI El Profesor Bussagli resume por último la evolución de las preocupaciones y de la religiosidad de Miguel Ángel entre Florencia y Roma y el recorrido “de diente en diente” de su libro:
Como se ve, la religiosidad de Miguel Ángel aparece atormentada y compleja, pero en todo caso cimentada en una inmensa cultura. El gran Buonarroti supo extraer de dentro de su propio lenguaje figurativo soluciones maravillosas y de una gran eficacia comunicativa, a condición de que se tenga la paciencia de buscarlas. Un ejemplo entre tantos es el de su autorretrato en la piel de San Bartolomé que, como la cuestión del quinto incisivo, ha permanecido oculta por siglos, dado que había escapado a gran parte de colegas, alumnos y estudiosos que han trabajado en la exégesis de las obras maestras miguelangelescas
La profundidad del pensamiento del genio toscano no es reducible a la pura ilustración del dictado teológico de otros (por muy elevado que sea) ni a la mera investigación estética. Su contribución activa, eficaz y competente que trasforma su obras en verdaderos tratados teológicos originales, en los cuales el texto escrito es reemplazado por la invención figurativa que conjuga pensamiento y belleza
El uso del mesiodens por parte del gran artista responde a la incoercible exigencia interior de Buonarroti de medirse con los grandes temas de la salvación y del pecado que han atormentado su extraordinaria existencia durante toda la vida
En definitiva el análisis de Marco Bussagli abre nuevas vías de investigación en el campo de lo que denomina la “fisiología del alma” y demuestra de nuevo su gran competencia en materia de Historia del Arte, de Iconología y de Historia de la Iglesia y de la Teología en Europa.
A título personal…
El libro de Marco Bussagli no quiere cerrar las abundantes pistas de estudio que descubre sino que invita a seguirlas. De hecho es como si nos revelase la punta visible de un iceberg en el estudio de Miguel Ángel cuando parecía que todo estaba dicho.
Así que, a partir de lo que este libro suscita, me arriesgo (seguramente sin decir nada nuevo) a apuntar algunas reflexiones de interpretación literaria y de especulación sobre las emociones de Miguel Ángel por la época de ejecución del inmenso fresco del Juicio Final.
Para ello, a las citas que de las Rimas hace Marco Bussagli me permito yo añadir aquí las alusiones al pecado, no en general, sino al misterioso pecado propio, cuya conciencia agobia a Miguel Ángel y del que se siente incapaz de liberarse y, por el cual teme, ser condenado.
Extraigo de un estudio de Umberto Maria Milizia sobre los sonetos de Miguel Ángel (digilander.libero.it/baraballo/umilizia/SONETTI.doc) las alusiones, en algunas de las rimas (números 293, 301 y 207 de la edición de Girardi) escritas en sus vejez por el artista (entre 1555 y 1560), a lo que llama el triste hábito, forma críptica de aludir muy probablemente a su homosexualidad, entonces condenada por la teología católica y penada severamente (Savonarola condenaba la sodomía que, según él, proliferaba en la Florencia licenciosa anatematizada en sus sermones).
De hecho Milizia dice en su estudio que “propende a creer que el poeta se refiera a un modo de ser suyo y particular, vista la frecuencia con la que esta terminología aparece en su cancionero”
Carico d’anni e di peccati pieno,
E col trist’uso radicato e forte,
Vicin mi veggio a l’una e l’altra morte,
E parte ‘l cor nutrisco di veleno.
Né proprie forze ho, c’al bisogno sièno
Per cangiar vita, amor, costume o sorte (…)
…
Cargado de años y de pecados lleno
Y con el triste hábito arraigado y fuerte
Cerca me veo de esta y la otra muerte,
Empero el corazón alimento de veneno.
Ni fuerzas propias tengo, que tu ayuda requiero
Para cambiar vida, amor, costumbre o suerte (…)
———–
(…) Se ‘l tuo di te cortese e caro dono
Non fussi, della vita che farei?
Del mie tristo uso e dagli esempli rei,
Fra le tenebre folte, dov’i’ sono (…)
…
(…) Si de ti tu cortés y don querido
No hubiese ¿qué haría de la vida?
De mi triste hábito y de los ejemplos reo,
En las tinieblas densas, donde yo me encuentro (…)
Júbilo homoerótico entre los salvados. Juicio Final. Miguel Ángel
Se lungo spazio del trist’uso e folle
Più temp’il suo contrario a purgar chiede,
La morte già vicina nol concede,
Né freno il mal voler da quel ch’e’ volle (…)
…
Si al largo espacio del triste y loco hábito
Más tiempo para purgarlo su contrario exige,
No lo concede la muerte ya vecina,
Ni freno quiere el mal de quien lo quiere (…)
(La traducción y la negrita son míos)
A este propósito, subrayaré que, del mismo modo que no reveló a nadie la presencia del diente de la predestinación, ni su autorretrato sobre el pellejo de San Bartolomé, tampoco Miguel Ángel justificó ante nadie las manifestaciones de homoerotismo dentro del grupo de los salvados del Juicio Final.
A mi modo de ver es un ejemplo del orgullo moral a contracorriente de Miguel Ángel, que finalmente, se reivindica a sí mismo y se considera salvado y redimido de todas las diatribas de la teología, de las persecuciones condenatorias, de los anatemas y de las miserias y contradicciones flagrantes que tuvo ocasión de ver en directo durante años en la Roma de los papas del Renacimiento.
Autorretrato de Miguel Angel sobre el pellejo de San Bartolome. Juicio Final
No sólo ironiza sobre el miserable estado al que le ha reducido el durísimo esfuerzo exigido por el fresco del Juicio Final, que le ha dejado en la sola piel, sino que deja un mensaje para la curia romana de su tiempo con su ostensible hipocresía, puritana hacia fuera y lasciva y libertina hacia dentro, y lo hace colocando entre los que se salvan a los que la teología moral imperante condenaba como sodomitas.
Parece como si en este grandioso trabajo pictórico de su vejez quisiera resolver simbólicamente el dilema angustioso que a menudo expresó en sus rimas:
Vivo al peccato, a me morendo vivo;
vita già mia non son, ma del peccato;
mie ben dal ciel, mie mal da me m’è dato,
dal mie sciolto voler, di ch’io sono privo.
Serva mie volontà, mortal mie divo
a me s’è fatto. O infelice stato!
a che miseria, a che viver son nato!
…
Vivo para el pecado, para mí muriendo vivo;
lo mío ya no es vida, que es del pecado;
mi bien viene del cielo, mi mal yo me lo he dado,
por mi libre querer, del que estoy despojado.
Sierva es mi voluntad, mi dios mortal
a mí se ha hecho. ¡Oh infeliz estado!
¡para qué miseria, para qué vivir soy nacido!
Rima 32 de la edición de Enzo Noè Girardi, Bari, Laterza, 1967 (la traducción es mía)
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Epílogo
El mesiodens reseñado por Marco Bussagli en el rostro del carcelero de la Crucifixión de San Pedro coincide con el final del trabajo pictórico de Miguel Ángel, a los setenta y cinco años, aunque siguió dibujando y diseñando.
A pesar de su avanzada edad, todavía dedicó los últimos años de su larga vida a su obra arquitectónica y a las que quizás sean sus más emocionantes esculturas. En una de ellas se retrató como Nicodemo
La Pietà Bandini con Miguel Ángel como Nicodemo. Fuente Wikipedia
Si tenemos en cuenta que los nicodemitas eran aquellos cristianos que fustigaba Calvino por profesar ideas protestantes sin manifestarlas abiertamente, no es del todo infundado que esta obra tenga también un mensaje oculto y un homenaje críptico a Vittoria Colonna, fallecida precisamente en el mismo año en que Miguel Ángel acomete este trabajo, y a las ideas de Juan de Valdés que en su círculo se profesaban.
Un año antes de la muerte de la Marquesa de Pescara, el artista le había dedicado una pietà de la que se conserva el dibujo
Pietà para Vittoria Colonna. Miguel Ángel. 1546. Fuente Wikipedia
De un modo o de otro, Michelangelo Buonarroti, siguió hasta el final dejando en sus obra las propias inquietudes y mensajes, acabando su vida con el cincel en mano, como la había empezado de niño, entre los humildes scalpellini de Settignano.
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Cronología de la obra de Miguel Ángel.
Una excelente cronología por géneros artísticos e imágenes de todas las obras se puede consultar en http://it.wikipedia.org/wiki/Opere_di_Michelangelo
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Publicaciones del Profesor Marco Bussagli:
En Italia no necesita presentación pero he creído útil presentar un listado (probablemente no exhaustivo) de los libros que, además del que estoy hoy comentando, ha publicado su autor, de muchos de los cuales hay ediciones en otros idiomas (sobre todo en inglés).
Los que están disponibles en español van en rojo y precedidos de un asterisco
1 Por un lado están los textos de Anatomía Artística, materia de la que es docente principal en la Accademia di Belle Arti de Roma:
http://www.accademiabelleartiroma.it/didattica/docenti/elenco-docenti/bussagli.aspx
M.Bussagli, Anatomia Artistica. Manuale di disegno. Il corpo nell’arte. Le ossa e i muscoli. Le proporzioni, Firenze, Giunti, 1996, ristampa 1998, ristampa aggiornata 2001.
M.Bussagli, Il nudo nell’arte. La storia. Temi e soggetti. Bellezza ed erotismo, Firenze, Giunti 1997, 1998.
M.Bussagli, Sotto pelle, Medusa, Milano 2003
M.Bussagli, Il Corpo umano. Anatomia e significati simbolici. Mondadori Electa, Milano 2005.
* El cuerpo humano, Sociedad Editorial Electa España, 2006
2 Las monografías de Historia del Arte y de Iconología:
Marco Bussagli, Antonello da Messina, 2014, formato Kindle (y Giunti Editore)
Marco Bussagli, Il paesaggio, 2014, formato Kindle (y Giunti Editore)
Marco Bussagli, Corso di disegno, Giunti Editore, 2013
*Marco Bussagli, Miguel Angel, Giunti Editore, 2010
Marco Bussagli, Arte americana 1620-1913, 2007
Marco Bussagli, Antonello da Messina, Giunti Editore,2006
Marco Bussagli, Angeli. Origini, storie e immagini delle creature, 2006
*Ángeles : orígenes, historia e imágenes de las criaturas celestiales, Editorial Everest , 2009
Marco Bussagli, L’uomo nello spazio. L’architettura e il corpo umano, Medusa Edizioni, 2005
Marco Bussagli, Michelangelo. Il volto nascosto nel «Giudizio». Nuove ipotesi sull’affresco della Cappella Sistina, Medusa Edizioni, 2004
Marco Bussagli, Pittura. Riconoscere gli stili, Giunti Editore, 2004
Marco Bussagli, Capire l’architettura, 2004
*Roma: arte y arquitectura H.F. Ullmann, 2004
*Marco Bussagli, Atlas ilustrado de la arquitectura, Susaeta, 2002
Fabrizio Pesando e Marco Bussagli, Pompei. La pittura, 2003
Marco Bussagli, Escher, Giunti Editore, 2003
Marco Bussagli, Bernini, Giunti Editore, 2000
Marco Bussagli, La via dell’arte tra Oriente e Occidente, 1998
Marco Bussagli, Bruegel, Giunti Editore, 1998 y 2006
Marco Bussagli, Benozzo Gozzoli, Giunti Editore,, 1998
Marco Bussagli, Storia degli angeli, 1995
Marco Bussagli, Piero della Francesca, Giunti Editore, 1993
3 De técnicas artísticas
Marco Bussagli, Disegno. Manuale completo, Giunti Editore, 2014
Marco Bussagli, Il disegno, Mondadori Electa, 2011
Marco Bussagli, Acrilico. Manuale completo. Materiali tecniche e realizzazioni, Giunti Editore, 2008
Marco Bussagli, Tempera. Manuale completo. Materiali metodi realizzazioni, Giunti Editore, 2006
Marco Bussagli, Prospettiva. Manuale completo, Giunti Editore, 2004
Marco Bussagli, Ritratto. Giunti Editore, Manuale, 2004
Marco Bussagli, Fumetto, Mondadori Electa,2003