Los escultores varones en Pilane 2019 son cuatro. La exhibición de esculturas es paritaria, aunque en el caso de los escultores hay dos (Tony Cragg de Gran Bretaña y Jaume Plensa de España) que mantienen su escultura del año pasado.
.
Anna de Jaume Plensa
Pero la novedad para el escultor español es que su Anna, que con sus catorce metros ha resistido impertérrita los ventarrones y las nieves de tres inviernos en la cima de Pilane (anclada en un pedestal de 20 toneladas), ha sido adquirida para siempre por el veterano Peter Lennby, promotor y director de Skulptur i Pilane – djur, natur och konst (“Escultura en Pilane-animales, naturaleza y arte”) desde sus comienzos en 2007.
La obra se instaló en mayo del 2016
Hubo que abrir una pista hasta la cima de granito, para que accediesen los grandes tractores que traían las piezas de fibra de vidrio y polvo de mármol para su ensamblaje.
Desde entonces es un hito en el archipiélago de Bohuslan que se divisa desde muchas millas a la redonda.
La superficie de la escultura ha comenzado a sedimentar en sus junturas la pátina del tiempo que los aires del mar y las partículas que el viento acarrea le van dejando.
.
La fauna ornitológica de Johan Creten
Algo tienen los enormes animales en bronce de este escultor belga que atrae a niños y adultos. Por una parte tienen un aire de humor cariñoso. Por ejemplo, este buitre de pico curvo que tendría gran dificultad para encontrar alguna carroña por estos parajes, en los que sería atacado inmediatamente por una bandada de airadas gaviotas.
Sobre las rocas más alejadas del parque el buitre y su vecino el murciélago contrastan oscuros con la blanca Anna que medita a centenares de metros en el otro extremo.
El murciélago con aspecto de vampiro parece inofensivo, aunque al acercarse hay un cartel que avisa: “Está permitido subirse a la escultura a su propio riesgo. No pierda de vista a los niños”. Estas esculturas participativas atraen especialmente al visitante.
Para facilitar la participación el murciélago tiene una escalera encima del espinazo.
La alada trilogía de este escultor belga, al que yo llamaría Johan de Flandes, se completa con lo que parece ser un águila expectante, en la que la vis cómica del buitre ya no está presente.
Así me lo parece por esa actitud vigilante y suspicaz, émula de las que la historia ha prodigado desde que se la adueñaron las legiones romanas, aunque sea belga y en Pilane resulte bastante inofensiva. Si me encuentro con el autor le preguntare queé esconde su título “the price of freedom”. De la reina de las aves como símbolo he tratado hace ya ocho años en este blog.
.
La fidelidad de Tony Cragg
El escultor británico, con taller en Alemania y Suecia, es asiduo de Pilane. Sus esculturas en hermoso bronce patinado parecen girar. Según sea nuestro punto de vista van mostrando perfiles humanoides que se encabalgan y se generan entre sí.
La escultura sigue en Pilane desde el año pasado, aunque colocada en otro rincón rocoso. El granito compite con el bronce en excitar nuestra imaginación con formas que parecen intercambiar secretas conversaciones.
.
Cuando el acero resplandece
Como el domingo pasado con las obras de las escultoras, también hoy terminaremos con dos obras abstractas de un conocido escultor británico que brillan y crean sombras, bajo el sol de Pilane y en distante contraste con la nívea Anna.
El monolito óptico de Shawcross podría titularse el tótem poliédrico. De hecho más que evocarme un menhir me hace pensar en alguna efigie venerada, de esas que erigían las antiguas culturas de América o Asia, aunque esta sea de acero inoxidable.
Con buenos zapatos y hábil equilibrio podríamos bailar a su alrededor nuestra danza sagrada mientras los vientos del mar alborotan nuestra cabellera. Un penacho de plumas también añadiría.
Y me digo yo, motivado por los vientos de Pilane, que en estos tiempos en que tantos se rapan al cero, debe de haber una diferencia en la forma de sentir el aire sobre nuestra cabeza, según que el cuero cabelludo se agite con vientos y brisas o que estos solamente resbalen sobre una piel lisa, redonda y calva. Yo podría explicarme sobre la primera de las sensaciones. Sobre la otra modalidad quizás algún lector pueda ilustrarme. Algo parecido podría especularse con la sensación de la lluvia sobre la cabeza. Todo esto sea dicho con todo respecto por las diferencias o identidades capilares.
Pero basta de divagaciones. Acabemos esta crónica mostrando el laberinto óptico del británico escultor (toda similitud con el del brexit es pura coincidencia.
Estas grandes esculturas modulares se sitúan habitualmente en las zonas llanas de Pilane.
En este caso es también participativa, es decir que se puede circular por su interior
Además el laberinto es realmente óptico, pues crea ilusiones según evoluciona la luz del día y el ángulo desde el que miremos.
A diferencia del brexit este es un laberinto sereno y bien anclado en la tierra
que recibe a todos sin excepción, y las aristas de las esculturas de Conrad Shawcross no hieren.
Aunque sean de acero sus obras son luminosas y suaves al tacto…