Habíamos dejado a Dante y a Virgilio en medio de una turba de avarientos que en el purgatorio purgan su avaricia con el creativo castigo de estar pegados a la tierra cuyos bienes tanto ambicionaron. Pero cuando se avecinan las fiestas navideñas es casualidad que cuatro cantos más adelante los versos de Alighieri y los grabados de Doré nos prevengan contra el vicio característico de estas fechas : la glotonería.
Sì come i peregrin pensosi fanno,
giugnendo per cammin gente non nota,
che si volgono ad essa e non restanno,
così di retro a noi, più tosto mota,
venendo e trapassando ci ammirava
d’anime turba tacita e devota.
Ne li occhi era ciascuna oscura e cava,
palida ne la faccia, e tanto scema
che da l’ossa la pelle s’informava.
Non credo che così a buccia strema
Erisittone fosse fatto secco,
per digiunar, quando più n’ebbe tema.+++
Al modo que los absortos peregrinos tienen,
cuando en su camino encuentran gente ignota,
que volviéndose a mirarla no detienen la marcha,
.
así tras de nosotros, moviéndose más aprisa,
tras llegar y adelantarnos nos sorprendía
aquella turba de almas silenciosa y devota.
.
Cada una de ojos apagados y ojerosos,
pálida la cara, y tanto consumida
que los huesos la piel transparentaba.
.
No creo que siendo ya pellejo puro
Erisicton tuviese tanta magrura,
por ayunar, cuando más miedo tuvo.
.
Divina Comedia, Purgatorio XXIII, 16-27 (*)
Los peregrinos no salen de sus asombro al ver que, reducidos a esqueleto y piel, braman purgando su gula esas ánimas del Purgatorio, excitadísimas al simple aroma de las manzanas.

Entre ellos hay un conocido de Dante que al verle le saluda. Al poeta le resulta difícil reconocerle por su aspecto y solo por la voz logra identificarlo como Forese Donati, un vate de poca monta de la Florencia de sus tiempo. Y sin embargo será ése mismo quien le explique lo que a estas ánimas sucede
Chi crederebbe che l’odor d’un pomo
sì governasse, generando brama,
e quel d’un’acqua, non sappiendo como?
Già era in ammirar che sì li affama,
per la cagione ancor non manifesta
di lor magrezza e di lor trista squama,
ed ecco del profondo de la testa
volse a me li occhi un’ombra e guardò fiso;
poi gridò forte: «Qual grazia m’è questa?»
Mai non l’avrei riconosciuto al viso;
ma ne la voce sua mi fu palese
ciò che l’aspetto in sé avea conquiso.
Questa favilla tutta mi raccese
mia conoscenza a la cangiata labbia,
e ravvisai la faccia di Forese.+++
¿Quién creería que el olor de un manzano
tuviese poder de generar bramidos,
y el de un agua, sin saberse cómo?
.
Me admiraba qué de hambre les matara
una causa aún a mí no manifiesta
de esa su delgadez y de su piel en escamas,
.
y he aquí que de su cóncava cabeza
volvió a mi los ojos y me miró fijo una sombra;
y luego gritó fuerte: «¿A qué debo esta gracia?»
.
Jamás le hubiera reconocido de vista,
pero en la voz suya me fue patente
lo que por aspecto estaba consumido.
.
Esta chispa me iluminó todo
el conocimiento de aquella faz cambiada
y reconocí el rostro de Forese
.
Purgatorio, “volse a me li occhi un’ombra”, XXIII, 34- 51
El pobre Forese es absuelto por Dante (cinco años tras su muerte) de otros vicios que le había atribuido en versos que ahora no vienen al caso, para dejar sus penas del Purgatorio reducidas exclusivamente a purgar sus excesos de gula.
De modo que es él quien le explica el extraño fenómeno que a las almas glotonas hace quedarse en el puro pellejo, al aspirar el aroma del árbol de las manzanas y contemplar el verdor que por su fronda asciende.
Así discurre la conversación entre Forese Donati y Dante:
Ed elli a me: «De l’etterno consiglio
cade vertù ne l’acqua e ne la pianta
rimasa dietro, ond’io sì m’assottiglio.
Tutta esta gente che piangendo canta
per seguitar la gola oltra misura,
in fame e ‘n sete qui si rifà santa.
Di bere e di mangiar n’accende cura
l’odor ch’esce del pomo e de lo sprazzo
che si distende su per sua verdura.
E non pur una volta, questo spazzo
girando, si rinfresca nostra pena:
io dico pena, e dovria dir sollazzo,
ché quella voglia a li alberi ci mena
che menò Cristo lieto a dire ’Elì’,
quando ne liberò con la sua vena».
E io a lui: «Forese, da quel dì
nel qual mutasti mondo a miglior vita,
cinqu’ anni non son vòlti infino a qui.
Se prima fu la possa in te finita
di peccar più, che sovvenisse l’ora
del buon dolor ch’a Dio ne rimarita,
come se’ tu qua sù venuto ancora?
Io ti credea trovar là giù di sotto,
dove tempo per tempo si ristora».+++
Y él a mí: “De la voluntad eterna
baja una fuerza al agua y a la planta
que ahí queda mientras yo adelgazo.
.
Toda esta gente que llorando canta
pues en exceso la dominó su gula,
en hambre y sed aquí tornase santa.
.
De beber y comer enciende el deseo
el olor del manzano y el destello
que asciende arriba en su verdura.
.
Y por más de una vez este suelo
al renovarse, renueva nuestra pena:
digo pena, cuando decir alivio yo debiera,
.
pues el deseo que a los árboles nos lleva
es el que a Cristo llevó a exclamar ‘Eli’,
cuando con su sangre ganó la libertad”.
.
Y yo a él: “Forese, desde aquel día
en que mutaste mundo a mejor vida,
apenas cinco años han pasado.
.
¿Si tu ocasión ya había acabado
de pecar y te llegó la hora
del buen dolor que Dios te guarda,
.
por qué estás aquí arriba ?
Yo pensaba encontrarte más abajo,
donde el tiempo con tiempo se renueva”
.
Divina Comedia, canto XXIII, 61-84
- Las ilustraciones de Gustave Doré para la Divina Comedia han sido materia de numerosas ediciones francesas e inglesas desde fines del s.XIX. Hoy son de dominio público. Por mi parte me he guiado por la edición de los 135 grabados editados recientemente por Gabriele Baldassari en La Divina Commedia di Dante Alighieri, Gustave Doré, Mondadori, 2021.
- Mis comentarios se basan en parte en el aparato crítico de la obra en: Alighieri, Dante, La Divina Commedia, Testo critico de la Società Dantesca Italiana, riveduto e rifatto da Giuseppe Vandelli (Firenze, 1937). Ristampa facsimile a Milano, Ulrico Hoepli Editore-Libraio, 1960. Esa la edición que utilizo para el texto italiano. La traducción al castellano de los versos de la obra es mía.
- (*) Erisicton