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De las innumerables aperturas de toda obra de arte. En los cincuenta años de la OPERA APERTA de Umberto Eco

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Cincuenta años de “Obra abierta” de Umberto Eco

Los que en aquellos años sesenta (¡del siglo pasado!) éramos ilusos jóvenes filosofantes, poetas secretos y artistas incomprendidos (¡no podía ser de otro modo, pues nadie sabía de nosotros!) y soñábamos con ser los intelectuales del futuro, tuvimos una especie de revelación con la lectura laboriosa de “Opera aperta” de Umberto Eco.

Cuando aquel libro estaba a punto de salir de las prensas, el que suscribe dejaba el colegio, yo y mis compañeros de la sección B del curso preuniversitario posábamos así de encorbatados para la foto de la promoción del 62.

Pues bien, la primera edición la publicó la editorial Bompiani en 1962. Yo la leí en la segunda de 1967, en mis tiempos de estudiante en Italia, cuando ya había suscitado un enorme debate. Dicha reedición apareció con una segunda introducción del autor y notables modificaciones y añadidos. Hay que decir que una constante en los ensayos de Umberto Eco es examinar las críticas que se le hacen, ponerse al día con su propia autocrítica y reeditarlos. Creo que es un magnífico ejemplo de juventud de espíritu.

No ha sido Umberto Eco el único de los escritores, poetas, músicos, ensayistas y, en general, intelectuales italianos, que tenían entre diez y quince años cuando acabo la guerra en 1945 y que en los años 60 iniciaron una corriente provocadora, que no tiene que ver con las vanguardias de la primera mitad del siglo. Ellos privilegiaban la obra y no se perdían en manifiestos revolucionarios. Privilegiaban la experimentación sobre la declamación y preferían a Marcel Proust, James Joyce o T.S. Eliot en vez de  André Breton, Filippo Marinetti o Tristan Tzara

Dirigieron sus miradas más allá de las fronteras de Italia e iniciaron la superación del ensimismamiento de los seguidores de la estética de Benedetto Croce, o el encastillamiento de los intelectuales que habían militado en la Resistencia o en su adversaria la República de Salò.

Los jóvenes experimentalistas jubilaron el realismo socialista, no sin vivas reacciones de aquellos autores y creadores consagrados (con excepciones destacadas como la de Ítalo Calvino) y de los intelectuales del comunismo italiano (con la excepción de Mario Spinella, director de “Rinascita”), quienes no consiguieron abrirse a la comprensión de las corrientes que soplaban fuera de Italia.

Ese era el contexto al inicio de los años 60 en Italia como lo ha descrito el mismo Umberto Eco en su ensayo “Il Gruppo 63, quarant’anni dopo”, una conferencia del año 2003 publicada el año pasado en el libro “Costruire il nemico e altri scritti occasionali” (Milano, Bompiani 2011).

Eran inquietos y provocadores y recíprocamente muy críticos con sus propias obras, aunque la discrepancia creativa no quebraba la amistad y la empatía intelectual que les unió (en esto se distinguieron también del espíritu de querella interna y narcisismo de las vanguardias históricas). Como dijo Eco en la primera reunión del “Grupo 63” en Palermo, la “Generación de Neptuno” se alzaba frente a la “Generación de Vulcano”.

En contraste con las poéticas de los manifiestos sin casi obra de las vanguardias radicales, se situaba la poética de la obra. Frente a la revolución y los asaltos románticos a los “palacios de invierno” literarios, se propugnaba la lenta experimentación y el saber filológico. Fue una “neo-vanguardia” que dejó claro que “la eversión política no podría ya asimilar la eversión artística”. Fueron cinco años de intensa experimentación de un grupo que se disolvería en 1968.

Opera aperta

Umberto Eco ha tenido siempre una endiablada capacidad para explicarnos intuiciones simples de forma prolija, con todas sus ramificaciones y epigénesis. Cuando escribe ensayos no sólo despliega su razonamiento como un árbol de numerosas y frondosas ramas, sino que pone al descubierto las raíces en las que se funda, con abundantes glosas y guiños a la obra de otros pensadores, literatos e historiadores.

La lengua italiana es, a mi modo de ver, la mejor equipada entre las lenguas románicas para la retórica (sólo superada por el latín) y Eco la usa de modo magistral, aunque por aquella época, todo hay que decirlo, a menudo se demoraba brillantemente en el fárrago. A menudo había que volver una y otra vez sobre sus párrafos para saber si habíamos entendido lo que quería decir.

Pero, con el paso de los años, sus propuestas pioneras son ya adquisiciones de nuestra cultura y moneda corriente, sus ensayos han cambiado de tema y son muestras de una argumentación cristalina.

Creo que el resumen mejor de “Opera Aperta” es su prólogo a la reedición del 1967. Umberto Eco muestra con el análisis de numerosos ejemplos de las varias ramas del quehacer artístico que en toda obra de arte la ambigüedad es inherente a la “forma”, incluso cuando la técnica y la finalidad del artista parezcan evidentes.

La tesis de esta obra, escrita cuando Umberto Eco tenía entre 28 y 30 años, sigue válida, por más que lo que dice sea ya patrimonio común entre críticos de arte y estudiosos de la cultura y la creación artística. Supongo que si el autor la escribiese ahora, su estilo sería mucho menos enrevesado y mucho más directo. Pero en aquella época muchos ensayistas de éxito escribían así en Italia y en Francia. Y, para no ser menos, si releo lo que yo escribía por entonces, los jóvenes aspirantes a escritores los remedábamos a conciencia.

Un fecundo itinerario

Umberto Eco siguió publicando ensayos, como “Apocalípticos e integrados”, “La estructura ausente”, “La definición del arte”, etc., y, como culminación de este proceso, el “Tratado de Semiótica General” en 1975; siempre reeditándolos, escuchando a sus críticos y respondiendo a los cambios de nuestra época. Es un magnífico ejemplo de cómo ponerse en cuestión.

Sus escritos morales y políticos son otra faceta en la que, en contraste con su estilo en los ensayos antes mencionados, Umberto Eco es claro, diáfano e incisivo. Por no hablar de sus artículos en los periódicos, donde opera como un cirujano sobre el cuerpo de la contemporaneidad, sobre todo sobre la que afecta a Italia, donde su voz se destaca por su clarividencia política y moral. Se podría decir que cuando era un joven ensayista experimental sabía escribir cosas simples de forma complicada pero hermosa y con la edad, la belleza de su lenguaje se mantiene, pero Umberto Eco ha llegado a tener una facilidad envidiable para escribir o hablar sobre complejas cuestiones filosóficas y éticas de forma clara y meridiana, sin ambigüedad.

En los años 80 vinieron las novelas de Umberto Eco y muchos nos volvimos adictos a esas tramas fastuosas y a la riqueza de su lenguaje, a su forma de reflejar lo enrevesadas que pueden ser las cosas y llegar a los desenlaces inesperados del combate entre las pasiones y la ambición ilusa de los seres humanos. Las peripecias de sus novelas se sitúan con preferencia en tiempos idos, sobre los que su escritura se explaya en alas de la erudición: “Il nome della rosa”, “Il pendolo de Foucault “, “Baudolino”, “L’isola del giorno prima”, etc., y recientemente “Il cimitero di Praga”.

La recepción de Obra abierta

Pero volvamos al aniversario de “Opera Aperta”. Decíamos que las tesis de Umberto Eco son hoy moneda corriente en el campo de la Estética y la Crítica de Arte y casi nadie se acuerda ya de la polvareda que levantó en los años sesenta, cuando lo que propugnaba no era evidente. Digamos de paso que este libro nació de sus primeras reflexiones sobre la música experimental que, por entonces, suscitaba reacciones iracundas y cosechaba pateos en un lugar tan respetable como la Scala de Milán.

Puede que no haya muchos que se interesen hoy por los hallazgos de aquel libro que se ha integrado en nuestra forma de mirar las obras de arte, pero, para consuelo mío, recientemente descubrí que en la Facultad de Bellas Artes de Altea, a la que debo tres años académicos de formación artística muy divertidos y fecundos, se sigue leyendo la “Obra abierta” de Umberto Eco.

Para demostrarlo os presento una síntesis de la misma, escrita en el contexto de un trabajo académico por Eva Martí, que se ha leído la obra de cabo a rabo. Me ha dado permiso para publicarlo aquí y no tengo nada que añadir:

“La gran variedad de estudios e indagaciones realizadas en el libro “Obra abierta”, se pueden resumir en que en toda obra de arte hay una ambigüedad de la forma, por mucho que la técnica y el propósito del autor sean diáfanos. Hay multitud de significados contenidos en una forma.

En la obra de arte podríamos hablar de unos supuestos históricos que preceden a la obra, un argumento, un modo de hacer (una forma) y unas relaciones con fenómenos culturales en la misma obra, todo esto entrando en contacto con la experiencia del espectador/consumidor, coge vida y tiene unas repercusiones psicológicas. Así, esa forma inicial se convierte en una obra abierta. Son las obras, como cita el libro, una invitación a la libertad por la multitud de respuestas y soluciones que ofrece la obra. Tienen un valor añadido a la mera contemplación estética.

La ambigüedad de significados se encuentra en todas las obras a lo largo de la historia y es a partir del Barroco cuando se hace más patente. Aunque es en las poéticas contemporáneas, a partir de los años 60, cuando se busca y se pretende que esta ambigüedad sea parte de la obra. Como obra nos referimos tanto a la poesía como la música contemporánea, la pintura informal o la escultura.

La ambigüedad de la que hablamos, puede conseguirse de muchas formas aunque tal vez la que más se utilice sea la conseguida rompiendo el orden establecido y por tanto esperado, de la forma de hacerlas. El orden muchas veces lleva a la alienación y rompiendo este orden encontramos mensajes ambiguos y por tanto abiertos. Aquí la ambigüedad adquiere un valor positivo, tiene una justificación. Y es el artista con su forma de hacer quién ofrece una forma para dar un sentido, o un orden, a la ambigüedad que emerge.

Eva Martí Domingo

Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández, Altea

Enero 2012

Donde se confirma lo dicho con algunos ejemplos o de cómo las obras de los grandes artistas son siempre “obras abiertas”

 Como no quiero aburrir más al sufrido lector y lo mío es la pintura, me permito hacerme eco gráfico de cómo Francis Bacon (1909-1992) ‘inspira’ la obra abierta de Rembrandt  (1606-1669) y Velázquez (1559-1660). Mejor dicho, de cómo la observación de los cuadros de Bacon, nos inspira a nosotros para descubrir  en los cuadros de Rembrandt y Velázquez innumerables aperturas y sentidos posibles. Las obsesiones del pintor irlandés, que murió precisamente en Madrid hace veinte años, se reflejaban en su continuo estudio de las obras de pintores del pasado y de la modernidad, como se refleja en las numerosas reproducciones que conservaba en su indescriptible taller. Así la obra abierta de Bacon se construye incansable sobre las ‘aperturas’ de las obras de otros artistas, sobre los sentidos y mensajes implícitos de las mismas, interpretadas desde las agitaciones, angustias y tragedias del siglo XX.

Bacon versus Rembrandt

Bacon versus Velazquez

Las personas también somos obras abiertas

Tomadlo como queráis, como cuestión estética o como dato existencial, el caso es que los jóvenes de la foto que encabezaba esta entrada, seres abiertos al futuro en aquel lejano 1962, hemos comprobado a lo largo de cincuenta años que la vida es una ‘opera aperta’. Como prueba, tratad de identificarnos en esta foto del mes de junio del presente año, ahora dentro del grupo de cerca del sesenta por ciento de nuestra promoción que se reunió para conmemorar el medio siglo desde nuestra salida del colegio.

Os puedo asegurar, que, a pesar de los achaques de todos estos tipos tan provectos que ahora somos, la mayoría (pues algunos se quedaron ya por el camino) aún seguimos abiertos a lo que cada día la vida nos ofrece con sus innumerables sentidos.



Karl Marx en la ciudad de las virtudes

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Como explicábamos el pasado día 11, además de ser una ciudad de estirpe romana al borde del Mosela, Tréveris (Trier) fue una ciudad episcopal ya desde los tiempos en que la enorme basílica romana de Constantino el Grande se convirtió en templo cristiano. Y por ella pasó desde los pañales hasta la adolescencia otro constructor de utopías, que soñó vencer no con la cruz, como el oportunista emperador romano, sino con la fuerza de la clase obrera.

Para no ser menos que los romanos, también los príncipes obispos de Tréveris se hacían retratar como constructores de templos en esa meta y lugar de tránsito de peregrinos.

No era la “burbuja del ladrillo” sino de la piedra, pues las jerarquías eclesiásticas, los nobles y los monjes administraban las mayores oficinas de obras públicas y de empleo de la Edad Media.

Quizás por ello en las calles e iglesias de Tréveris he encontrado hasta tres versiones de las virtudes cardinales.

Prudencia

Justicia

Templanza.

Fortaleza

Las cuatro virtudes hacen guardia a la sombra de San Marcos en la fuente de la Plaza del Mercado y también flanquean los mausoleos episcopales de la Catedral.

Aunque lo que mejor ilustra el boato de uno de estos príncipes es la representación de la muerte. En realidad esta “vanitas” es bastante pretenciosa. El personaje parece más bien decirnos “¡después de mí el diluvio!”

No obstante, los jardines del palacio de los Príncipes Electores son más festivos y sus alegorías se sitúan ya bajo los auspicios de la Ilustración.

No sabemos si en sus dominios arzobispales, los príncipes eclesiásticos y sus sucesores practicaron una vida virtuosa, pero que hicieron gala de ellas salta a la vista.

Con el tiempo, otras aspiraciones virtuosas, las revolucionarias, ocuparon la escena.

En la Casa Museo de Karl Marx

Fue en Tréveris donde nació alguien que haría descender el determinismo histórico de las nubes de la teoría hegeliana a los programas de acción del materialismo histórico y del comunismo, desarrollando una ambiciosa utopía, con aspiraciones de ciencia, para dominar la marcha de la economía hacia la sociedad sin clases.

Nos referimos a Karl Marx. 

La casa natal de Karl Marx ha resistido a los años del nazismo y es hoy un museo organizado con un estricto criterio cronológico y pedagógico. En él se recorre con estimable ecuanimidad tanto la historia de la familia y de la vida de Marx como de sus obras y teorías y de movimientos con los que estuvo vinculado, sin olvidar los desarrollos posteriores del marxismo y del comunismo, con sus contradictorias secuelas de idealismos y tragedias.

Así los analizaba ya la obra de Albert Camus, quien “antes de examinar el fracaso del marxismo” resaltaba  “la exigencia ética que subyace al sueño marxista”. Lo que hace la “verdadera grandeza de Marx”, escribe, es esa exigencia moral, que le llevó a ”situar el trabajo, su injusta desvalorización y su dignidad profunda en el centro de su reflexión”.

Aunque, navegando a contracorriente de su tiempo, el autor de “L’homme révolté” añadía:

Su fracaso obedece a un método que en su ambigüedad quiere ser a un tiempo determinista y problemático, dialéctico y dogmático.  Si el espíritu es sólo el reflejo de las cosas, sólo puede anticiparse a su evolución mediante la hipótesis.  Si la teoría está determinada por la economía, sólo puede describir el pasado de la producción, no su futuro, que solamente se mantiene en el terreno de la probabilidad

La impotencia del materialismo histórico para superar la crítica de la sociedad presente y su fracaso como ciencia de la sociedad futura ya se sabe lo que trajeron después, cuando Lenin, Stalin y sucesores redujeron la obra de Marx a una profecía que quiso autocumplirse por la dictadura y el terror.

En este museo no hay alegorías barrocas de las virtudes cardinales, pero sí que se sienten los ecos de las luchas de clases en pos de la Justicia durante los siglos XIX y XX, acompañadas por las ambivalentes secuelas de la Fortaleza y los eclipses de la Prudencia.

La Templanza se tendrá que quedar para otros museos y episodios, pues la historia de la humanidad no es demasiado pródiga en su ejercicio.


De Jacob Jordaens en Bruselas al aula de dibujo de Altea y a los museos de Argelia. ¿Dónde se halla la Afrodita de Cherchell?

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Bruselas.Museo de Bellas Artes. Vaciado del torso de  Cherchell Venus capitolina Foto R.Puig.

Bruselas.Museo Real de Bellas Artes. Vaciado del torso de Cherchell, copia de la Venus capitolina Foto R.Puig.

Es sabido que los pintores del barroco eran aficionados a crear sus gipsotecas particulares con vaciados en escayola de esculturas griegas y romanas. Es el caso de Jacob Jordaens (Amberes 1593 – 1678), como lo es también de Velázquez (Sevilla 1599- Madrid 1660). Una parte de los vaciados que se trajo este último de Italia se pueden ver, previo aviso, en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, que cuenta también con un taller de vaciados y reproducciones artísticas, aunque otros andan aún desperdigados y en vías de volver a la colección de la Academia.

(http://www.realacademiabellasartessanfernando.com/es/taller-de-vaciados)

Los modelos que inspiraron a Jordaens se pueden descubrir, eso sí transfigurados por su impronta genial, recorriendo la magnífica exposición Jordaens et l’Antiquité que recientemente tuve el gran placer de visitar en el Museo de Bellas Artes de Bélgica.

Alegoria de la fecundidad.Jordaens.Museo Ral de Bellas Artes  de Bélgica

Alegoria de la fecundidad.Jordaens.Museo Real de Bellas Artes de Bélgica

Por ejemplo, en su Alegoría de la fecundidad hay una Venus vista de espaldas, que domina completamente el cuadro, de la cual hay innumerables versiones por los museos más importantes de Europa, ya sea la de Cnido de Praxiteles en el Vaticano, la Medicis en Florencia, la del Louvre, la de Capua, la de Copenhague…

Venus Capitolina. Roma. Foto R.Puig

Venus Capitolina. Roma. Foto R.Puig

Parece ser que el pintor disponía de un vaciado en escayola de alguna de las versiones de la Venus de Cnido de Praxiteles, probablemente la Venus Capitolina, que algunos historiadores del arte atribuían hace años a Lisipo. En cualquier caso, las versiones de esta famosa Venus han llegado a nosotros en sus copias romanas

Hay un vaciado de la misma sin brazos en la Gipsoteca de la Universidad de La Sapienza en Roma.

Venus Capitolina. Vaciado en escayola. Gipsoteca de Roma. Foto R.Puig

Venus Capitolina. Vaciado en escayola sin brazos. Gipsoteca de Roma. Foto R.Puig

De algunas de ellas, a juzgar por el vaciado de Bruselas, sólo quedó el torso. Uno de estos torsos de Venus se exhibe a la entrada de la exposición en una copia en escayola, de las que de forma impecable realiza y vende el taller de vaciado del Museo Real de Arte e Historia de Bélgica

(http://www.plastercastcollection.org/en/database.php?d=lire&id=5)

Es la que encabeza este artículo del blog, es decir la que me llevó a rastrear su existencia en algún museo de Argelia.

Museo de Cherchell.Argelia

Museo de Cherchell.Argelia

La llamada Afrodita de Cherchell

¿Dónde está pues el original romano?

La cartela del Museo de Bellas Artes de Bruselas nos informa de que este torso es copia de  una escultura  llamada La afrodita de Cherchell y añade que a este vaciado, tan utilizado en las aulas de dibujo de las facultades de Bellas Artes, corresponde un original que se halla en un museo de Argelia.

Indagando (es decir “googleando”) consigo encontrar una antiquísima foto de Félix-Jacques-Antoine Moulin (1802 – después de  1875) reproducida sobre papel albuminado, que forma parte de uno de los tres volúmenes, consagrados a las fotografías que tomó en la Argelia colonial entre 1856 y 1857 sobre placas de cristal al collodio (Biblioteca del castillo de Fontainebleau) y que dedico a Napoleón III.

Afrodita de Cherchell  y otros fragmentos.Foto de Felix Moulin. L'Algerie photographiée, 1856-57 (Biblioteca  del castillo de Fointainebleau)

Afrodita de Cherchell y otros fragmentos.Foto de Felix Moulin. L’Algerie photographiée, 1856-57 (Biblioteca del castillo de Fointainebleau)

La foto corresponde a los hallazgos de las excavaciones arqueológicas francesas de las ruinas de la antigua ciudad romana ubicada en la Cherchell de hoy, ciudad puerto en las orillas del Mediterráneo, al oeste de Argel.

Según la cartela de la exposición de Bélgica, el torso de época romana es parte de una copia de la Afrodita Capitolina de Roma y está en el museo de Cherchell. Sin embargo no aparece en las listas ni en las escasas imágenes de sus salas que encuentro por Internet.

Al final descubro que está catalogado en Argel como la venus de Cherchell (siglos I a III) réplica de la Venus del Capitolio y copia muy rara de la estatuaria griega.

Sala de Bellas Artes.Museo de Argel.Foto Skyscrapercity

Sala de Bellas Artes.Museo de Argel.Foto Skyscrapercity

En sus salas, por lo que se ve en el sitio web, no aparece. Así que de este hermoso desnudo que figura en el catálogo del Museo Nacional de Antigüedades y Artes Islámicas de Argelia me ha sido imposible encontrar fotos actuales (http://www.m-culture.gov.dz/mc2/fr/fiche_site.php?id=4). Quizás lo tengan en algún cajón de la reserva. Si alguien sabe algo agradeceré que me lo comente. Lo pondremos en el blog. Por el momento nos tenemos que limitar a su vaciado en escayola de Bélgica o, last but not least, al que existe en Altea.

Altea. Aula de dibujo.Vaciado del torso de  Cherchell Venus Capitolina Foto R.Puig.

Altea. Aula de dibujo.Vaciado ¿del torso de Cherchell? Venus Capitolina Foto R.Puig.

En el aula de dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Altea

Decía más arriba que los alumnos de dibujo suelen ejercitarse en aulas donde los vaciados de la estatuaria antigua ponen a prueba sus habilidades con el carboncillo, el grafito o la pierre noire. Es la tradición académica.

La foto corresponde a la gipsoteca del aula de dibujo de primer año en la Facultad de la Universidad Miguel Hernández en el Campus de Altea. Los aprendices de artista pueden deducir que lo que tienen delante es un torso de Venus, aunque detalles no se dan.

Torso de Venus Capitolina. ¿Versión de Cherchell? Vaciado de Altea. Dibujo R.Puig

Torso de Venus Capitolina. ¿Versión de Cherchell? Vaciado de Altea. Dibujo R.Puig

Torso de Venus Capitolina. ¿Versión de Cherchell? Vaciado de Altea. Dibujo R.Puig

Torso de Venus Capitolina. ¿Versión de Cherchell? Vaciado de Altea. Dibujo R.Puig

Pasé por ese aula hace cuatro años, de la mano de un excelente profesor, Eduardo Marín, y aprovecho para dar fe de mis ejercicios con alguno de mis dibujos de entonces que presento en paralelo con el modelo de Bélgica, idéntico al de Altea, y una foto al escorzo del original capitolino completo.

Si hay mérito lo debo a la calidad de mi profesor, si defectos (que los hay) pertenecen al dibujante. ¡Que Afrodita me los perdone!

Bruselas.Museo de Bellas Artes. Vaciado del torso de  Cherchell Venus capitolina 2 Foto R.Puig.

Bruselas. Museo de Bellas Artes. Vaciado del torso de Cherchell. Venus capitolina Foto R.Puig.

Torso de Venus Capitolina. Vaciado de Altea.¿Copia de Cherchell? Dibujo R.Puig.

Torso de Venus Capitolina.  Vaciado de Altea. ¿Copia de Cherchell? Dibujo R.Puig.

Vista lateral de la Venus Capitolina. Roma. Foto R.Puig

Vista parcial de la Venus Capitolina. Roma. Foto R.Puig

En definitiva ¡largos han sido los recorridos de la Venus Capitolína, desde  la Grecia del siglo IV antes de Cristo a la Roma y a las costas del Magreb de los primeros siglos de la era cristiana! ¡Para fondear en las aulas de Altea, también sobre el Mediterráneo, tras haber pasado por otras costas, las del mar del Norte, en el estudio de Jordaens en Amberes y en los talleres de vaciado de Bélgica!

En cualquier caso, si tenéis la posibilidad ¡no os perdáis la exposición de Jacob Jordaens en Bruselas!

Museo de Bellas Artes de Bruselas. Salon de entrada.

Museo de Bellas Artes de Bruselas. Salón de entrada. Foto R.Puig


PERPLEXUS PONTIFEX

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Perplexus pontifex.Acrílico y óleo.R.Puig

Detalle de Perplexus pontifex.Acrílico y óleo.R.Puig

 

En la anterior entrada me ocupaba del torso de la Venus Capitolina y no sería justo que discriminásemos a los varones con una selección sesgada, sobre todo teniendo en cuenta que Roma cuenta con torsos masculino  ilustres.

Torsos viriles

El más famoso es el “Torso de Belvedere”, que truena en el centro de una de mejores salas del museo Pío Clementino en el Vaticano y que casi todos los estudiantes de Bellas Artes hemos dibujado a partir de sus vaciados en escayola.

Torso de Belvedere.Apolonio.Museo Pio Clementino.Vaticano.Foto R.Puig

Torso de Belvedere.Apolonio.Museo Pio Clementino.Vaticano.Foto R.Puig

Esta escultura redescubierta en vida de Miguel Ángel, le sirvió de inspiración, no sólo a él sino a varias generaciones de artistas, desde Bernini a Rodin. Lleva  en su basamento la firma de Apolonio Nestoros de Atenas y, como explica Marco Bussagli  (Sotto pelle, Roma, Medusa ed.), de todas las interpretaciones que se han dado para identificar al personaje representado en ella, la más acorde con la postura anatómica del torso es la expresada por Raimond Wünsche en 1993. Se trata muy verosímilmente del héroe homérico Áyax Telemonio.

La obra, cuando estaba completa, representaba al poderoso guerrero en el momento en que, deprimido, perplejo y abrumado tras su acceso de ira y su insania transitoria, pensativo, dirige la espada desenvainada hacia su pecho, antes de suicidarse con ella.

De la influencia que el torso de Belvedere tuvo dan idea los varios ignudi de la Capilla Sixtina.

Michelangelo. Ignudo. Capilla Sixtina. www.shafe.co.uk

Michelangelo. Ignudo. Capilla Sixtina. http://www.shafe.co.uk

Los papas y el desnudo

En la mejor tradición de los emperadores romanos, la Ciudad Eterna ha seguido siendo pródiga en representaciones desnudas del ideal de la mujer, del héroe atlético y de los mitos de la Antigüedad,  tanto en la Basílica de San Pedro misma y en otros templos y palacios pontificios de la urbe, como en los Museos Vaticanos.  Pero los artistas pontificios fueron parcos en desnudar, escultóricamente hablando, a cualquier autoridad o mito, sagrado o profano, de los que han dominado el mundo cristiano y su Iglesia romana. Cuando Miguel Ángel lo intentó con Jesucristo en sus frescos, vino el Concilio de Trento y encargaron a Volterra que pusiera bragas a los protagonistas del Juicio Final.

Los Papas han estado siempre revestidos de varias capas de materia textil, a menudo ornadas con hilos y piedras preciosos, así como coronados con la triple tiara, herencia de un mundo faraónico. Esta tradición sigue vigente.

Holbein.1517.Dibujio al margen del Elogio de la locura.Figura de Papa

Grabado copia exacta de uno de los 82 dibujos que hizo Hans Holbein en el invierno de 1515-1516 al margen de un ejemplar del Elogio de la locura.Figura de Papa

¡O la tiara o el paraíso!

No es extraño que al llegar Julio II (Della Rovere) a las puertas del paraíso, el duro guerrero y mecenas financiador (por vía de diezmos, primicias e indulgencias) de tantos desnudos renacentistas, ofendido porque no le abren, le espeta a San Pedro entre otras cosas:

“Si no estás completamente ciego, supongo que reconocerás esta llave de plata, en el caso de que no conozcas el roble de oro. Ves además la triple corona y el manto reluciente por doquier de pedrería y oro”

Y el primer Papa le responde:

“Reconozco ciertamente una llave de plata, aunque sola y muy diferente de aquellas que en otro tiempo me confió el verdadero pastor de la Iglesia, Cristo. Pero en cuanto a esa corona soberbia ¿cómo podría reconocerla, si ningún tirano bárbaro se ha atrevido a portarla nunca, tanto más si se dispone a pedir la entrada en este recinto?  …  Veo por todas partes, tanto en la llave como en la corona y en el manto, las señales del traficante y del impostor más infame, que ostenta ciertamente mi nombre, mas no mi proceder, del Simón que yo una vez expulsé con la ayuda de Cristo”

Y ambos prosiguen:

Julio: …  “reconocerás las dos letras P.M., a no ser que nunca hayas aprendido las letras”

Pedro: “Supongo que significan Peste Máxima.

Julio : “Al contrario. Significan Pontífice Máximo.

Pedro: … “aquí no serás aceptado si no eres óptimo, es decir santo”

“Julio excluido del reino de los cielos”, traducción de Miguel Ángel Granada, en Erasmo de Rotterdam, “Escritos de crítica religiosa y política. Edición de Miguel Ángel Granada, Barcelona, Círculo de lectores, 1996, págs. 54-55

Urbano VIII.Museos Capitolinos.Foto R.Puig

Urbano VIII.Museos Capitolinos.Foto R.Puig

 

Cuando el pontificado se embrolla 

Aquel diálogo irónico que Erasmo publicó como panfleto anónimo tenía una gran sustancia y coincidía con sus numerosas críticas al Papado: el Evangelio era negado de continuo por la vida de sus máximos intérpretes.

De hecho la expresión Pontifex identifica a la suprema autoridad de la jurisprudencia religiosa. Es pues alguien que tiene la última palabra, por lo que debe ocultar sus titubeos y sus dudas, so pena de defraudar como Ájax la confianza de los suyos. Pero en Roma todo invita a cubrir de ropajes espléndidos a los Papas y sus embrollos, a pesar de que San Pablo anima a los primeros cristianos a desnudarse del hombre viejo y a revestirse del espíritu evangélico (Ad Efesios, 4, 22)

Hoy los Papas están volviendo a mostrar signos de perplejidad, están titubeando, no sólo ante el portal de Belén, del que el actual Pontifex ha quitado ya la mula y el buey, sino ante el mismo infierno, al que ha desprovisto  de todos los terroríficos atributos que frenaban nuestros instintos pecaminosos. Para conservar un infierno como Dios manda sólo nos queda redirigir nuestras miradas  a la Gehenna de los judíos o al Yahannam de los musulmanes. Y en materia de cielo no sé qué va a pasar, pues ya era bastante aburrido el cielo cristiano o la vida eterna de la Torá en comparación con las delicias (varoniles) del paraíso islámico.

A este paso acabarán por aceptar el estudio de crítica histórica de la Vida de Jesús de  Ernesto Renan y darle la razón en casi todo. Por ejemplo, en que Jesús en realidad nació en Nazareth y que del establo de Belén, de los pastores, de los ángeles y los magos, de la matanza de los inocentes y de la huida a Egipto, de eso nada de nada. En fin, una revolución exegética. Puede que hasta Pío IX, que le declaró blasfemo, se desdiga  en su tumba.

Pero volvamos a lo que íbamos, al final de mi estancia en Roma (como expliqué en este blog en la entrada de 28 de junio del 2011), motivado por el diálogo de Erasmo y por las recomendaciones de San Pablo, así como inspirado por el torso de Belvedere, pinté un último cuadro y escribí un cuento.

Creo que ante los signos preocupantes de embrollo vaticano, y con ánimo de ayudar, es oportuno que vuelva a publicarlos, ya que nuestro perplexus pontifex oscila hoy entre el twitteo y el titubeo.

No sé si adoptará de nuevo los humildes ropajes evangélicos, pero la tiara, esa parece que se resiste a dejarla.

Y así coronado, me temo que San Pedro no le dejará entrar en el Reino de Dios.

Perplexus pontifex.Acrilico y oleo.R.Puig

Perplexus pontifex.Acrilico y oleo.R.Puig

El cuento

Érase una vez un pontífice romano, de aquellos de los buenos viejos tiempos, que se encontró con Erasmo de Rotterdam en la basílica de Santa Maria Maggiore. El humanista traía en sus manos las pruebas de imprenta de una de sus ediciones del Nuevo Testamento. Aguantando las ganas de llamar a la guardia vaticana para que llevase a Erasmo a la hoguera, el Papa, no se sabe por qué impulso de tolerancia, bajando de su carroza de media gala, se puso a dialogar con el de Rotterdam.

Erasmo abrió las páginas que tenía entre manos y por azar la mirada del Papa cayó sobre la carta “Ad efesios” (a los habitantes de Éfeso) que se atribuye a San Pablo, en la cual, además de poner a las mujeres en su sitio (ya se sabe que el de Tarso era un fino feminista), en el pasaje 4,22-24 exhorta a los cristianos a que se desnuden de todas las malas costumbres y sus ropajes y se revistan del espíritu evangélico. Por cierto que del título de esa carta viene la palabra ‘adefesio’, pero en esta parábola no tratamos de eso.

Nuestro pontífice, que iba recubierto de todas sus pompas vestimentarias, adornado con orlas bordadas en oro y plata, colgado de su cuello un pectoral de oro y gemas,  y coronado con una tiara de varios niveles que no se puede describir con palabras, se quedo bastante preocupado. Por allí dentro se le agitaron algunos recuerdillos del Evangelio, cuyas páginas, de tanto leer el Código de Derecho Canónico y de tanto promulgar bulas y proclamar indulgencias (pues le hacían falta los óbolos de la Cristiandad para construir palacios y basílicas y financiar su mausoleo), no abría desde hace años.

Así que, después de dar permiso a Erasmo para que se retirase de su presencia, vuelto a su palacio y presa de gran contrición decidió desnudarse de todo aquello para seguir el consejo paolino. Se iba pues quedando como había venido al mundo (hasta el anillo pontificio se quitó), pero al llegar a la tiara, símbolo máximo del poder papal, se sentía tan apegado a ella que no era capaz de quitársela. Ya estaba completamente desnudo, pero penaba a la idea de despojarse de su triple corona.

Con esfuerzo sobrehumano lo intentó ¡y lo logró!  Pero ¿sabéis lo que ocurrió?  (…) Pues que se interrumpió la conexión ADSL ¡se desconectó de la broadband del Espíritu Santo¡ ¡Menuda tragedia para la Cristiandad!

Y esta, queridos míos, parece que, en última instancia, es la razón por la que los papas siguieron durante siglos con sus tiaras: les servían para estar inspirados, eran las antenas de la infalibilidad. Pasados muchos muchos años, los técnicos de la Radio Vaticana,  hace relativamente poco tiempo, consiguieron que bastase con tener una tiara central en el Tesoro de San Pedro.  Esa augusta antena pontificia capta las señales del ultracielo, que es como llamaba el poeta Jules Supervielle a esas regiones lejanas del Cosmos y donde parece habita la Trinidad (no hagáis caso de ese ateo de Stephen Hawking).

Hoy en día, desde esa antena de forma ovoide las señales se retrasmiten nítidas al teléfono móvil de Benedicto XVI. Por eso los papas ya no necesitan la tiara. Además, está demostrado que, si se la pusiesen, las emisiones de este potente artilugio aumentarían el riesgo de cáncer cerebral papal. A pesar de todo, dicen que Juan Pablo II, cuando quería tener un buen colocón de inspiración se iba a hurtadillas al Tesoro Vaticano y se la ponía.

Y Benedicto XVI, erre que erre, se ha hecho una a medida.

Si os acercáis a la vitrina de la famosa tiara en el Tesoro de San Pedro veréis cómo vuestro teléfono móvil se vuelve loco de interferencias. A lo mejor, si sois hackers  lo mismo conseguís meteros en la banda del Espíritu Santo.

Por probar…


De las desgracias de Ganda, el rinoceronte enfermo que Durero inmortalizó

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Rinoceronte asiatico. Durero. British Museum

Rinoceronte asiatico. Xilografía de Durero. British Museum

 

Parece ser que la estampa emblemática de la exposición Durero grabador. Del Gótico al Renacimiento, abierta hace poco en la Biblioteca Nacional de Madrid es el famoso y muchas veces reproducido rinoceronte asiático, cuya estampa en hojas sueltas aportó buenas ganancias al artista alemán.

¡No es lo menos admirable de este grabado lleno de finos detalles el que se trate de una xilografía! El dibujo original de Durero, a partir del cual se ejecutó, se conserva en el British Museum.

Albrecht Dürer. Ink drawing. British Museum.

Albrecht Dürer. Dibujo a la pluma. British Museum.

Está documentado que se basó en un dibujo que un pintor moravo afincado en Portugal envió a Nurenberg desde Lisboa, adonde el pobre animal, apodado Ganda, había llegado en mayo de 1515, tras un viaje por mar de cinco meses.

Los críticos afirman que los detalles tan abigarrados son fruto de la imaginación de Durero y de su lectura de Plinio el Viejo (se transcribe más adelante), autor que no era manco en fantasías.

No voy a contradecir a los críticos, pero, además, mi modesta opinión es que el pobre animal debió de llegar a Lisboa con escorbuto, en estado de deshidratación, cubierto de abscesos y, además, escrofuloso. Así que lo que parece una cota de malla o la superficie moteada de una tortuga, creo que eran  pústulas; y esa especie de branquias son las escrófulas.

Así que lo que hizo Durero fue adecentarlo para la posteridad y borrar las huellas del maltrato, sin que eliminase del todo la melancolía y la pena que rezuma el animal. Al fin y al cabo, el artista, que era al parecer depresivo y melancólico, se debió sentir identificado con el desdichado rinoceronte.

Ese aspecto triste lo siguieron manteniendo los artistas posteriores que se inspiraron en él para sus obras de Historia Natural.

Rinoceronte asiatico Jonstonus. Biblioteca Vaticana.Detalle

Rinoceronte asiatico Jonstonus. Biblioteca Vaticana.Detalle

Capricho de nobles

En fin, en Lisboa, en vez de darle un respiro lo pusieron en una plaza frente a otro desgraciado, un elefante, para comprobar si Plinio el Viejo tenía razón, cuando describía una feroz rivalidad entre ambos animales. Como dos no pelean si uno no quiere (y el elefante se largó pintando), el rey decidió mandárselo al Papa León X, con escala en Marsella para que lo viese Francisco I.

No sabemos dónde lo disecaron tras el naufragio, si en Portugal (parece dudoso) o en Italia, que estaba más cerca del lugar del desastre. Por aquellos andurriales se ofreció por un tiempo a la curiosidad de nobles y cortesanos, pues dicen que los Medici adquirieron los restos disecados de Ganda.

Otros grabados

Este grabado de Durero ya se expuso en Bilbao (Guggenheim) en el 2007 y en Madrid (Prado) en el 2005. No es pues una imagen desconocida entre nosotros.

Pero el motivo que me lleva a tratar del tema es que durante mi año de estudio en Roma (2010-2011) tuve ocasión de manejar grabados originales de Ulises Aldrovandi (1522-1605),  Antonio Tempesta (1555-1630) y Johannes Jonstonus (1603-1675), a quienes enumero por orden cronológico de su vida y obras.

Entre las diversas estampas que tuve el privilegio de examinar en las obras originales del siglo XVII, aparecía también el pobre Ganda.

Ulises Aldrovandi

Rinoceronte asiático  Aldrovandi.1616

Rinoceronte asiático. Ulises Aldrovandi,1616. Biblioteca Alessandrina. Universidad de La Sapienza.

Las imágenes del rinoceronte de Aldrovandi, deudoras del de Durero,  son de la edición de su Quadrupedum omnium bisculorum historia de 1621, que se puede consultar en la Biblioteca Alessandrina de la Universidad de La Sapienza en Roma.

Antonio Tempesta

Tempesta Rinoceronte africano. Grabado en 1620 por De Rossi.

Antonio Tempesta. Rinoceronte africano. Grabado en 1620 por De Rossi.

La imagen de un rinoceronte, no asiático como el de Durero, sino africano pues tiene dos cuernos (además de los de su testuz) que grabó De Rossi, a partir de un dibujo de Antonio Tempesta, la he encontrado en la página web de Calcográfica del Ministerio Italiano dei Beni Culturali, procedente de la obra Nova raccolta de li Animali piu curiosi del mondo designati et intagliati da Antonio Tempesta e dati in luce per Gio Domenico De Rossi in Roma alla Pace, 1620. Este híbrido sí que parece un fruto de la imaginación del artista, quizás basado en lecturas de autores de la Antigüedad.

http://calcografica.ing.beniculturali.it/calcografica/index.php?page=default&id=20&lang=it&schemaType=MI&soggetto_value=ANIMALI&start=25.

El profesor Manuel Barbero Richart (Universidad Complutense de Madrid) publicó en 1999 su obra Iconografía Animal: la representación animal en libros europeos de historia natural de los siglos XVI y XVII, donde se reproduce una estampa atribuída también al Tempesta, en la que este artista escenificaba la lucha entre el rinoceronte y el elefante. Como el autor me ha informado la reproducción aparece en la obra The Rhinoceros. FromDürer to Stubbs (1515-1799) de T.H. Clarke. 

El profesor Barbero ha tenido la cortesía de hacerme llegar esta imagen, que reproduzco con la fecha de su probable publicación, pues proviene del Primo libro di caccie varie intagliate per mano di Antonio Tempesta, Roma, Andrea Vaccario, s.d. [fecha de la dedicatoria en 1598]. La figura del rinoceronte tiene todas las trazas de basarse en la de Durero (¿conocida a través de trabajos de Aldrovandi?)

Antonio Tempesta.Lucha del rinoceronte y el elefante 1605. Fuente T.H.Clarke

Antonio Tempesta. Lucha del rinoceronte y el elefante (1605). Fuente T.H.Clarke. Cortesía del profesor Manuel Barbero Richart

Johannes Jonstonus

Rinoceronte asiatico Jonstonus. 1657. Biblioteca Vaticana

Rinoceronte asiatico Johannes Jonstonus. 1657. Biblioteca Apostólica Vaticana

En los servicios de la Biblioteca Apostólica Vaticana adquirí en el 2011 una hermosa reproducción fotográfica del rinoceronte de Jonstonus, procedente de su Historiae natvralis de quadrupetibvs, de 1657. Es evidente que sigue a Aldrovandi, como aquél siguió a Durero.

Versión escultórica

Cabeza de rinoceronte asiatico. Fines del s.XVI. Claustro Michelangelo. Museo delle Terme. Roma. Foto R.Puig

Cabeza de rinoceronte asiatico. Fines del s.XVI. Claustro Michelangelo. Museo delle Terme. Roma. Foto R.Puig

No quiero olvidar las imágenes de las gigantescas cabezas de época renacentista de un rinoceronte asiático y de un elefante, ambas de fines del último tercio del siglo XVI, que fueron encargadas por el cardenal Michele Bonelli  (1541-1598) para su palacio de Roma y que hoy pueden admirarse en el Claustro Michelangelo del Museo delle Terme di Diocleciano.

Cabezas de elefante y rinoceronte asiatico. Fines del s.XVI. Chiostro Michelangelo. Museo delle Terme. Roma. Foto R.Puig

Cabezas de elefante y de rinoceronte asiatico. Fines del s.XVI. Claustro Michelangelo. Museo delle Terme. Roma. Foto R.Puig

Pienso que el modelo del rinoceronte debió de ser o el grabado de Durero o el mismísimo Ganda disecado.

Cuál fuese el modelo de elefante no sabemos, pero de estos paquidermos por Italia habían pasado bastantes desde los tiempos de Anibal

Reflexión final

El texto alemán del grabado de Durero, basada en la descripción del romano Plinio el Viejo, es el siguiente:

El  primero de mayo del año 1513 [sic], el poderoso Rey de Portugal, Manuel de Lisboa, trajo semejante animal vivo desde la India, llamado rinoceronte. Esta es una representación fiel. Tiene el color de una tortuga moteada, y está casi completamente cubierto de gruesas escamas. Es del tamaño de un elefante, pero tiene las patas más cortas y es casi invulnerable. Tiene un poderoso y puntiagudo cuerno en la punta de su nariz, que afila en las rocas. Es el enemigo mortal del elefante. El elefante se asusta del rinoceronte, pues, cuando se encuentran, el rinoceronte carga con la cabeza entre sus patas delanteras y desgarra el estómago del elefante, contra lo que el elefante es incapaz de defenderse. El rinoceronte está tan bien acorazado que el elefante no puede herirlo. Se dice que el rinoceronte es rápido, impetuoso y astuto.

tomado de http://www.taxidermidades.com/2012/12/el-rinoceronte-de-durero.html#more

La verdad es que entre tantos animales salvajes como han sido capturados y maltratados durante siglos para diversión de los hombres, ninguno pudo contar con tanta fama y con semejante epitafio, de la mano del mejor grabador del Renacimiento.

En una época en que esas mismas naves, que venían de la India o de las costas del este de África hacia Lisboa, fondeaban de puerto en puerto para cargar esclavos negros en sus sentinas, obligados a viajar hacinados y en peores condiciones si cabe que el rinoceronte Ganda ¿quién de ellos llegó a ser recordado y representado para la Historia?

De esos miles de viajeros esclavizados sólo queda, como una penosa aunque famosa metáfora, la imagen de un rinoceronte enfermo y extenuado. Cuando vayamos a la BNE para admirar el arte de Durero no estará de mal recordar de cuánta arbitrariedad, explotación y sangre, de cuantos abusos y dolor, está compuesta la historia de las creaciones humanas.

………….

Sobre la historia de este grabado y otras versiones antiguas basadas en el grabado de Durero:

http://blog.bne.es/?p=1307

Información sobre la exposición de la Biblioteca Nacional de España:

http://www.hoyesarte.com/entrevistas/comisarios/12715-entrevista-con-concha-huidobro-jefa-de-la-seccion-de-grabados-de-la-biblioteca-nacional-de-espana.html

Más imágenes de rinocerontes en el Arte:

http://commons.wikimedia.org/wiki/Category:Rhinoceroses_in_art


En el Museo de Bellas Artes de Valencia (II). Paisajistas de Roma y Holanda entre los siglos XVII y XVIII

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Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia. Foto R.Puig

Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia. Foto R.Puig

En las exposiciones temporales del Museo San PíoV suele encontrarse algo de público. En las salas de la colección permanente me podía pasear solo.

Parece que los turistas que vienen a Valencia prefieren ir a ver como se deterioran las techumbres de Calatrava en la Ciudad de las Artes y de las Letras, mientras que las verdaderas obras de arte, en las salas del Museo de Bellas Artes de Valencia, muchas de ellas dignas de que la gente haga cola para verlas, como ocurre en Madrid o en París, esperan en silencio a que alguien se acuerde de ellas, mientras en la semipenumbra del museo brillan con luz propia.

Así que, teniendo la sala para mí solo, examino a placer los trece cuadros de paisajes romanos y holandeses del siglo XVII y principios del XVIII que vibran en sus paredes.

Esaias van den Velde

Esaias van den Velde. Paisaje con dunas y soldados. Detalle. Museo BBAA ValenciaFoto R.Puig

Esaias van den Velde. Paisaje con dunas y soldados. Detalle. Museo de Bellas Artes. Valencia. Foto R.Puig

Comienzo por una de las dos obras del Museo que no tienen que ver con Italia,  un paisaje con dunas y soldado de Esaias van den Velde (Amsterdam 1587 – La Haya 1630), quien precisamente fue maestro de Jan van Goyen, con quien acabaremos esta entrada.

Pero el grueso de la colección la forman los paisajes de un pintor flamenco que se enamoró espiritual y físicamente de Italia.

Jan Frans van Bloemen (apodado Orizzonte)

Creo que sólo la colección Doria Pamphili de Roma puede competir con el San Pío V en número de paisajes del pintor flamenco Jan Frans van Bloemen (Amberes 1662-Roma 1749). Llegó a Italia con 23 años, en 1685, junto con su hermano mayor, también pintor. Se casó en Roma en 1692 y allí vivió y trabajó hasta su muerte, dejando un enorme legado de composiciones, en los que su visión idealista, bucólica o mitológica emula a la de Nicolas Poussin (Normandia 1594-Roma 1665) y la de Gaspar Dughet (Roma 1615-1675), en la construcción de la perspectiva aérea con un escalonamiento de planos y de tonos que guían la vista desde las figuras hasta las montañas y los horizontes lejanos.

Siguiendo la tradición de trabajo en equipo de los talleres de los maestros de entonces, durante la época en que su hermano Pieter estuvo en Italia con él (1685-1692), era él el encargado de pintar los animales que aparecían en los paisajes de Jan Frans. En cuanto a los personajes pastoriles o mitológicos, el especialista era Placido Constanci, un pintor muy poco conocido.

En la colección de la Doria Pamphili hay diecisiete paisajes de Jan Frans van Bloemen y en la Galería Corsini cuatro, todos de carácter bucólico o mitológico, con la característica visión idealizada del paisaje y de sus personajes y el encaje de algún detalle relativamente realista como son las cascadas de Tívoli o de Terni.

El museo de Valencia cuenta con diez magníficos paisajes de van Bloemen, todos acordes con sus constantes estilísticas, pero con una exclusiva que no tienen los de la Doria Pamphil como son las arquitecturas realistas que integra en el paisaje.

En uno de ellos, el pintor ha trasplantado, desde la Via Appia de Roma, la tumba de Cecilia Metella

Jan Frans van Bloemen. Paisaje del Lazio con torre y figuras. Detalle. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Jan Frans van Bloemen. Paisaje del Lazio con torre y figuras. Detalle. Museo de Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

Y, en otro, el ábside de la iglesia de San Giovanni e Paolo de Roma

Jan Frans van Bloemen. Paisaje del Lazio con el ábside de la iglesia romana de San Giovanni e Paolo. Detalle. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Jan Frans van Bloemen. Paisaje del Lazio con el ábside de la iglesia romana de San Giovanni e Paolo. Detalle. Museo Bellas Artes de Valencia.Foto R.Puig

Hay dos que corresponden a puentes romanos sobre el Tíber, tal como estaban en aquella época

Jan Frans van Bloemen. Puente Milvio. Detalle. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Jan Frans van Bloemen. Puente Milvio. Detalle. Museo Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

Así ocurre con el hermoso óleo del Ponte Milvio, cuya versión actual difiere bastante, debido a los desastres de las guerras del siglo XIX.

Ponte Milvio. Foto R.Puig

Ponte Milvio. Foto R.Puig

De forma parecida, el artista retrata el Ponte Salario, del cual hoy en día, gracias a las tropas francesas y a las papales, no quedan más que unos mínimos restos de los contrafuertes.

Jan Frans van Bloemen.Puente Salario. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Jan Frans van Bloemen.Puente Salario. Museo Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

¡Una maravilla de puente que databa del tiempo de los ostrogodos!

Piranesi.Ponte Salario. Engraving. Wikipedia.

Piranesi. Ponte Salario. Engraving. Wikipedia. Grunwald Center for the Graphic Arts
Rudolf L. Baumfeld Bequest

Como prueba de la fidelidad del cuadro de van Bloemen valga un grabado de Piranesi del mismo puente, casi un siglo más tarde.

Siguiendo con el Tíber, el pintor reproduce una vista del Porto della Legna, hoy desaparecido, que estaba muy cerca de la Piazza del Popolo

Jan Frans van Bloemen. Vista del Porto della Legna en Roma. Detalle. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Jan Frans van Bloemen. Vista del Porto della Legna en Roma. Detalle. Museo Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

Y las riberas del río a la altura de Acqua Acetosa, donde el Tíber traza una curva y crea una cala de aguas profundas, cerca de la célebre fuente de aguas ferruginosas del mismo nombre y  de lo que es hoy el barrio del Parioli

Jan Frans van Bloemen. Vista del Tiber en Acqua Acetosa. Detalle. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Jan Frans van Bloemen. Vista del Tiber en Acqua Acetosa. Detalle. Museo Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

La cascada de Tívoli presenta en el fondo una vista de la ciudad como se veía en aquella época.

Jan Frans van Bloemen . Cascada de Tívoli. Detalle. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Jan Frans van Bloemen . Cascada de Tívoli. Detalle. Museo Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

En contraste, el mismo tema es completamente idealizado por el pintor en otro cuadro que pertenece a la colección Doria Pamphili.

Jan Frans van Bloemen. Paisaje con las cataratas de Tívoli. Detalle. Colección Doria Pamphili

Jan Frans van Bloemen. Paisaje con las cascadas de Tívoli. Detalle. Colección Doria Pamphili

Los otros tres cuadros de van Bloemen en el Museo de Valencia corresponden a los estándares habituales del artista.

Una composición genérica con su lago, su cascada y sus figuras

Jan Frans van Bloemen. Paisaje con cascada, lago y figuras. Detalle. Museo BBAA Valencia. Foto R.Puig

Jan Frans van Bloemen. Paisaje con cascada, lago y figuras. Detalle. Museo Bellas Artes. Valencia. Foto R.Puig

y un paisaje del Lazio y la luz, la luz de Roma.

Jan Frans van Bloemen . Paisaje del Lazio con figuras. Detalle. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Jan Frans van Bloemen . Paisaje del Lazio con figuras. Detalle. Museo Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

El siguiente artista  es romano de nacimiento

Paolo Anesi

Junto a las obras de van Bloemen, el museo exhibe dos paisajes de Paolo Anesi (Roma 1697-1773).

Es un pintor completamente romano, influido por sus contemporáneos el holandés Gaspar van Wittel o Vanvitelli (Amesfoort 1652/53 – Roma 1736), autor de innumerables vedute,  y Andrea Locatelli (Roma 1695 – 1741). Artista de aires aristocráticos, también refleja las maneras de Lorrain, Dughet y van Bloemen. La galería Corsini cuenta con valiosas obras de todos ellos, excepto del francés.

Paolo Anesi. Paisaje con pastores y ganado.Detalle. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Paolo Anesi. Paisaje con pastores y ganado.Detalle. Museo Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

Paolo Anesi. Paisaje fluvial con puente.Detalle. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Paolo Anesi. Paisaje fluvial con puente.Detalle. Museo Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

Y, detalle de un pintor romano, es el único cuadro de la serie en el que aparece un pino de Roma.

Jan van Goyen

Una obra de Jan van Goyen (Leyden, 1596-La Haya 1656) completa esta hermosa colección del  Museo de Bellas Artes de Valencia. Este pintor barroco, que nunca viajó a Italia, es clasificado como realista. Pero pienso que, como ocurre con  Rembrandt, hay algo de ensueño romántico en no pocas de sus obras.

Se trata de un paisaje holandés con su río, su torre y su embarcadero.

Jan van Goyen. (Leyden, 1596-La Haya 1656) Paisaje fluvial con torre y embarcadero. Museo BBAA Valencia.Foto R.Puig

Jan van Goyen. (Leyden, 1596-La Haya 1656) Paisaje fluvial con torre y embarcadero. Museo Bellas Artes. Valencia.Foto R.Puig

 

Conclusión

Museo de Bellas Artes de Valencia.Foto R.Puig

Museo de Bellas Artes de Valencia.Foto R.Puig

Por el momento, parece que las agencias de viajes seguirán atrayendo más turistas hacia el gigantesco insecto pretenciosamente bautizado como la “Ciudad de las Artes y las Letras”, durante la década del despilfarro y falsa apariencia que afligió y esquilmó a la Comunidad Valenciana, mientras al Museo San Pío V se le negaban el pan y la sal.

La llamada Ciudad de las Artes y las Letras. Valencia. Foto R.Puig

La llamada Ciudad de las Artes y las Letras. Valencia. Foto R.Puig

Lo que me temo es que, contrariamente a Roma, las ruinas del coleóptero de Calatrava dentro de mil seiscientos años no podrán inspirar demasiado a los pintores del paisaje.

Puede que,  sin embargo, las torres de Serranos y el venerable edificio del Museo de Bellas Artes, al otro lado del antiguo lecho del Turia,  sigan en pie, acosadas quizás por las aguas del Mediterráneo, como una extensión de Venecia, pero atractivas para el ojo del artista. Tras los muros del museo, confío en que sus colecciones sigan aguantando, al fin y al cabo no están hechas de resina, de plástico o de fibra de vidrio, como los caros maniquíes de la Feria ARCO de Madrid

Torres de Serranos. Valencia.Foto R.Puig

Torres de Serranos. Valencia.Foto R.Puig

Apéndice: reflexiones sobre el origen del concepto de paisaje

La palabra paisaje se deriva de país y aparece en las lenguas romances en el siglo XVI, inicialmente como una expresión utilizada por los pintores para denominar los cuadros paisajísticos. Pronto adquiere el otro sentido, el de una extensión de territorio que el ojo puede abarcar como conjunto. De este modo ambos sentidos, el propio y el figurado, se asocian. Ya no va por un lado el paisaje “real” y por otro su “figuración”, sino que lo propio del paisaje es presentarse como “configuración” del “país”.

El término aparece en una época en que el paisaje irrumpe en la pintura europea cuando  el decorado invade el lugar de las figuras y de la escena a las que debía servir de fondo, como ya ocurre con Patinir a fines del siglo XV.

Pero el “sentimiento” que inspira el paisaje no está necesariamente vinculado a la “naturaleza”.  Hay un sujeto que percibe. El lugar no se transforma en paisaje si no es in visu,  pues  se da como “conjunto” a partir de un punto de vista y el foco de la visión reside en el sujeto. De modo que el paisaje se distingue de la extensión geométrica, objetiva, geográfica; es un espacio percibido y/o concebido, y, por tanto, irreductiblemente subjetivo.

No es indiferente que el paisaje aparezca en Europa con el Renacimiento y su afirmación del individuo.

En el paisaje parecen coincidir todos los componentes subjetivos de un co-nacimiento con el mundo que el conocimiento moderno del universo no podía ya asumir: sensaciones, percepciones, impresiones e incluso afecciones, emociones e imaginaciones. Porque, a pesar del primado que la tradición occidental confiere a la vista, el paisaje no se puede reducir a un puro espectáculo. Se ofrece igualmente a los otros sentidos y concierne al sujeto todo entero, cuerpo y alma. No se da sólo a ver, sino a sentir y resentir. En él la distancia se mide por el oído y el olfato, por la intensidad de los ruidos y por la circulación de las corrientes del aire y sus efluvios; la proximidad se experimenta por la calidad táctil de un contorno, por la tonalidad de una luz, por el sabor de una coloración.

Michel Collot, Paysage et poésie du romantisme à nos jours. Paris, José Corti, 2005. Extractos de la introducción del autor (traducción propia)


De los estragos del alcohol y de los celos. Un duelo a muerte frente al Gran Teatro de Gotemburgo

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Bältespännarna. Escultura de J.P.Molin.Foto R.Puig

Bältespännarna. Escultura de J.P.Molin.Foto R.Puig

Cuando el escultor Johan Peter Molin (1814-1873) expuso en París, en 1859, su obra Bältespännarna (literalmente “atados por la cintura”) estaba en su apogeo el movimiento contra el alcoholismo en Suecia. A principios del siglo XIX se estima que había en Suecia 175.000 destilerías (la mayoría caseras). En 1850 se empezó a regular la venta de alcohol.

Algunas de las bases de lo que será más tarde el Sistembolaget actual (monopolio estatal de la venta de bebidas de más de 3,5 volúmenes) ya estaban en embrión en el primer bar estatal, abierto en 1860 en Gotemburgo, donde no se vendía a menores de 18 años y tampoco a alcohólicos, borrachos y antisociales. Lo que se compraba debía consumirse dentro del recinto. Otras ciudades copiaron el sistema y en 1870 el gobierno decretó el monopolio de los beneficios de la venta de bebidas alcohólicas.

Será o no coincidencia, pero cuando se abrió aquel primer establecimiento, la escultura de Molin ya estaba en la calle en Gotemburgo.

El duelo a muerte de dos hombres atados por un mismo cinturón es bien visible para el turista, pero los bajorrelieves en los cuatro lados del pedestal requieren más atención. Son como las viñetas de una historieta que explica las causas y las consecuencias de la tragedia de esa lucha a muerte fundida en bronce que truena en lo alto.

El cuento y su moral

Dejadme que os resuma  a mi modo este tebeo en bajorrelieve. Lástima que no haya encontrado quien me traduzca los caracteres rúnicos que aparecen sobre el cuerpo del malévolo ofidio que envuelve las escenas.

Dos colegas beben juntos.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

Dos colegas beben juntos.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

Dos colegas, guerreros de la misma milicia, sentados a la mesa de una taberna, liban abundantemente de la bebida espirituosa que les sirve la que parece ser la novia del de la derecha.

La serpiente acecha sobre la escena, evocación de un paraíso dónde la manzana tentadora la ofrecía la mujer. Aquí Eva sirve vino en lugar de una manzana, pero la tentación bíblica está ahí, aunque en esta historia el escultor haya fusionado el mito del pecado original con el de Caín y Abel.

Este ha trincado demasiado.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

Este ha trincado demasiado.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

Fatalmente, la borrachera hace su efecto en el de la izquierda.

El borracho se propasa.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

El borracho se propasa.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

Ofuscado por los efectos perniciosos del aguardiente, incapaz de contener sus instintos libidinosos, el borracho ase a la muchacha e intenta atraerla hacia sí.

La joven pide paz.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

La joven pide paz.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

A la ebriedad se añaden los violentos celos del otro macho que esgrime el cuchillo contra el insensato compañero. La joven se postra de rodillas ante el novio y le implora contención, mientras el contrincante prueba ya el filo de su arma. Pero Caín y Abel ya están decididos a luchar a muerte, pues en este caso Abel no morirá sin combatir.

Bältespännarna. Escultura de J.P.Molin.Detalle. Foto R.Puig

Bältespännarna. Escultura de J.P.Molin.Detalle. Foto R.Puig

El drama se produce, el duelo se celebra sangriento según las viejas tradiciones, que exigen que los dos combatientes luchen a muerte amarrados el uno al otro por un mismo cinturón.

Llorando a los muertos.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

Llorando a los muertos.Bajorrelieve.J.P.Molin.Foto R.Puig

Las consecuencias: dos muertos y una joven que llora esa pérdida absurda frente a la tumba de los dos camaradas.¡Dos jóvenes vidas destruidas por los excesos de la bebida! Caín y Abel han sucumbido juntos. La serpiente ha triunfado y la mujer se siente culpable, fue ella la que sirvió el alcohol.

Via crucis

No se acaban los duelos en el bronce. Será o no coincidencia, pero, hace dos días era Viernes Santo y este artículo estaba ya redactado, cuando un grupo de unas cincuenta personas se detuvo junto al monumento de J.P.Molin llevando en procesión una gran cruz de madera desnuda.

Guiados por una presbítera efectuaban una parada, una estación de su via crucis camino de la catedral, justo al pie de la trágica escultura.

Viernes Santo. Estacion de Via Crucis.Gotemburgo. Foto R.Puig

Viernes Santo. Estacion de Via Crucis.Gotemburgo. Foto R.Puig

El altavoz colocado sobre el pedestal reproducía sus cantos litúrgicos y uno de los fieles sostenía la cruz ante la mortal escena, bajo la cual una muchacha, como un símbolo de la sempiterna mulier dolorosa,  llora a los dos rivales muertos por causa de la tentación de la serpiente.

Es creencia cristiana que los males de la humanidad comenzar0n por la serpiente con la cooperación de una mujer al pie de la madera de un árbol  y que de aquel mortal pecado nos redimiría la muerte de un dios hombre sobre una cruz de madera.

Un mito alcanza al otro y en Gotemburgo una sacerdotisa guía el duelo por el legendario dios sacrificado. La procesión se detiene frente a la escena de otra leyenda. El nexo de unión entre ambas es una larga serpiente cuyos caracteres rúnicos puede que nos digan lo mismo que los cantos de este día, entonados por un grupo de fiels en la sobria y severa Semana Santa nórdica.

Será o no coincidencia, pero era la hora nona y el sol trataba de abrirse paso entre las tinieblas de un día nublado y frío.

Cielo de Viernes Santo en Gotemburgo.Foto R.Puig

Cielo de Viernes Santo en Gotemburgo.Foto R.Puig

Final festivo

No obstante, como hoy es Domingo de Resurrección no quiero terminar con una sensación de viernes de dolores. Así que para equilibrar el dramatismo de las escenas que hemos comentado, vamos a desplazarnos no muy lejos, al Museo de Bellas Artes de Gotemburgo, cuya fachada se atisba desde el lugar donde están emplazados los dos luchadores malhadados.

En el último piso, en las salas de la pintura moderna de artistas suecos hay una versión diferente de los efectos del alcohol.

Antes de que, en 1913, el grupo escultórico que hemos comentado se instalase con su mensaje antialcohólico en su emplazamiento definitivo, Ivar Arosenius (1878 – 1909), daba otra versión, mucho más festiva, de los estragos de la bebida, en su cuadro de 1906 titulado “Borrachera” o “Cogorza”, en sueco Rus, palabra que no tiene nada que ver con los rusos y que tambien puede significar “arrebato” (de felicidad, de amor, etc.)

Ivar Arosenius. "Borrachera".1906.Detalle. Museo de Bellas Artes de Gotemburgo. Foto R.Puig

Ivar Arosenius. “Borrachera” (Rus) 1906.Detalle. Museo de Bellas Artes de Gotemburgo. Foto R.Puig

La pintura es elocuente y no muy edificante en un país que luchaba entonces denodadamente contra el flagelo del alcoholismo.

Ivar Arosenius falleció joven, pero no fue víctima del alcohol sino de su hemofilia y está enterrado en Gotemburgo.  Fue un pintor con grandes dotes para el dibujo que, no obstante una dolencia que por entonces acarreaba muchos riesgos, produjo abundantes cuadros e ilustraciones dotados de ternura y humor.

Llevó su imagen de los “arrebatos” a niveles más osados, en una acuarela titulada la “Fiesta de Baco”, que data de 1900. En ella, a los efectos degradantes y fétidos de la ebriedad se agrega el zumbido de las moscas.

Arosenius. Fiesta báquica (Backusfest) Acuarela. Colección privada. Fuente Bukowskis auction

Arosenius. Fiesta báquica (Backusfest) Acuarela. Colección privada. Fuente Bukowskis auction

La verdad es que, a pesar de estas lecciones tan plásticas y de lo caro que resulta comprar bebidas alcohólicas en Suecia, son cientos los que se tambalean por las calles de la ciudad durante los fines de semana sin que parezca que la moraleja del grupo escultórico que hemos comentado hoy les impresione mucho. Tampoco creo que sepan mucho de Arosenius ni vayan al museo, pero el arrebato alcohólico sigue produciendo sus estragos.

Una ventaja del Sistembolaget es que, aunque gravoso para el bolsillo, la calidad de lo que se expende es notable. Sus expertos negocian por todo el mundo y entienden de vinos, licores y cervezas. El cliente que no sepa mucho de la materia (como suele frecuente por estas tierras) puede confiar en que casi siempre la calidad será buena, incluso para los precios inferiores. Pero…

¡aprended de lo que el arte ilustra y moderad el consumo!


El color en la pintura sueca de la primera mitad del siglo XX (I): Los coloristas de Gotemburgo

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Ivan Ivarson.Paisaje fluvial.Museo BBAA.Gotemburgo. Foto R.Puig

Ivan Ivarson.Paisaje fluvial.Museo de Bellas Artes.Göteborg. Foto R.Puig

Puede que se piense que los pintores suecos, a causa del clima, tendrían que ser sombríos y de oscura paleta.  Pero el color en la pintura nórdica no se apaga al salir del norte de Jutlandia donde la luz (y el color) de los pintores de Skagen creó una legendaria escuela a finales del siglo XIX, por la misma época en que Joaquín Sorolla deslumbraba en España y su amigo Anders Zorn hacia lo propio en Suecia. Pero de todo esto hay mejor y abundante información en la Wikipedia.

Menos conocido fuera de su país es Carl Wilhelmson (1866 -1928) pintor de la región de Bohusland y de Gotemburgo que pasó una buena temporada en Andalucía, en su viaje de estudios entre Leipzig, París y España.

Carl Wilhemson.Tres mozas de Granada Galeria Falhaes.

Carl Wilhemson.Tres mozas de Granada. Detalle. Galeria Fahlnaes. Göteborg. Foto R.Puig.

Los coloristas de Gotemburgo

Pero es más tarde cuando la explosión libre del color en la pintura sueca adquiere las características de las vanguardias parisinas.

Ya hace años, en mis primeras visitas al Museo de Bellas Artes de Gotemburgo me llamó la atención el audaz colorismo de una serie de pintores suecos de la primera mitad del siglo XX. Y, hace apenas tres años, tuve oportunidad de conocer la magnífica colección de pintura y escultura del modernismo sueco de la Galería Fahlnaes. Esta galería acumula los conocimientos y la experiencia de tres generaciones de prestigiosos coleccionistas de pintura y escultura suecas, desde finales del siglo XIX hasta la segunda mitad del siglo XX.

Galeria Fahlnaes. Gotemburgo .Foto R.Puig

Galeria Fahlnaes. Göteborg. Foto R.Puig

Fue en mis visitas a esa galería donde empecé a sentir el atractivo de las obras de los coloristas de Gotemburgo (Göteborgskoloristerna), fuertemente informales, al borde a veces de la iconoclastia técnica, pero vigorosas y con gran impacto visual y poético, así como la obra de otros pintores suecos, no menos coloristas, que ya había frecuentado en el museo.

La influencia de los pintores de vanguardia activos en Francia por aquellos años del comienzo de siglo se fue dejando sentir, de forma más marcada en Gotemburgo, gracias a la difusión del fauvismo y el posimpresionismo a través de artistas suecos que habían trabajado en París.

Tor Bjuström. Barcas de vela. Galeria Fahlnaes.Foto R.Puig

Tor Bjurström. Barcas de vela. Galeria Fahlnaes. Göteborg. Foto R.Puig

El más rompedor, para aquella época, maestro del grupo de Gotemburgo, fue Tor Bjurström (1888 – 1966).

Tras haber pasado un tiempo como discípulo de Matisse, volvió a Gotemburgo para ejercer como profesor de pintura en los años veinte en la Valands Konstskola, que sigue siendo una innovadora Escuela de Bellas Artes en el centro de la ciudad.

En torno a su labor docente se formaron los coloristas de Gotemburgo, inspirados por las obras de pintores como su maestro Henri Matisse o Pierre Bonnard. El nombre del grupo lo consagró un libro, hoy agotado, que un crítico de arte les dedicó en 1948.

Ivan Ivarsson.Flores.Galeria Fahlnaes.Foto R.Puig

Ivan Ivarsson.Flores.Galeria Fahlnaes.Göteborg.Foto R.Puig

Ivan Ivarson (1900-1939) fue un o de ellos.

Formó parte también del grupo “Color y Forma” (Färg och Form) de Estocolmo, pero antes fue uno de los alumnos más destacados de Bjurström en Gotemburgo.

Ivan Ivarsson.Hagen.Galeria Falhnaes.Foto R.Puig

Ivan Ivarsson.Hagen.Galeria Falhnaes.Göteborg.Foto R.Puig

Hay cuadros suyos tanto en el Museo de Gotemburgo como en la galería Fahlnaes. Murio en París.

Ragnar Sandberg. Recogiendo ciruelas..Museo BBAA.Gotemburgo. Foto R.Puig

Ragnar Sandberg. Recogiendo ciruelas.Museo de Bellas Artes. Göteborg. Foto R.Puig

Otro miembro del grupo fue Ragnar Sandberg (1902-1972) en quien la influencia del maestro se deja sentir más por su acentuado informalismo, casi naïf , que en la osadía colorista. Su obra recogiendo ciruelas recuerda el el estilo de Bonnard.

Ragnar Sandberg.El autobús azul.Museo BBAA.Gotemburgo. Foto R.Puig.

Ragnar Sandberg. El autobús azul. Museo de Bellas Artes.Göteborg. Foto R.Puig.

Está ampliamente representado en el Museo de Gotemburgo.

Inge Schiöler. Invierno en Bohuslan.Museo BBAA.Gotemburgo. Foto R.Puig

Inge Schiöler. Invierno en Bohuslan. Museo de bellas Artes.Göteborg. Foto R.Puig

También está bien representada en el Museo de Bellas Artes la obra de Inge Schiöler (1908-1971) .

En las telas de este pintor de gesto expresionista explota el color y los paisajes del Bohuslan adoptan unos tonos que recuerdan en ocasiones a los paisajistas de Céret

Inge Schiöler.Kummel (Hito costero).Galeria Fahlnaes. Foto R.Puig

Inge Schiöler. Kummel (Hito costero).Galeria Fahlnaes. Göteborg. Foto R.Puig.

La actual colección Fahlnaes cuenta con varios cuadros suyos. 

Åke Göransson. Lirios.Museo de Bellas Artes.Gotemburgo. Foto R.Puig

Åke Göransson. Lirios.Museo de Bellas Artes.Göteborg. Foto R.Puig

No hay que olvidar a Åke Göransson (1902 -1942), pintor que, detrás de un aparente descuido, demuestra una habilidad especial para la composición de los colores.

Durante la última década de su vida la esquizofrenia le fue alienando de sí mismo.

Åke Göransson. Calle.Museo BBAA.Gotemburgo. Foto R.Puig

Åke Göransson. Calle. Museo de Bellas Artes.Göteborg. Foto R.Puig

Entre los coloristas se agrupa también a Nils Nilsson (1901-1949) que nació y murió en Gotemburgo.

Nils Nilsson.Autorretrato.www.jeffwerner.se

Nils Nilsson.Autorretrato.

Nilsson dedicó un cuadro a la Guerra Civil española (“Inbördeskriget”) que, por desgracia no he podido encontrar, y representó a Suecia en la Bienal de Venecia en 1942, en plena guerra mundial. Sólo he podido encontrar un autorretrato suyo en: www.jeffwerner.se

Continuará…



Dibujos reunidos (I): el acabado en blanco en Leonardo da Vinci, Andrea Schiavone y Annibale Carracci

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Maso Finiguerra. s.XV."Uno buono disegnatore".Uffizi

Maso Finiguerra. ca.1450. “Uno buono disegnatore”. Uffizi

A guisa de introducción

La historia del dibujo está en la base de toda la historia del arte, de toda: pintura, escultura, arquitectura, imprenta, grabado, danza, fotografía, diseño, escenografía, teatro, cine, comic, videojuegos, etc.; todas las variedades de la creatividad plástica, ya sea física o mentalmente, se sustentan en el dibujo o, como se dice en italiano, en el disegno. Al fin y al cabo dibujo, diseño, drawing, dessin, quieren decir unas líneas y unas manchas con intención, con propósito, con designio.

De la mano del artista Maso Finiguerra (Tommaso D’Antonio Finiguerra, 1426-1464) o de uno de sus discípulos, al pie de su dibujo a tinta que representa a un dibujante, está escrito:

“Quiero ser un buen dibujante (uno buono disegnatore) para llegar a ser un buen arquitecto (uno buono archittetore)”.  

Por lo que se refiere al dibujo a mano eso valía para las épocas en que no existía el CAD (Computer Aided Design), contra lo cual no tengo nada que objetar, salvo un cierto instinto romántico. De hecho, ya me hubiera gustado ahorrarme los borrones, y la gillette para rasparlos, en aquellas sufridas clases de dibujo lineal de mis lejanos años de colegial.

¿Soportes del dibujo? Tantísimos, a comenzar por la pared de roca, la arcilla, el hueso, el papiro y… suma y sigue hasta llegar a la pantalla del ordenador. ¿Material y utensilios? Innumerables, desde los más groseros hasta los más recientes. En la época de los bits ya son cuasi inmateriales.

La serie que empiezo hoy sobre “dibujos reunidos” será, como el blog, diletante, aunque, a veces, ligeramente docta, más bien retro, como lo es mi biblioteca de historia del dibujo, hecha de libros de papel.

En todo caso, si el capricho se presenta y la ocasión se presta no descartaré alguna incursión vanguardista. En fin, ya veremos lo que da de sí todo esto. Hoy voy a divagar sobre el uso del albayalde, por otro lado muy tóxico y hoy en desuso (me pregunto si la muerte prematura de algunos antiguos artistas tuvo que ver con este y otros materiales con plomo).

Acabado a la biacca (albayalde o blanco de plomo o zinc) o al gessetto (pastel blanco) o a la tiza

El carboncillo, o la punta de plata, el carboncillo, el grafito, o los diversos tipos de tinta aplicada con pluma de oca o de metal, el conté o el humilde lápiz de nuestras clases de dibujo del colegio, trazan líneas negras, oscuras, ocres.  Pero cuando el trabajo está casi terminado, el ojo del dibujante, la mirada atenta, los párpados entrecerrados, delimita las luces esenciales de la figura que tiene delante. Si el dibujo no es del natural, cerrados los ojos,  la mirada interior extrae de la memoria los recuerdos del mundo y sus luces y sombras. Entonces, unos toques, unos matices, unos blancos completan el sueño y la poesía de la obra.

Hasta ya entrado el siglo XIX los artistas utilizaban con frecuencia el blanco de plomo o albayalde, en italiano la biacca.

 

Busto de mujer joven (Leonardo da Vinci, 1452-1519)

Leonardo Da Vinci. ca 1483. Busto de mujer. Biblioteca Real de Turin.

Leonardo da Vinci. ca 1483. Busto de mujer. Biblioteca Real de Turin.

¿Qué emoción puede sentir el artista cuando la modelo te mira así de soslayo? No sabemos de dónde llega ese mar de melancolía, esa evocación de amores imposibles, esa tristeza, esa cansada súplica, unidos a su inteligencia y su consapevolezza, pero este boceto de Leonardo condensa en sí todos los versos que la poesía del Renacimiento consagró a la mujer, incluídos los dedicados a su Beatrice por el Dante o a su Laura por Petrarca.

Un boceto de una simplicidad portentosa, un sfumato hecho de finas líneas entrecruzadas y del modelado al claroscuro. Una labor finísima a la punta de plata con algo de plumilla y tinta sobre papel preparado con un ligero fondo ocre; y un rostro de mujer, que algunos dicen es Cecilia Gallerani, la dama del armiño (Museo Czartoryski, Cracovia), la amante de Ludovico Sforza (acaso su melancolía proceda de su vida en jaula de oro), y ótros el boceto preparatorio del ángel de la Virgen de las rocas (Louvre). O, diría yo, ambos rostros a la vez.

Cuatro o cinco toques de biacca completan el relieve y la magia de este retrato que abre el camino hacia la Mona Lisa.

Adoración de los Magos (Andrea Schiavone, 1510-1563)

Andrea Schiavone. Adoracion de los Magos. ca 1560.Biblioteca Real de Turin.

Andrea Schiavone. Adoracion de los Magos. ca 1560.Biblioteca Real de Turin.

¿Qué vigor, qué madurez y qué seguridad del trazo se necesita para manejar así la plumilla y el pincel mojados en bistro, combinando el trazo y la aguada? Detrás de la maestría de este rápido boceto del manierista veneciano Andrea Schiavone (Andrija Medulić o Andrea Meldola) rastreamos la manera del Parmigianino, pues tanto el emiliano como el veneciano Tintoretto influyeron en Schiavone.

Con la intensidad de las manchas y la parquedad de las líneas, parece que estuviese ya trabajando sobre la tela en vez de hacerlo sobre un papel ligeramente teñido de azul.

Unos toques de blanco de biacca, sobriamente aplicados, destacan las figuras de la penumbra, acentuando sus volúmenes.

Estudio para Hércules sosteniendo el Globo (Annibale Carracci, 1560-1609)

Annibale Carracci. Boceto para Hercules sosteniendo el Globo.ca. 1595. Biblioteca Real de Turin

Annibale Carracci. Boceto para Hercules sosteniendo el Globo.ca. 1595. Biblioteca Real de Turin 

Los hermanos boloñeses Carracci, influidos también por los manierismos emiliano y veneciano, abrieron sin embargo una nueva vía al naturalismo clasicista con su Accademia degli Incamminati. Annibale Carracci acabaría sus días en Roma tras dejarnos su obra maestra en los techos de la familia Farnese.

Entre sus primeros trabajos en el Palazzo Farnese, en su camerino, destacan las figuras de Hércules, inspiradas por la famosa escultura del Hércules Farnese. El dibujo que traigo hoy aquí es uno de los bocetos preparatorios.

Unos toques de tiza o de gessetto o pastel blanco (material reciente por entonces) sobre un dibujo al carboncillo, realzan ligeramente las zonas más iluminadas del cuerpo del atleta que sirvió de esforzado modelo al meticuloso Annibale Carracci.

……………

Con estos tres ejemplos, hemos dado un salto desde finales del siglo XV al final del siglo XVI. De la escuela florentina hemos pasado por el arte manierista, ya a las puertas del Barroco de la Contrarreforma, a la recuperación del clasicismo  naturalista: Leonardo da Vinci, el genial naturalista de escuela florentina, Andrea Schiavone, manierista veneciano, y Annibale Carracci, renovador del naturalismo clasicista y admirador de Miguel Ángel.

Estos dibujos se inscriben en un período de más de cien años del arte italiano. Lo que les reúne aquí es por supuesto la sabiduría artística del saber mirar, la maestría en la síntesis de los volúmenes, de la luz y la penumbra. En definitiva, la capacidad de plasmar el claroscuro en un dibujo y, como culminación final, unos breves trazos de blanco.

Por cierto, en el dibujo de Maso Finiguerra no hay albayalde. A mi modo de ver y sin tener el original en mis manos (qué más quisiera yo),  lo que hace es dejar sin entintar el papel azul claro del fondo para resaltar la areas de mayor luminosidad. Aunque pudiera ser que trabajase ya con un gessetto de color. Pero este no es el tema de hoy…

Fuentes: 

Para los dibujos de Leonardo, Schiavone y Carracci The famous italian drawings of the Royal Library of Turin, Milano, Silvana Editoriale d’Arte, Riunione Adriatica de Sicurtá, 1978. Estudio y comentarios de Andreina Griseri.

Para el dibujo de Maso FiniguerraHugo Chapman and Marzia FaiettiFra Angelico to Leonardo: Italian Renaissance Drawings, London, British Museum Press, 2011. 


El color en la pintura sueca de la primera mitad del siglo XX (y II): Otras corrientes

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Anders Sandströim. Nuestro pan cotidiano.Galeria Fahlnaes.Gotemburgo.Foto R.Puig

Anders Sandström. Nuestro pan cotidiano.Galeria Fahlnaes.Gotemburgo.Foto R.Puig. En su lucha darwiniana por la perpetuación de la especie, un mirlo duda entre comerse las bayas del bosque o al gusano que se alimenta de ellas.

Para enlazar con la entrada del 7 de abril encabezo este artículo con una imagen de la galería en la que empecé a familiarizarme con el colorismo sueco. Sobre el fondo de los cuadros que comentaba aquel día se destaca un pequeño bronce titulado “el pan nuestro de cada día”, obra de un escultor contemporáneo, Anders Sandström, hoy ya jubilado, que compatibilizó muchos años de su carrera diplomática en Latinoamérica con la escultura de animales en bronce.

Unos artistas abiertos a las vanguardias de la pintura europea

Axel Nilsson.Mujer con amarylis. Museo de Bellas Artes de Gotemburgo.

Axel Nilsson.Mujer con amarylis. Museo de Bellas Artes de Gotemburgo.

Y sigo con la presentación de otros pintores suecos  que también mostraron gran osadía en el manejo de tonos fuertemente saturados o en los juegos de complementariedad colorista heredados del posimpresionismo.

Karl Isakson. Bodegon.Museo BBAA.Gotemburgo.Foto R.Puig.

Karl Isakson. Bodegón.Museo de Bellas Artes.Gotemburgo.Foto R.Puig.

Karl Isakson.Modelo reclinada.Museo BBAA.Gotemburgo.Foto R.Puig.

Karl Isakson.Modelo reclinada.Museo Bellas Artes.Gotemburgo.Foto R.Puig.

Karl Isakson (1878 – 1922). Completó sus estudios de arte en Italia y Alemania, pero fueron sus viajes a París en 1911 y 1914, con su descubrimiento de la pintura de Cezanne y de Picasso, los que cambiaron su estilo.

Acabó instalando su taller en Copenhague.

Johan Johansson.JDetalle autorretrato.Museo BBAA Gotemburgo.Foto R.Puig.PG

Johan Johansson.Detalle de su autorretrato.Museo Bellas Artes. Gotemburgo.Foto R.Puig.

Johan Johansson (1879 – 1951) también expuso en Venecia junto a Nils Nilsson, el pintor que cerraba el artículo del 7 de abril pasado. Aplica con seguridad amplias pinceladas de color o golpes de espátula.

Carl Kylberg. Homecoming.Museo BBAA.Gotemburgo.Foto R.Puig

Carl Kylberg. Volviendo a casa.Museo Bellas Artes.Gotemburgo.Foto R.Puig

Carl Kylberg (1878 – 1953) destaca también por una preferencia por los fuertes contrastes de color. Es uno de los principales exponentes del colorismo sueco en el Museo de Bellas Artes de Gotemburgo. Fue un pintor muy abierto al panorama artístico internacional. Expuso en Copenhage, Budapest, Londres, Paris y los EEUU.

Folke Andreasson. Bohuslan. Galeria Fahlnaes.Gotemburgo.Foto R.Puig

Folke Andreasson. Bohuslan. Galeria Fahlnaes.Gotemburgo.Foto R.Puig

Folke Andréasson (1902-1948) fue también alumno de Tor Bjurström (de quien traté en la entrada anterior) en Gotemburgo y pasó el curso 1937/38 en París, con evidentes efectos en su pintura.

Wilgot Olsson. Bodegón sobre mantel a rayas.Museo de Bellas Artes.Gotemburgo. Foto R.Puig.

Wilgot Olsson. Bodegón sobre mantel a rayas.Museo de Bellas Artes.Gotemburgo. Foto R.Puig.

Wilgot Alexander Olsson (1906-1990). Nació y murió en Gotemburgo. Su pintura es colorista pero estructurada y serena, sin estrépitos. En su esfuerzo por ordenar el paisaje y los bodegones con espíritu geométrico se nota le herencia de Cezanne y del cubismo.

El modernismo “naivista”

Vera Nilsson.Paisaje de Oland.Museo de Bellas Artes.Gotemburgo. Foto R.Puig.

Vera Nilsson.Paisaje de Öland.Museo de Bellas Artes.Gotemburgo. Foto R.Puig.

A fines de la segunda década del siglo XX surgen algunos artistas, entre los que destacan varias mujeres pintoras, que quieren mirar un mundo, que consideran demasiado dominado por la industria, con los ojos de la infancia. Trabajan también con una paleta acentuadamente colorista.

Erik Hallstrom. Solna. Museo de Bellas Artes de Gotemburgo

Erik Hallstrom. Solna. Museo de Bellas Artes de Gotemburgo

Erik Hallström (1893-1946). Miembro del grupo “Color y Forma” (Färg och Form) de Estocolmo fue uno de los iniciadores de “naivismo” sueco.

Vera Nilsson.Primeros pasos.1923.Collecion Prinse Eugen. Castillo de Waldemarsudde.Fuente Dagens Nyheter 2008

Vera Nilsson.Primeros pasos.1923.Colección Prinse Eugen. Castillo de Waldemarsudde.Fuente: Dagens Nyheter 2008

Vera Nilsson (1888 – 1979). Estudió en Francia en los años de inicio del cubismo y esa influencia se nota en sus cuadros de entonces. Muy conocida en Suecia, en particular por sus frescos en lugares públicos, como la estación y el metro de Estocolmo, o por sus paisajes de Öland y sus retratos de niños. Algunos de sus cuadros me recuerdan a María Blanchard.

Siri Derkert. Flicka. Museo de Bellas Artes de Gotemburgo

Siri Derkert. Niña. Museo de Bellas Artes de Gotemburgo

Siri Derkert (1888-1973). Esta pintora estudió en París en los años del cubismo, del fauvismo y del futurismo. A medio camino entre el colorismo y el expresionismo se centró en motivos personales, en particular niños.

Axel Nilsson.Kungsholmsstrand. ca.1934.Fuente Stockholms Auctionsverket

Axel Nilsson.Kungsholmsstrand. ca.1934.Fuente : Stockholms Auctionsverket

Axel Nilsson (1889-1980). Sus vivos colores denotan la influencia de su estancia en París en los años veinte, con preferencia por escenas de calle o del hogar.

Sven Erixon.Badplats.Moderna Museet.Estovcolmo

Sven Erixon.Badplats (lugar para el baño).Moderna Museet.Estocolmo

Sven Erixson (1899-1970) fue probablemente el más viajero de esta corriente. En la década de los años veinte pintó en Italia, Alemania, Francia y España. Fue un gran admirador de El Greco, de Goya y… de la huerta valenciana,  donde pasó un mes entero pintando gracias al director de una empresa sueca (Svenska Banan Kompaniet) que exportaba naranjas españolas a Suecia.

Olle Olsson Hagalund. El estudio de Dauber.Museo de Bellas Artes.Gotemburgo. Foto R.Puig.JPG

Olle Olsson Hagalund. El estudio de Dauber.Museo de Bellas Artes.Gotemburgo. Foto R.Puig.JPG

Olle Olsson Hagalund (1904 – 1972). Más conocido como Hagalund, su casa de madera en Solna (comuna de Estocolmo)  es hoy un museo y un centro cultural. Comenzó como miembro del grupo “Color y Forma” y se centró particularmente en escenas de calle y retratos femeninos.

………….

Creo que por hoy es suficiente. Ahora me toca salir a buscar el color para mis propios cuadros…


Fisionomías (VI). Retorno a Estocolmo (I): la expresión gótica en las esculturas de Carl Milles

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Desde la terraza del Millesgården.Foto R.Puig

Desde la terraza del Millesgården.Foto R.Puig

Se lo dedico a mi hijo Martin

Millesgården

No había vuelto a Estocolmo desde hacía casi veinte años.

Caí en la cuenta durante mi visita al Millesgården a fines de abril, cuando viaje a esta ciudad que me guarda amistades y recuerdos importantes. He ido de consorte acompañante (ventajas de la jubilación) y hemos aprovechado para celebrar allí el cumpleaños de uno de nuestros hijos.

Es así como, en una tarde fresca, ventosa y de cielo radiante, hemos paseado de nuevo por los jardines de la casa museo de Carl Milles (1875-1955), mientras yo calculaba los años transcurridos y recordaba que, por ese mismo parque, frente al ancho brazo de mar atravesado por el puente de Lidingö, correteaba yo detrás de mis dos hijos pequeños para evitar que se encaramasen a las balaustradas o se cayesen a los estanques. De eso hace casi veinte años.  Y ahora volvía a Estocolmo para celebrar el cumpleaños de uno de los dos.

El tiempo ha pasado y los hijos nos traen otras satisfacciones, pero ya no la de llevarles de la mano, ni la de ir detrás de ellos por los jardines del Millesgåarden. En adelante, mientras las piernas lo permitan corretearemos de la mano de los nietos.

Pies de Poseidón.Millesgården.Foto R.Puig

Pies de Poseidón.Millesgården.Foto R.Puig

Un escultor gótico y expresionista en el siglo XX 

Los pintores más representativos del inicio del expresionismo en las primeras décadas del siglo XX fueron alemanes y representaron en sus lienzos el drama de los colores y las formas.

No es casualidad que, siglos antes, la dramática policromía gótica, tallada en madera, dominase el arte de Alemania entre los siglos XIV y XVI.

Dormición de la Virgen. Del órgano de Salzburgo.s.XVI.Millesgården.Foto R.Puig

Dormición de la Virgen. Del órgano de Salzburgo.s.XVI.Millesgården.Foto R.Puig

Tampoco me parece una mera coincidencia que el escultor sueco más potente de la primera mitad del siglo XX, discípulo de Rodin, elogiado por su maestro, pero de expresividad propia e independiente, tuviese en su casa y taller de Lidingö una colección de tallas policromadas alemanas de época gótica.

Apóstoles del órgano de Salzburgo.s.XVI.Detalle.Millesgården.Foto R.Puig

Apóstoles del órgano de Salzburgo.s.XVI.Detalle.Millesgården.Foto R.Puig

Pienso que no abuso de los paralelismos, cuando constato que los rostros y la actitud de esas tallas parecen reflejarse en los rostros y la presencia de las obras del expresionismo de Carl Milles, desacralizado, pero no por ello menos legendario y mitológico.

Carl Milles.Poseidon.Detalle.Millesgården.Foto.R.Puig

Carl Milles.Poseidón.   Detalle.Millesgården.Foto.R.Puig

Carl Milles.Cabeza de Orfeo.Millesgården.Foto.R.Puig

Carl Milles.Cabeza de Orfeo.Millesgården.Foto.R.Puig

Talla gótica.Detalle. Millesgården.Foto R.Puig

Talla gótica.Detalle. Millesgården.Foto R.Puig

Apostol del órgano de Salzburgo.s.XVI.Millesgården.Detalle. 1.Foto R.Puig

Apostol del órgano de Salzburgo.s.XVI.Millesgården. Detalle.  Foto R.Puig

Mirad si no este rostro de Poseidón o de Orfeo y, junto a ellos, los rostros de los apóstoles o de esa dama de tocado medieval.

Así como algunas de sus cabezas de mujer y las tallas de San Juan Evangelista y de Santa Dorotea.

San Juan Evangelista.Talla del sur de Alemania.s.XVI.Millesgården. Foto R.Puig

San Juan Evangelista.Talla del sur de Alemania.s.XVI.Millesgården. Foto R.Puig

Carl Milles.Cabeza de mujer. Plata. 1917.Millesgården.Foto R.Puig

Carl Milles.Cabeza de mujer. Plata. 1917.Millesgården.Foto R.Puig

Carl Milles.Cabeza de Eurídice. 1936. Millesgården.1936.

Carl Milles.Cabeza de Eurídice. 1936. Millesgården.1936.

Santa Dorotea. Talla gotica alemana. Perfil.s.XVI.Millesgården.Foto R.Puig

Santa Dorotea. Talla gotica alemana. Perfil.s.XVI.Millesgården.Foto R.Puig

O los personajes femeninos del grupo de la Virgen con el niño de la colección de Carl Milles

Talla gótica alemana con la Virgen y el niño.Millesgården.Foto R.Puig

Talla gótica alemana con la Virgen y el niño.Millesgården.Foto R.Puig

donde María ostenta un profético rictus amargo.

Talla gótica alemana con la Virgen y el niño.Detalle.Millesgården.Foto R.Puig

Talla gótica alemana con la Virgen y el niño.Detalle.Millesgården.Foto R.Puig

Talla gótica alemana con la Virgen y el niño.Detalle de la Virgen.Millesgården.Foto R.Puig

Talla gótica alemana con la Virgen y el niño.Detalle. Millesgården.Foto R.Puig 

Talla gótica alemana con la Virgen y el niño.Detalle del niño..Millesgården.Foto R.Puig

Talla gótica alemana con la Virgen y el niño.Detalle.Millesgården.Foto R.Puig

Para el niño Jesús, de mirada estrábica y cráneo tabes, no he encontrado parangón. Quizás porque la visión de la infancia en Milles era exultante y lejos de las tristezas de las tallas góticas de su colección.

Carl Milles. Angel musico. Millesgården.Foto R.Puig

Carl Milles. Angel musico. Millesgården.Foto R.Puig

En realidad Carl Milles prefirió para sus jardines unos gráciles ángeles músicos.

Carl Milles.La mano de Dios. Millesgården.Foto R.Puig

Carl Milles.La mano de Dios. Millesgården.Foto R.Puig

Incluso cuando la mano de Dios entra en escena no es para juzgar o aplastar al hombre bajo su culpa, expulsándolo del paraíso, sino para impulsarlo y dotarlo de un excelso equilibrio.

Esas obras se yerguen, muy apropiadamente,  frente al agua y la luz del mar archipelágico de Estocolmo.

Brazo de mar en Lidingö desde Millesgården.Foto R.Puig.

Brazo de mar en Lidingö desde Millesgården.Foto R.Puig.

Si algún día visitáis Millesgården, tras abriros el apetito paseando por su parque, no olvidéis entrar en la cantina de esta casa-museo. Allí, muy apropiado también, caed en la tentación de su sopa de pescado. No os arrepentiréis.


Divagaciones inglesas (I). ¿Es la escultura galardonada con el Fourth Plinth 2013 un plagio en Trafalgar Square?

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Gower Street.Londres. Foto R.Puig

Gower Street.Londres. Foto R.Puig

Deambulando por Londres

El pasado miércoles he vuelto de un viaje a Leicester, con intermedio de una escapada a Londres, que siempre hace bien aunque al final se resientan las piernas.

He de decir que esta vez he sentido estremecimiento, pena y solidaridad (más aún siendo yo madrileño) con los londinenses, a quienes la agresión de unos fanáticos ha golpeado de nuevo al día siguiente de mi retorno a Gotemburgo.

Por eso he querido empezar esta crónica con el memorial del poeta bengalí y activo pacifista Rabindranath Tagore (1861-1941), a quien leí con devoción en mi adolescencia.

Memorial de Rabindranath Tagore en Gordon Squqre. Bloomsbury.Foto R.Puig

Memorial de Rabindranath Tagore en Gordon Square. Bloomsbury.Foto R.Puig

Paseando entre el British Museum y la British Library me encontré con su busto, que es modesto desde el punto de vista creativo pero inmejorablemente situado. Está en la Gordon Square, uno de esos jardines de Bloomsbury donde el tiempo parece detenerse y donde vivió John Maynard Keynes (1843-1946). También habitó ese barrio otro poeta que me emociona, W.B.Yeats (1865-1939), descubridor de Tagore en Inglaterra y prologuista de la primera traducción de Gitanjali, la obra que le valió el Premio Nobel al bengalí.

British Museum.Londres.Foto R.Puig

British Museum.Londres.Foto R.Puig

Había salido del Museo Británico bajo una lluvia piadosa y, caminando por Gower Street, me topé con la casa de una pionera en la lucha por los derechos de la mujer: Millicent Garrett Fawcett(1847-1929).

La casa de la lider sufraguista Millicent Garrett Fawcett en Gower Street.Foto R.Puig

La casa de la lider sufragista Millicent Garrett Fawcett en Gower Street.Foto R.Puig

Creció en una familia acomodada que educó a sus hijas en la libertad. Inspirada por el discurso feminista de John Stuart Mill (1806-1873), esta economista escribió,  entre otras obras, “The position of women in economic life” (Londres,  Allen & Unwin, 1917) y fue una lider destacada del movimiento sufragista.

La British Library con las torres de Saint Pancras.Foto R.Puig

La British Library con las torres de Saint Pancras.Foto R.Puig

Me detuve a comprar en Waterstones algunos ensayos y crónicas sociales  de Georges Orwell (1903-1950), con lo que llegué tarde a la British Library, pero con luz suficiente para fotografiar su nueva sede (criticado por los puristas pero tan eficaz), sobre la que montan guardia las torres de Saint Pancras.

Sobre la escultura del niño a caballo en Trafalgar Square o de cómo remedar a un artista romano sin citar su obra 

Antes, en mis persistentes esfuerzos por agotar del todo a mis cansados pies, me pasé más de cinco horas en la National Gallery. Por cierto que tampoco ahí ha llegado la deseada  tolerancia hacia la fotografía digital sin flash, por lo que no puedo dejar en esta página el testimonio gráfico de  mis hallazgos y reflexiones.

Pero, para no defraudar hoy a los lectores de este blog, sucedió que, tras bajar las escalinatas de esa apabullante despensa de maravillas me asaltaron otras sorpresas y otros pensamientos. Me explico…

En Trafalgar Square hay un plinto monumental que quedó vacío por falta de fondos allá por 1841. Es ”el cuarto plinto”. Desde 2005 la Municipalidad de Londres, con patronazgo privado, expone temporalmente una escultura seleccionada por la Fourth Plinth Commission.

http://www.london.gov.uk/fourthplinth/

En 2013 el galardón ha recaido en los escultores escandinavos Elmgreen & Dragset, quienes en su Figura 101 de la serie Powerless Structures nos ofrecen una parodia de las esculturas equestres, imperatorias, pomposas y generalmente bélicas, bien asentadas en la estatuaria occidental desde el tiempo de los romanos.

Escultura de Elmgreen & Dragset. Trafalgar Square. Foto R.Puig.

Elmgreen & Dragset. Figura 101 de la serie Powerless Structures. Trafalgar Square. Foto R.Puig.

Hasta aquí nada que objetar, pues han citado como inspiración la copia de la famosa escultura de Marco Aurelio en la plaza del Campidoglio de Roma, cuyo original se conserva dentro de los adyacentes Museos Capitolinos.

Marco Aurelio en la plaza del Campidoglio.Foto R.Puig

Marco Aurelio en la plaza del Campidoglio.Foto R.Puig

Sin embargo y aunque yo no quiera ser malo, me pregunto qué diría el anónimo artista romano autor de la escultura de tamaño natural del niño jinete, una obra, probablemente votiva y nada bélica, que se exhibe, notablemente restaurada y bien a la vista, en el Aula Decima del Museo de las Termas de Diocleciano en Roma y de la que ya hablé en mi entrada de 21 de mayo del 2011 (”Entre Roma y Valencia”)

Muchacho romano a caballo.Museo delle Terme.Roma.Foto R.Puig

Muchacho romano a caballo.Museo delle Terme.Roma.Foto R.Puig

En tiempos de los romanos no se hablaba de derechos de autor, pero, salvo que se me haya escapado algo, no habría estado mal que los autores del bronce de Trafalgar Square o alguno de los críticos que lo han comentado, hubiesen mencionado la fuente de la escultura de Elmgreen & Dragset en Londres. No discuto el valor de la obra de esta pareja de artistas de Dinamarca y Noruega, aunque se aleje de su estilo habitual, ni quito ni pongo rey, pero, ustedes vean y formen su opinión.

La verdad es que entre la ingenua parodia de estos escultores y la inocente originalidad de su modelo romano, me quedo con este su original antiguo.

Elmgreen & Dragset. Figura 101 de la serie Powerless Structures. Trafalgar Square. Foto R.Puig

Elmgreen & Dragset. Figura 101 de la serie Powerless Structures. Trafalgar Square. Foto R.Puig

Muchacho romano a caballo.Museo delle Terme.Roma.Foto R.Puig

Muchacho romano a caballo.Museo delle Terme.Roma.Foto R.Puig

Continuará…

De Londres me llevé una nueva vision de su río, cuyos márgenes no había pateado desde hace siglos.

Desde la orilla del Tamesis.Londres.Foto R.Puig

Desde la orilla del Tamesis.Londres.Foto R.Puig

Pero de esto y de Leicester hablaremos en otras crónicas…


Retorno a Estocolmo (II). Miscelánea al buen tuntún

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Penélope nos recibe en la estación de Estocolmo. Foto R.Puig

Penélope nos recibe en la estación de Estocolmo. Foto R.Puig

En la crónica del 19 de mayo había vuelto a Estocolmo empezando por las esculturas de Carl Miles.  La verdad es que es tan abundante lo visto que toda la planificación inicial quedó desbordada. Así que lo que voy recoger hoy es una miscelánea caprichosa. Digamos que he rebuscado entre las fotos y lo de hoy va mezclado al tuntún de mis preferencias.

Y no podía ser de otro modo para un español que llega a Estocolmo con un programa bien pensado y en la nave de su estación central le recibe en tamaño gigante una cierta chica de Alcobendas a la que creo que en su casa llaman Pe.

Ya en esta tesitura, aquí se van a mezclar las calles, los museos y las plazas de la ciudad casi casi por asociaciones u oposiciones automáticas.

Ya veremos lo que sale.

Puesto de hortalizas en el mercadillo de Hötorget.Estocolmo. Foto R.Puig

Puesto de hortalizas en el mercadillo de Hötorget.Estocolmo. Foto R.Puig

Pues me ha salido el mercadillo de la plaza del Auditorio, la Konserhuset, y una colorida estampa de un puesto de hortalizas. Puede ser que por haber hablado de un lugar como Alcobendas hemos acabado en un mercado de barrio. Los espárragos verdes son suecos, los blancos alemanes. No están mal los colores de este cuadro. Que conste que no pretendo ondear la bandera de la República Italiana.

Y como las hortalizas van bien con el pescado, en pleno centro y desde un puente cerca del Palacio Real, con un poco de paciencia podríamos a ver a los pescadores de río revuelto capturando algún salmón con sus atarrayas.

Pesca a la atarraya bajo el Norrbron.Estocolmo. Foto R.Puig

Pesca a la atarraya bajo el Norrbron.Estocolmo. Foto R.Puig

Mi paseo de la primera mañana fue por Södermalm, donde se pueden admirar esas fachadas uniformes de la arquitectura del Estocolmo de principios del siglo XX  en un rojo casi terracota.

Calle de Södermalm.Estocolmo. Foto R.Puig

Calle de Södermalm.Estocolmo. Foto R.Puig

Otra fachada cercana en amarillo Nápoles.

Esquina de Södermalm.Estocolmo. Foto R.Puig

Esquina de Södermalm.Estocolmo. Foto R.Puig

No lejos de ahí, junto a una plaza acogedora se alza el minarete de una mezquita, emplazada en un edificio con aire del siglo XVIII, en el  mismo color, aunque un poco más pálido, debido probablemente al paso del tiempo.

Mezquita de Södermalm.Estocolmo. Foto R.Puig

Mezquita de Södermalm.Estocolmo. Foto R.Puig

Yéndome del lado del agua, al borde del Saltsjön (lago de la sal) tengo la sensación de que Penélope Cruz me persigue por Estocolmo. Creí que se había quedado en la estación, pero no ¡me está esperando en la parada del autobús! No me puedo quejar.

Vista desde Katarinavagen. Estocolmo. Foto R.Puig

Vista desde Katarinavägen. Estocolmo. Foto R.Puig

Pero, en fin, la foto puede justificarse, porque por allá detrás se ve la torre de una iglesia de la ciudad vieja.

Y, aunque de iglesias hay también para elegir en Estocolmo, pienso que ha bastado por hoy con la imagen de la mezquita y su modesto minarete.

Lo que sigue también tiene que ver con los mitos, aunque en este caso se trate de los modermos.

 

Algunos símbolos de las luchas y conquistas sociales de la Suecia moderna

Carl Eldh.Monumento a Branting. Fundador del Partido Socialdemocrata sueco en 1889. Detalle. Estocolmo. Foto R.Puig

Carl Eldh.Monumento a Branting. Fundador del Partido Socialdemocrata sueco en 1889. Detalle. Estocolmo. Foto R.Puig

De hecho, como habréis adivinado, el detalle de este bajorrelieve es laico y combativo. Corresponde al memorial de la creación del Partido Socialdemócrata de los Trabajadores de Suecia en 1889. Está en Norra Bantorget, lugar donde terminan siempre los desfiles del 1° de mayo.

Su fundador fue Hjalmar Branting, a quien aquí vemos en plena arenga.

Carl Eldh. Monumento a Branting. Fundador del Partido Socialdemocrata sueco en 1889. Estocolmo. Foto R.Puig. JPG

Carl Eldh. Monumento a Branting. Fundador del Partido Socialdemocrata sueco en 1889. Estocolmo. Foto R.Puig.

Carl Eldh (1873-1974), que aparece en la imagen con las manos en  la masa,  fue quien que lo talló en escayola en 1942. A causa de la guerra sólo se pudo vaciar en bronce en 1952, en los talleres de fundiciones Bergmans.

Carl Eldh modelando el monumento a Branting en su taller

Carl Eldh modelando el monumento a Branting en su taller

Mäster Palm. Fundador de la Landsorganisationen. LO. Sindicatos socialistas suecos. Estocolmo. Foto R.Puig

Mäster Palm. Fundador de la Landsorganisationen. LO. Sindicatos socialistas suecos. Estocolmo. Foto R.Puig

En la misma plaza está el edificio del sindicato socialista LO (Landsorganisationen) fundado en 1898 gracias al impulso de August Palm (1849-1922).

Con la música a otra parte

Me he merecido un descanso y me como una hamburguesa en un cercano establecimiento de la cadena Max.

Cuando subo a la habitación del hotel para cambiarme de zapatos diviso la silueta caracterísica de la torre del Ayuntamiento. Es ahí donde cada año se celebra la suntuosa comilona de los premios Nobel.

Vista de la torre de la Stadshuset desde el hotel Clarion Estocolmo. Foto R.Puig.

Vista de la torre de la Stadshuset desde el hotel Clarion de Estocolmo. Foto R.Puig.

Temo que alguien me acuse de vulgaridad ¿¡cómo se puede mezclar la carne picada con el mecenazgo de la Fundación Nobel !?

En realidad me parece que se ha producido en mi cerebro una de esas asociaciones automáticas que perseguían con ahínco los surrealistas. Puede que sea porque en los últimos días la prensa nos han refrescado el recuerdo de como un tratante de ganado porcino llegó no sólo a financiar el golpe franquista sino incluso a sobornar, durante la II Guerra Mundial, a la plana mayor del ejército de Franco con dinero de los ingleses y, lo que tiene más mérito, sin enemistarse con los alemanes. Arribado luego a afortunado especulador y potentado, se convirtió en el mayor mecenas de las artes y de la cultura de la historia contemporánea de España.

Si de las cochiqueras puede alguien reciclarse sin estridencias en ilustre mecenas y acabar impulsando la pintura española contemporánea o coleccionando las obras más cotizadas del expresionismo abstracto americano, el inventor de la dinamita no debería ofenderse si he mezclado las hamburguesas con su filantrópico nombre

La casa museo de Sven Harris

Eduard Munch. Detalle de retrato.Museo Sven Harris.Estocolmo Foto R.Puig

Eduard Munch. Detalle de retrato (con ojos goyescos). Museo Sven Harris.Estocolmo Foto R.Puig

No fue ni bélico ni explosivo el caso de Sven Harris, alguien que ha hecho las cosas sin meterse en extraperlos, guerras o espionajes. Es un constructor amante del arte, coleccionador de artistas nórdicos y promotor de arte contemporáneo.

http://sven-harrys.se/en/

El museo esconde dentro de una cápsula arquitectónica racionalista y contemporánea la reproducción exacta de la vieja casa del siglo XVIII del mismo Harris. La parte moderna se dedica a las exposiciones temporales de arte actual y la casa encierra una muestra selecta de su colección de arte y diseño. La visita es guiada, a cargo de Joshua, un licenciado en Bellas Artes de nacionalidad estadounidense que se expresa en un sueco perfecto.

El rincón de la chimenea con cuadros de Munch y Strinderg.Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig JPG

Rincón de la chimenea y cuadros de Munch y Strinderg.Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig JPG

Cerca de una chimenea tradicional sueca en cerámica nos asaltan una obra de Edvard Munch y un óleo de Strindberg. Es sabido que el literato sueco era también muy buen fotógrafo y pintor. Este cuadro me hace pensar en Victor Hugo y en en sus acuarelas, algunas de las cuales son tan tempestuosas como el lienzo del sueco. Ambos pintaron las tormentas del mundo interior con las metáforas del mar abismal y de sus oleajes y huracanes.

August Strindberg. Altamar. 1894.Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

August Strindberg. Altamar. 1894.Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

Observo que en la misma sala hay un pequeño lienzo de una artista sueca en el que,  a mi juicio, ha copiado a su manera el rostro del ángel de La virgen de las rocas de Leonardo da Vinci.

Ante el óleo de Ylva Ogland,1997,  inspirado en el ángel de la Virgen de las rocas de Leonardo.Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig JPG

Ante el óleo de Ylva Ogland,1997. Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig JPG

En todas las habitaciones hay obras de arte cuidadosamente escogidas. En esta casa museo no hay nada que desentone, incluidos los objetos de diseño en las vitrinas de la cocina y algunos muebles, ya clásicos, de diseñadores contemporáneos.

Sillas Superleggera de Ponti.1950, bajo un cuadro de Bror Hjorth.ca 1935. Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

Sillas Superleggera de Gio Ponti.1950, bajo un cuadro de Bror Hjorth.ca 1935. Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

Sobre tres sillas diseñadas por Gio Ponti con el nombre de ”Superleggera” cuelga un cuadr,o de inspiración rousseauniana y gaugueniana, del pintor y escultor sueco Bror Hjorth (1894-1968).

En la terraza. Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig.

En la terraza. Sven Harris Museet. Estocolmo. Foto R.Puig.

El recorrido de la casa en la segunda planta del museo se acaba por la terraza y por la sala de exposiciones temporales. Al salir a la calle, a pocos pasos de allí descubro, mientras espero el autobús, la casa en la que vivió Astrid Lindgrens, la inventora de Pippi Långstrump, la niña transgresora que en la TV española se bautizó como Pippi Calzaslargas.

Placa en el portal de la casa de Astrid Lindrgens, la creadora de Pippi Långstrump. en Vasastan. Estocolmo. Foto R.Puig

Placa en el portal de la casa de Astrid Lindgrens, la creadora de Pippi Långstrump. en Vasastan. Estocolmo. Foto R.Puig

La casa donde vivió  Astrid Lindgrens en Vasastan. Estocolmo. Foto R.Puig

La casa donde vivió Astrid Lindgrens en Vasastan. Estocolmo. Foto R.Puig

 

El Centro de Arte Bonniers

 

Desde la ventana del Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

Desde la ventana del Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

La heredera de la familia Bonniers (editores y accionistas de empresas de publicación de libros y periódicos), ella misma periodista, galerista y guionista de cine,  creó, en memoria de su hija única, fallecida en accidente de circulación, en 1985 la Fundación que lleva su nombre y en el 2006 el Bonniers Konsthall  .

Es un lugar de arquitectura ligera y acristalada con magníficas salas de exposición y una política de promoción de jóvenes artistas con becas, exposiciones, cursos, etc.

http://www.bonnierskonsthall.se/en/maria-bonnier-dahlins-stiftelse/

No quedaba lejos de mi visita anterior y realmente me alegro de haber entrado y pagado el billete, aunque sólo sea por la calidad de sus espacios y la armonía expositiva de la la muestra del joven arquitecto danés Jeppe Hein.

Jeppe Hein.Muro  Espejo.Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

Jeppe Hein.Muro Espejo.Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

 

Es algo así como una sesión de relajación al son ligeramente tibetano de sus singing balls.

Jeppe Hein.Singing balls.Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

Jeppe Hein.Singing balls .Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

Te has de dejar llevar por el ritmo zen de una serie de esferas que circulan lentamente por unos raíles suspendidos y van golpeando campanas de bronce, invertidas y colocadas sobre una especie de pebeteros de altura variable.

Jeppe Hein.Muro  Espejo.Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

Jeppe Hein.Muro Espejo.Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

Se producen así sonidos de gong de diversa escala y de unas resonancias de atmósfera budista. Los espacios son amplios y luminosos y los muros se han pintado con los tonos básicos de la Teoría de los Colores de Goethe.

Jeppe Hein.Singing balls.Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

Jeppe Hein.Singing balls.Bonnierskonsthall.Foto R.Puig

El efecto de esta instalación minimalista es beneficioso y sosegante.

Miscelánea de imágenes del Fotografiska Museet y del Moderna Museet

Al subir a la primera planta del Fotografiska Museet, me encuentro esta vez con una artista que precisamente ha trabajado bajo las órdenes de Woody Allen en compañía de nuestra Penélope.

Fotografiska Museet. Estocolmo.Foto de Scarlett Johanson por Russell James

Fotografiska Museet. Estocolmo.Foto de Scarlett Johansson por Russell James

Está vez las he encontrado a las dos no en Barcelona sino en Estocolmo.

Y ahora comparad este retrato de Scarlett Johansson con un icono más antiguo del Moderna Museet.

¿Han pasado de verdad 80 años?

Wilhelm Freddie. Detalle de busto Sex-Paralysappeal.1936.Moderna Museet. Estocolmo.Foto R.Puig

Wilhelm Freddie. Detalle de busto Sex-Paralysappeal.1936.Moderna Museet. Estocolmo.Foto R.Puig

Sin saber por qué  me animo a aproximar la fotografía de mi admirado Giacometti al retrato de Helge Rode por Edvard Munch

Fotografiska Museet. Estocolmo.Giacometti por Henri Cartier-Bresson

Fotografiska Museet. Estocolmo.Giacometti por Henri Cartier-Bresson

Edvard Munch. Retrato de Helge Rode. 1908. Detalle.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Edvard Munch. Retrato de Helge Rode. 1908. Detalle.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

o al estrábico Sartre con el noble de cráneo tabes que pintó Kokoschka y que algo debe de tener que ver con aquel Robert, dandy y escritor francés del mismo apellido, que inspiró a Marcel Proust el personaje del Barón de Charlus en À la recherche du temps perdu.

Fotografiska Museet.Estocolmo.  Jean-Paul Sartre por Henri Cartier-Bresson

Fotografiska Museet.Estocolmo. Jean-Paul Sartre por Henri Cartier-Bresson

 

Oskar Kokoschka. Retratro del Marqués Josef de Montesquiou-Fezensac.1910. Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Oskar Kokoschka. Retrato del Marqués Josef de Montesquiou-Fezensac.1910. Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Pero si hemos de buscar contrastes, ¿qué tal el de esta retenida pero inquietante jovencita de la foto de Ruud van Empel con el desbordamiento de la parturienta rosa de Nicki de Saint-Phalle?

Fotografiska Museet. Estocolmo.Sunday #3. Foto de Ruud van Empel.Detalle

Fotografiska Museet. Estocolmo.Sunday #3. Foto de Ruud van Empel.Detalle

 

      

Niki de saint Phalle. Parto rosa. Detalle. 1964.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Niki de saint Phalle. Parto rosa. Detalle. 1964.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

 

Y el paralelismo de las chimeneas de Alexanderson y las jirafas de Nick Brandt

Carl Josef Alexanderson. Salida de los trabajdaores de las fábricas.1931.Detalle.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig.JPG

Carl Josef Alexanderson. Salida de los trabajdaores de las fábricas. 1931.Detalle.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig.JPG

Fotografiska Museet. Estocolmo.Nick Brandt. Jirafas

Fotografiska Museet. Estocolmo.Nick Brandt. Jirafas

Acabemos con calma 

Pero, como me parece que estoy desvariando, cambiaremos de tercio subiendo a a la cafetería del Fotografiska Museet sosegar la mirada con el lento paso de las gabarras y otras especies naúticas.

Fotografiska Museet. Estocolmo.Vista desde la ventana del restaurante.Foto R.Puig

Fotografiska Museet. Estocolmo.Vista desde la ventana del restaurante.Foto R.Puig

El vanguardismo de una artista sueca

Los grandes cuadros llenos de esferas de aspecto vegetal de Helga de Klint, que parecen anticipar en varias décadas las plásticas psicodélicas también podrían tener un efecto curativo, si acaso como ejercicios de optometría, sobre todo si no sólo contempláis este, sino que seguís la ronda hasta haber visto otros veinte similares y algunos más pequeños en una apabullante muestra de aquella pintora sueca, que trabajó a destajo  en la época de las primeras vanguardias del siglo XX.

Helma at Klint. N° 3 de Los diez más grandes. 1907.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Helma at Klint. N° 3 de” Los diez más grandes”. 1907.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Tiene cuadros y acuarelas muy notables.Auqnue, a mi juicio, su apresuramiento compulsivo la condujo a una reducción de la calidad en aras de la cantidad. Me quedo con sus pequeños formatos.

Exposicion Helma at Klint.Moderna Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

Exposicion Helma at Klint.Moderna Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

 

De nuevo con los maestros suecos del color

Otros pintores suecos de la primera mitad del siglo XX ya van siendo  conocidos de este blog. Pero hay pintores de temática social como Alexanderson (el autor de Salida de los trabajadores de las fábricas en 1931 ) o el magnífico Amelin, que no habían aparecido aún en este blog.

Albin Amelin Mujer de un cartel español.1937.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Albin Amelin Mujer de un cartel español.1937.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Albin Amelin. Escena de calle.1932.Detalle.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Albin Amelin. Escena de calle.1932.Detalle.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Casi para acabar, un excelente cuadro de la admirable Vera Nilsson, de quien hemos hablado en la crónica del 28 de abril.

era Nilsson. A la luz de la lampara. ca.1930.Detalle Moderna Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

Vera Nilsson. A la luz de la lampara. ca.1930.Detalle Moderna Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

Vera Nilsson. A la luz de la lampara. ca.1930.Moderna Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

Vera Nilsson. A la luz de la lampara. ca.1930. Moderna Museet. Estocolmo. Foto R.Puig

Al final de esta larga tirada, haré lo que se debe hacer cuando se quiere bien a los lectores, os lo digo con flores.

Emil Nolde.Jardín. 1917.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig

Emil Nolde.Jardín. 1917.Moderna Museet.Estocolmo.Foto R.Puig


Fisionomías (VII) y divagaciones inglesas (III): entre la Tate Britain y la Tate Modern

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Entrada a la sala de Henry Moore.Tate Britain.Foto R.Puig

Entrada a la sala de Henry Moore.Tate Britain.Foto R.Puig

Han pasado ya varias semanas de mi paseo por Londres pero aún me quedan flechas en el carcaj. Así que no puedo resistir a la tentación de compartir algunas de mis sensaciones en dos de los soberbios museos Tate que bordean el Támesis.

Tate Britain

La Tate Britain ofrece actualmente un ordenado y nutrido recorrido del arte inglés desde el siglo XVI al XX. Me ha servido, aunque no exclusivamente, para incrementar mi archivo de las fisionomías que los artistas han ido plasmando a lo largo de los siglos.

Fachada de la Tate Britain. Londres Foto R.Puig.

Fachada de la Tate Britain. Londres Foto R.Puig.

Hoy es el turno de algunos pintores ingleses.

Sin seguir un orden cronológico comienzo por William Hogarth (1697-1764). No sólo fue un apasionado de la fisionomía, sobre la que escribió un tratado, sino que en un lienzo agrupó los rostros de seis de sus criados, de los cuales tan sólo se conoce el nombre de dos.

William Hogarth. Seis de sus criados.Tate Britain.Foto R.Puig

William Hogarth. Seis de sus criados.Tate Britain.Foto R.Puig

Mucho se ha dicho sobre este lienzo y yo no voy a descubrir nada nuevo. Pero me produce una extraña sensación. Dicen que el artista gozaba del aprecio de sus fámulos y que seleccionó a estos seis con afecto pero con un objetivo fisiognómico, recogiendo en la tela varias edades de ambos sexos.

William Hogarth. Seis de sus criados. detalle.Tate Britain.Foto R.Puig

William Hogarth. Seis de sus criados. detalle.Tate Britain.Foto R.Puig

Cuentan que lo tenía en su despacho, con objeto de que posibles clientes admirasen su destreza y se animasen a encomendarle un retrato. Debo confesar que a mí esta colección de cabezas me da cierta grima.

Aunque estas expresiones del arte del retrato de Hogarth sean una lección de pintura, creo que sus fieles servidores se habrían merecido un retrato de cuerpo entero o cuando menos de cintura para arriba. Ya un siglo antes Velázquez había dedicado magníficos retratos individuales a personajes humildes con los que se relacionó, no sólo los de los bufones y enanos de la Corte, sino el extraordinario retrato del esclavo Juan de Pareja liberado por el artista, por no hablar de las sirvientas que por entonces también pintaba Vermeer

Sea como sea, este ejercicio de Fisiognómica de Hogarth con las cabezas de sus criados, agrupadas en un solo lienzo y no obstante la mirada ilusionada de algunos de los retratados, me produce la impresión de una reunión de trofeos cinegéticos.

Otros retratos

Peter Lely. La condesa de Kildare.Tate Britain.Foto R.Puig.

Peter Lely. La condesa de Kildare.Tate Britain.Foto R.Puig.

No se redujo a la cabeza a quienes podían pagarse un retrato de postín, como es el caso de los trabajos de Adam de Colone (1572-1651),  Peter Lely (1618-1680), Benedetto Gennari (1633-1715) o Joshua Reynolds (1723-1792), dedicados a damas de la aristocracia, rozagantes, exquisitas, exaltadas o altivas.

Adam de Colone.Lady Livingstone. Tate Britain.Foto R.Puig.

Adam de Colone.Lady Livingstone. Tate Britain.Foto R.Puig.

Benedetto Gennari. La catolica Elizabeth Panton en el exilio retratada como Santa Catalina.Tate Britain.Foto R.Puig.

Benedetto Gennari. La catolica Elizabeth Panton en el exilio retratada como Santa Catalina.Tate Britain.Foto R.Puig.

Joshua Reynolds.Three ladies adorning a terme of Hymen. Detalle.Tate Britain.Foto R.Puig

Joshua Reynolds.Three ladies adorning a terme of Hymen. Detalle.Tate Britain.Foto R.Puig

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También en el siglo XVIII, Joseph Highmore (1692-1780), Thomas Gainsborough (1727-1788) y Nathaniel Dance-Holland (1735-1811) harán algo parecido con los retratos varoniles en grupo, sin que tampoco redujeran la imagen de sus clientes adinerados o nobles a una agrupación de cabezas. Quien paga tiene derecho a una escena de amistosa tertulia burguesa, a una composición bucólica o a ser representado en Roma, en pleno Grand Tour, ese viaje por Italia que todo hijo de familia noble debía realizar para ser considerado culto.

Joseph Highmore.Mister Oldham y sus huespedes.Tate Britain.Foto R.Puig

  Joseph Highmore.Mister Oldham y sus huespedes.Tate Britain.Foto R.Puig

Thomas Gainsborough. Detalle de tres caballeros en un paisaje.Tate Britain.Foto R.Puig

Thomas Gainsborough. Detalle de tres caballeros en un paisaje.Tate Britain.Foto R.Puig

Nathaniel Dance Holland. Detalle de cuatro caballeros ante el Coliseo de RomaTate Britain.Foto R.Puig

Nathaniel Dance Holland. Detalle de cuatro caballeros ante el Coliseo de RomaTate Britain.Foto R.Puig

Como podréis apreciar, todas estas muestras, dicho con toda mi simpatía, van reflejando fisionomías de lo más british. ¿O no?

…………………..

Con un estilo prerrafaelita, Henry Alexander Bowler (1824-1903), o con la pincelada impresionista,  John Singer Sargent (1856-1925) y George Clausen (1852-1944), dejaron obras  que denotan un cambio de rumbo en los rostros de la pintura inglesa.

Henri Alexander Bowler. La duda o Podrán resucitar estos huesos.Tate Britain.Foto R.Puig.

Henri Alexander Bowler. La duda o ¿Podrán resucitar estos huesos?.Tate Britain.Foto R.Puig.

John Singer Sargent. Vernon Lee.Tate Britain.Foto R.Puig

John Singer Sargent. Retrato de Vernon Lee.Tate Britain.Foto R.Puig

George Clausen. Brown eyes.Tate Britain.Foto R.Puig.

George Clausen. Brown eyes.Tate Britain.Foto R.Puig.

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Para acabar con escultura, me despido de la Tate Britain con dos bustos que atrajeron mi atención, uno del siglo XIX, la Daphne de George Frederic Watts (1817-1904), y otro una terracota del siglo XVII de autor anónimo que representa con aires imperiales al rey Jaime II de Inglaterra

George Frederic Watts. Daphne.Tate Britain.Foto R.Puig.

George Frederic Watts. Daphne.Tate Britain.Foto R.Puig.

Autor desconocido. Jaime II.Tate Britain.Foto R.Puig.

Autor desconocido. Jaime II.Tate Britain.Foto R.Puig.

Tate Modern

Milennium Bridge. Londres. Foto R.Puig.

Milennium Bridge. Londres. Foto R.Puig.

Por el Millenium Bridge se llega con gran solemnidad a la Tate Modern, que como su nombre indica, está dedicada al arte moderno y contemporáneo, complementando en algunos casos a la Tate Britain.

Desde Millenium Bridge. Londres. Foto R.Puig.

Desde Millenium Bridge. Londres. Foto R.Puig.

En el recorrido se aprecia la vista del nuevo skyline londinense.

Y en las escaleras del museo, la sensación de una moderna arquitectura de interiores.

Por las escaleras de la Tate Modern. Foto R.Puig

Por las escaleras de la Tate Modern. Foto R.Puig

Me faltaba ya tiempo, pero durante una hora y media recorrí por primera vez las salas de la colección permanente y guardé algunas fotografías, entre las cuales, de forma aleatoria, selecciono hoy un reducido número para esta página.

En la salas de arte abstracto

Paule Vezelay. Formas del gris.Tate Modern. Foto R.Puig

Paule Vezelay. Formas del gris.Tate Modern. Foto R.Puig

En las salas dedicadas al Minimalismo

Sala del Minimalismo.Tate Modern. Foto R.Puig

Sala del Minimalismo.Tate Modern. Foto R.Puig

O en la de Rothko

Sala Rothko.Tate Modern. Foto R.Puig

Sala Rothko.Tate Modern. Foto R.Puig

De su obra meditativa al ajetreo. En las cercanías de la Tate Modern se encuentran el puente y la estación de Blackfriars, que experimentan en estos momentos grandes obras de renovación.

Blackfriars Bridge en obras.Londres. Foto R.Puig.

Blackfriars Bridge en obras.Londres. Foto R.Puig.

Blackfriars Bridge en obras. Londres. Foto R.Puig.

Blackfriars Bridge en obras. Londres. Foto R.Puig.

Pero acabo deseando a los lectores los buenos días con una obra que siempre me ha producido una sensación de calma, “Morning” de Dod Procter, nombre artístico de casada de  Doris Margaret Shaw (1890-1972).

Dod Procter. Morning.Tate Modern. Foto R.Puig

Dod Procter. Morning.Tate Modern. Foto R.Puig

¡Dulces sueños y suaves amaneceres!

Dod Procter. Morning.Detalle. Tate Modern. Foto R.Puig

Dod Procter. Morning.Detalle. Tate Modern. Foto R.Puig


Por mi ruta veraniega: del Col de Puymorens y Tarascon-sur-Ariège a Toulouse

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Fachada del viejo Toulouse. Foto R.Puig.

Fachada del viejo Toulouse. Foto R.Puig.

 En ruta

En julio me transporto a Suecia. La costumbre desde hace algunos años es hacerlo por tierra al volante de mi vieja furgoneta.

En el Col de Puymorens. Foto.R.Puig

En el Col de Puymorens. Foto.R.Puig

Este año, tras dejar Els Poblets y pasar por Puigcerdá, el túnel pirenaico del lado francés estaba en obras, así que hubo que hacer algunas curvas para atravesar por arriba en dirección de Toulouse.

A pesar del calor de esa segunda semana de julio, aún se veía nieve por las cumbres que dominan el Col de Puymorens, un puerto situado a 1995 metros sobre el nivel del mar.

En el Col de Puymorens. Foto.R.Puig

En el Col de Puymorens. Foto.R.Puig

Cuando ya caía la tarde y decaían las fuerzas no hubo otro remedio que hacer noche en el camping de Pré Lombard en Tarascon-sur-Ariège.  Demasiado grande, ya que es uno de esos campings para pasar las vacaciones en roulote o bungalow  y pagar por sus instalaciones y sus shows vespertinos. No es un lugar de calma, pero el paisaje es soberbio.

Pré Lombard. Tarascon-sur-Ariège. Foto R.Puig

Pré Lombard. Tarascon-sur-Ariège. Foto R.Puig

Tras dormir pasablemente gracias al ungüento antimosquitos, dejé el camping sin pena ni gloria para llegar en menos de dos horas a Toulouse.

TOULOUSE (I)

Calle del Toro. Toulouse. Foto R.Puig.

Calle del Toro. Toulouse. Foto R.Puig.

En Toulouse me espera la hospitalidad de un  viejo compañero de estudios de filosofía en la Italia de finales de los años sesenta y de su esposa. No nos hemos visto desde entonces, así que hablaremos largo y tendido paseando por Toulouse como si el tiempo no hubiera pasado

¿Y quién mejor que un amigo historiador para resumir en una visita de dos días el espíritu y los largos siglos de vida de la “ciudad rosa”? Construida a base de ladrillo, el apodo le viene del color de este material.

El arte del balcón. Toulouse. Foto R.Puig.

El arte del balcón. Toulouse. Foto R.Puig.

Deambulamos el primer día por sus calles y admiramos sus balconadas.

En el Capitolio o Ayuntamiento

Plaza del Capitolio de Toulouse. Foto R.Puig.

Plaza del Capitolio de Toulouse. Foto R.Puig.

Los miembros del consejo de la ciudad, del llamado Capitolio, se denominaban en occitano, los capitouls.

Por cierto que las calles están rotuladas en esta lengua a caballo entre las lenguas romances de la península ibérica y las itálicas.

Las placas de plazas y calles en francés y en occitano. Toulouse. Foto R.Puig.

Las placas de plazas y calles en francés y en occitano. Toulouse. Foto R.Puig.

Las telas y frescos de las salas del Ayuntamiento son un interesante ejercicio de  pedagogía histórica, a la manera de otros edificios oficiales en Francia.  En la sala de los Ilustres y en la gran nave donde se celebran los matrimonios civiles, campa la narración de la vida y la historia de Toulouse pintada por artistas de la ciudad.

El enorme fresco central alude a la trágica epopeya de los cátaros y de cómo el intolerante Simón de Monfort no vivió para seguir gozando con las masacres que incitaba (“¡matadlos a todos Dios reconocerá a los suyos!”). Su muerte frente a los muros de Toulouse preside simbólica el fresco bajo el cual se administra el matrimonio republicano.

Monfort ha muerto. Viva Toulouse. Capitolio de Toulouse. Foto R.Puig.

“Monfort ha muerto. Viva Toulouse”. Capitolio de Toulouse. Foto R.Puig.

No se sabe si las parejas llegan a distinguir la sangrienta escena. En cierto modo, la sangre del cruel guerrero, simbolizado por un león al que una lanza atraviesa,  sigue cayendo desde las alturas de la sala. En realidad se cuenta que murió golpeado por un pedrusco que le lanzó una aguerrida defensora desde los muros de la ciudad.

Verano. Henri Martin. Ayuntamiento. Toulouse. Foto R.Puig.

Verano. Henri Martin. Ayuntamiento. Toulouse. Foto R.Puig.

De todos modos también se puede disfrutar de las estampas idílicas y decimonónicas de la vida de la ciudad y de su campiña o contemplar a “La bella Paula”, que según se cuenta, atraía a multitud de admiradores bajo su balcón cada vez que se asomaba. El artista que la ha inmortalizado en el Capitolio de Toulouse se ha basado a mi juicio en las figuras femeninas de Vermeer, aunque con acierto, dignidad y saber  hacer.

La bella Paula. Henri Rachou. Detalle. Capitolio de Toulouse.Foto R.Puig.

La bella Paula. Henri Rachou. Detalle. Capitolio de Toulouse.Foto R.Puig.

Algunas de las escenas hacen pensar en aquel socialismo utópico del siglo XIX, el de unos obreros honestos y morigerados que disfrutan con los placeres sencillos y bien ganados, como puede ser el  paseo junto al río de la modesta  pareja endomingada.

Proletarios en domingo.Henri Martin. Capitolio de Toulouse. Foto R.Puig.

Proletarios en domingo (el título  es mío).Henri Martin. Capitolio de Toulouse. Foto R.Puig.

No olvidemos que Toulouse es la patria de Jean Jaurés, el vigoroso tribuno y defensor de las clases populares. Su busto recibe a los visitantes del Ayuntamiento desde las escalinatas de la entrada.

Jean Jaurés. Foto R.Puig.

Jean Jaurés. Foto R.Puig.

Y cuando subimos nos sorprende un inmenso fresco que representa las tradicionales y antiguas justas poéticas de la ciudad, en este caso las de 1324. Algo así como una alegoría de la creación literaria al alcance de todos o el pueblo como poeta excelso (un poco al modo de las ideas al respecto de George Sand)

Justas poeticas en 1314. Capitolio de Toulouse. Foto R.Puig.

Justas poeticas en 1314. Capitolio de Toulouse. Foto R.Puig.

Esa tradición se continúa de algún modo con el “maratón de las palabras” que se celebra todos los años en Toulouse.

Les Jacobins y la tumba del Tomismo

Contrafuertes de ladrillo de Les Jacobins. Toulouse. Foto R.Puig.

Contrafuertes de ladrillo de Les Jacobins. Toulouse. Foto R.Puig.

En la iglesia del convento de los “jacobins”, es decir los dominicos (denominación tardía por tener su iglesia en París en la rue Saint Jacques) entramos atraídos por la urna que contiene los restos de Tomás de Aquino, el filósofo y teólogo que aclimató el aristotelismo dentro del pensamiento cristiano.

Sepulcro de Tomás de Aquino. Iglesia de los dominicos o Les Jacobins. Toulouse. Foto R.Puig.

Sepulcro de Tomás de Aquino. Iglesia de los dominicos o Les Jacobins. Toulouse. Foto R.Puig.

Cuando has tenido que aprobar la Epistemología o la Filosofía Medieval a base de entender a Aristóteles y a Santo Tomás, la tumba del “buey de Aquino” no te deja indiferente.

Boveda en palmera. Iglesia de los dominicos o Les Jacobins. Toulouse. Foto R.Puig.

Boveda en palmera. Iglesia de los dominicos o Les Jacobins. Toulouse. Foto R.Puig.

Están situados bajo un altar lateral, no lejos de la gigantesca columna semejante a una altísima palmera que sostiene con sus nervaduras una parte considerable de esta singular iglesia gótica construida en ladrillo.

En la basílica de Saint Sernin los santos tienen ojeras

Iglesia de Saint Sernin.Toulouse. Foto R.Puig.

Iglesia de Saint Sernin.Toulouse. Foto R.Puig.

Saint Sernin me recuerda una canción que nos enseñaron de pequeños:

San Serenín del monte,

San Serenín cortés,

yo como soy cristiano,

yo me arrodillaré.

… etc.

Bueno, supongo que se trata del mismo San Serenín, dicho en castellano.El caso es que tiene una campanario soberbio que se divisa desde muchas calles de Toulouse.

Yo como soy santo…

San Benito Jose de Labre. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

San Benito Jose de Labre. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

Pero lo que ha llamado mi atención en esta iglesia, pues tengo debilidad por las fisionomías, es que el artista que parece haber modelado todas las esculturas de santos y santas que flanquean el lado derecho de la nave no concibe la santidad sin las ojeras.

Santa Agueda. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

Santa Agueda. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

San Vicente de Paul. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

San Vicente de Paul. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

No sé si será por lo ayunos, las visiones o la presciencia de un futuro martirio o de las privaciones que han de conducir a la canonización. En el caso del santo con una víscera sagrada en la mano hay algo más, aunque no consigo precisarlo y me da cierta grima.

Todos los bustos están además acompañados por un cartel biográfico de cada uno de ellos. La verdad es que San Febado da un poco de miedo con ese martillo de aplastar herejías y su fisionomía cejijunta.

Santa Margarita. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

Santa Margarita. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

San Febado. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

San Febado. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

San Gregorio el Grande. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

San Gregorio el Grande. Basilica de Saint Sernin. Toulouse. Foto R.Puig.

Pero la mirada de San Gregorio es la más ojerosa de todas, no sabemos si a causa del relicario que le han injertado en el pecho. Si tuviese manos como San Febado se lo podría ajustar o rascarse un poco, pero así como está, no es raro que tenga cara de estar bien incómodo.

Nos dicen que la cripta contiene una de las colecciones de reliquias más nutridas de Europa, pero lo dejamos para otro viaje.

Dos fachadas con historia

Placa conmemorativa. Casa de Jean Calas. Toulouse. Foto R.Puig.

Placa conmemorativa. Casa de Jean Calas. Toulouse. Foto R.Puig.

Ya por la tarde me llaman la atención dos fachadas, aunque en el caso de la primera es mi amigo Rodolfo quien me lleva expresamente a descubrirla.

La casa de Jean Calas. Toulouse. Foto R.Puig.

La casa de Jean Calas. Toulouse. Foto R.Puig.

Es la de la casa de Jean Calas, aquel hugonote ejecutado en toda injusticia en un proceso amañado, fruto de la intolerancia, por cuya rehabilitación póstuma luchó Voltaire, a quien su caso inspiró el Tratado sobre la Tolerancia.

Fachada Art Deco de la sede de la CGT. Toulouse. Foto R.Puig.

Fachada Art Deco de la sede de la CGT. Toulouse. Foto R.Puig.

La otra es la fachada del edificio art Decó de la sede de la Confederación General de los Trabajadores (CGT).

El trabajo intelectual.Altorrelieve. Fachada de la sede de la CGT.Toulouse. Foto R.Puig.

El trabajo intelectual. Altorrelieve. Fachada de la sede de la CGT.Toulouse. Foto R.Puig.

Está ornada con una serie de altorrelieves alusivos al mundo del trabajo.

Forja. Altorrelieve. Fachada de la sede de la CGT.Toulouse. Foto R.Puig.

Forja. Altorrelieve. Fachada de la sede de la CGT.Toulouse. Foto R.Puig.

Final del primer día

Cuando ya los pies me pesaban, terminamos nuestro primer día de paseo por Toulouse junto al Pont Neuf, diseñado especialmente para domeñar las crecidas del Garona.

Pont Neuf y antiguo hospital desde la Escuela de Bellas Artes. Toulouse Foto R.Puig.

Pont Neuf y antiguo hospital desde la Escuela de Bellas Artes. Toulouse Foto R.Puig.

La imagen está tomada desde los parapetos delante de la Escuela de Bellas Artes, donde no obstante estar ornada con los nombres del arte francés más ortodoxo, triunfa me dicen la mímesis del llamado arte conceptual.

En este caso, las bromas del duchampismo y sus seguidores seguirían también alimentando aquí  la creencia de que lo importante es tener una idea aunque su transformación concreta en la  obra de arte sea irrisoria.  Esperemos que no sea así.

Fachada neoclasica con esculturas simbolistas. Escuela de Bellas Artes. Toulouse. Foto R.Puig.

Fachada neoclásica con esculturas simbolistas. Escuela de Bellas Artes. Toulouse. Foto R.Puig.

En cualquier caso, termino el primer  día confiando en que, al día siguiente, la visita al museo de Les Agustins me compense de esta sospecha.



En la ruta veraniega (II): Toulouse (II). En el museo de Les Abattoirs (los antiguos mataderos)

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Toulouse. Vista del Garona desde la orilla de Les Abattoirs. Foto R.Puig.

Toulouse. Vista del Garona desde la orilla de Les Abattoirs. Foto R.Puig.

Por toda Europa, los imponentes edificios donde antes se sacrificaban las reses se han ido rehabilitando para sacrificar al arte y la cultura, de preferencia contemporáneos. Lo he podido comprobar en los antiguos mataderos de Madrid, en el Campo Boario en Roma y lo acabo de comprobar en Les Abattoirs de Toulouse.

Toulouse. Nave principal de Les abattoirs. Foto R.Puig.

Toulouse. Nave principal de Les Abattoirs. Foto R.Puig.

Guiado por viejo amigo Rodolfo, pude visitar este museo de arte moderno y contemporáneo, no lejos de la poderosa corriente del Garona y de la plaza del Dr. Maurice Pujol “médico de los hospitales y de los pobres” (1883-1972) en el barrio de Saint-Cyprian.

Toulouse. En la plaza del Dr.Pujol. Foto R.Puig.

Toulouse. En la plaza del Dr.Pujol. Foto R.Puig.

Cerca del museo nos hubiese gustado dar unas vueltas sobre el rinoceronte del Beau Manège, el romántico tiovivo de los años 30, rehabilitado por la Asociación La Machine. Pero este histórico juguete no es para quienes nacimos no mucho después de su época dorada, cuando aún lo movían sus mecanismos originales.

Toulouse. Rinoceronte del Beau Manège. Foto R.Puig.

Toulouse. Rinoceronte del Beau Manège. Foto R.Puig.

Así que nos contentamos con verlo girar para disfrute de la infancia.

LOS ‘JUGUETES’ DE LA FAMILIA SMITH

Obras de Tony Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

Obras de Tony Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

En cualquier caso, ya dentro de Les Abattoirs, nos sentimos inmersos en el ambiente adecuado para un ludópata del arte, las creaciones de Tony Smith y de sus hijas, Kiki y Seton, en una amplia exposición temporal. La verdad es que podríamos extendernos sobre varios aspectos de la colección permanente, pero la familia Smith nos ocupó casi toda la visita.

La pasión serena por las estructuras primarias

Tony Smith (1912-1980), arquitecto, pintor y escultor, domina la muestra con sus juegos de formas, trufados de cálculo matemático, resultado de su habilidad combinatoria y geométrica.

Tony Smith. Maqueta de casa para orilla del mar. Foto R.Puig

Tony Smith. Maqueta de casa para orilla del mar. Foto R.Puig

Fue uno de los primeros minimalistas en los años 60 en los Estados Unidos, en quien muchos se han inspirado y del que no pocos han copiado.

Serie Louisenberg. Tony Smith. Toulouse. Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

De la serie Louisenberg. Tony Smith. Toulouse. Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

Muchos le hemos admirado a través de sus obras antes de saber a quién se debían.

Cuando se analizan sus trabajos, se comprende mejor que, en este como en otros campos de la creación humana, una forma aparentemente simple puede ocultar complejidades (y obsesiones) insospechadas.

Combinatoria de la Serie Louisenberg. Dibujo deTony Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

Combinatoria a partir de tres formas básicas de la Serie Louisenberg. Dibujo deTony Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

Tony Smith. Sin título.   Foto R.Puig

Tony Smith. Sin título. Foto R.Puig

Tony Smith. Sin título. Foto R.Puig

Tony Smith. Sin título. Foto R.Puig

Tony Smith. Sin título. Foto R.Puig.

Tony Smith. Sin título. Foto R.Puig.

Narrativa mitológica

Kiki Smith (1954-) es hija de Tony.  Junto con su hermana Seton vivió inmersa en el ambiente artístico de la familia (el taller del padre y la carrera de bailarina renombrada de la madre).

De niñas, las hermanas ayudaban al padre a construir los dodecaedros y tetraedros de sus proyectos escultóricos.

Me centro aquí en tres de sus esculturas, dos de ellas de acentuada carga simbólica.

Una visión feminista de la creación de una Eva de edad madura a partir de no se sabe bien si de la costilla de un Adán licántropo o de una loba primigenia.

Rapture. Kiki Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

Rapture. Kiki Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

La siguiente es una expresiva alegoría de la mujer como hija de la gacela

Born. Kiki Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

Born. Kiki Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

La tercera es parte de un conjunto titulado “La Anunciación”.

Mensajero. Kiki Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

Mensajero. Kiki Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

Recrea a un flotante mensajero de aire misterioso y mudo. Una especie de portador de ambiguas nuevas que parece reservarse, dejándonos el trabajo de adivinarlas.

……………

De la fotógrafa de la familia, Seton Smith (1955 -), no he registrado directamente las obras expuestas, pero pueden apreciarse algunas fotografías de adustos paisajes, que creo recordar son suyas, en el fondo de la sala donde se exponen varios formas minerales de su padre.

Obras de Tony Smith.  Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

Obras de Tony Smith. Toulouse Les Abattoirs. 2013.Foto R.Puig

El próximo domingo volveremos con más cosas de Toulouse.

Por el momento, escapando del calor que hacía aquel día, podemos imaginarnos engullidos en el interior de las refrescantes entrañas del pez del Beau Manège.  Al fin y al cabo dicho acto, surrealista y bíblico, no desentonaría cerca de las esculturas de Kiki Smith.

Toulouse. El pez voraz del Beau Manège. Foto R.Puig.

Toulouse. El pez voraz del Beau Manège. Foto R.Puig.


En la ruta veraniega (III): Toulouse (III), Fisionomías (VIII) y otras fascinaciones del museo de Les Augustins

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Cabeza femenina. s.XV.Les Augustins. Foto R.Puig.

Cabeza femenina. s.XV.Les Augustins. Foto R.Puig.

Para Rodolfo y Marta

Fue un monasterio construido entre los siglos XIV y XV. La Revolución Francesa y sus avatares, entre los cuales se cuentan las requisiciones de ese periodo y de las guerras napoleónicas, así como las obras que proceden de iglesias existentes o desaparecidas, más lo que la Academia de Toulouse tenía, el Louvre ha prestado y no pocos legatarios han donado, han ido constituyendo una colección imponente de obras de arte que se extiende desde los capiteles románicos del siglo XII a las obras de las primeras décadas del siglo XX. Es el monasterio-museo de Les Augustins.

Este visitante tiene, cómo no,  sus preferencias, por no decir sus manías. Este recorrido las presenta por caprichoso paquetes.

Fisionomías y expresiones

Gargola erecta. Claustro.Les Augustins. Foto R.Puig.

Gárgola erecta. Claustro.Les Augustins. Foto R.Puig.

Empiezo por la boca. En primer lugar una que aúlla, la de un lobo o perro de grandes fauces. Cuento hasta doce similares en posición vertical. Alguna vez tuvo su finalidad funcional, la de achicar el agua desde las cornisas de una iglesia gótica, probablemente demolida, pues creo que son sus gárgolas las que, perdida su  horizontalidad, se alinean en el claustro del museo.

Galeria de gargolas. Claustro.Les Augustins. Foto R.Puig.

Galeria de gárgolas. Claustro.Les Augustins. Foto R.Puig.

A su lado un grupo de aplicadas alumnas se ejercita en el arte del dibujo.

Del rostro canino a la expresión humana

Y perdonadme que no vaya ordenadamente por salas, pues la boca de los lobos me lleva a otras bocas sibilinas o proféticas.

Jean Bauduy. s.XVI. Sibila del deambulatorio de Saint Sernin. s.XVI. Detalle.  Les Augustins. Foto R.Puig.

Jean Bauduy. s.XVI. Sibila del deambulatorio de Saint Sernin. s.XVI. Detalle. Les Augustins. Foto R.Puig.

Si la memoria no me engaña no he visto antes esculturas que estén modeladas en actitud de mover los labios como estas figuras de sibilas y profetas, en terracota, provenientes del deambulatorio de la basílica de Saint Sernin, de la que hemos hablado hace bien poco.

Jean Bauduy. s.XVI. Sibila del deambulatorio de Saint Sernin. s.XVI. Les Augustins. Foto R.Puig.

Jean Bauduy. s.XVI. Sibila del deambulatorio de Saint Sernin. s.XVI. Les Augustins. Foto R.Puig.

Jean Bauduy. s.XVI. Sibila del deambulatorio de Saint Sernin. s.XVI. Les Augustins. Foto R.Puig.

Jean Bauduy. s.XVI. Sibila del deambulatorio de Saint Sernin. s.XVI. Les Augustins. Foto R.Puig.

Es bastante lógico que para el ingenuo y minucioso artista del siglo XVI una sibila ha de profetizar  sibilinamente y un profeta ha de anunciarnos con su palabra el futuro. Así que sus obras, en tamaño más que natural han de mover los labios.

ean Bauduy. s.XVI. Profeta del deambulatorio de Saint Sernin. s.XVI. detalle.  Les Augustins. Foto R.Puig.

Jean Bauduy. s.XVI. Profeta del deambulatorio de Saint Sernin. s.XVI. Detalle. Les Augustins. Foto R.Puig.

Y como no hablan por iniciativa propia, sino poseídos por el Espíritu Santo, parece normal que tengan los ojos cerrados.

Por lo que se refiere a José de Arimatea los tiene entreabiertos y llorosos mientras sostiene los pies de Cristo muerto al que están envolviendo en el sudario.

Jose de Arimatea. Detalle de Sepelio de Cristo. s.XV. Les Augustins. Foto R.Puig.

Jose de Arimatea. Detalle de Sepelio de Cristo. s.XV. Les Augustins. Foto R.Puig.

También en éxtasis debía de estar esta santa teresa medieval procedente de un grupo escultórico sepulcral del siglo XIV.

Cabeza de monja. s.XIV. Les Augustins. Foto R.Puig.

Cabeza de monja. s.XIV. Les Augustins. Foto R.Puig.

Tan es así que, cuando algún sans culotte le machacó la nariz en los  años del furor revolucionario, sus ojos siguieron abiertos a una visión ultramundana.

Cabeza de monja. s.XIV. Detalle. Les Augustins. Foto R.Puig.

Cabeza de monja. s.XIV. Detalle. Les Augustins. Foto R.Puig.

No podemos en cambio atribuirle rasgos místicos a esta bella durmiente decimonónica, viva expresión del terror  en plena pesadilla.

Un dragón de voraz apetito intenta poseerla y no hay ningún arcángel que venga a librarla.

Pesadilla. Eugene Thivier. ss.XIX a XX. Les Augustins. Foto R.Puig.

Pesadilla. Eugène Thivier. ss.XIX a XX. Les Augustins. Foto R.Puig.

A falta de un San Jorge, el mismo San Miguel hubiese cumplido bien la tarea y devuelto la dulzura de un sueño sosegado a la bella.

El demonio derrotado por San Miguel Detalle. Les Augustins. Foto R.Puig.

El demonio derrotado por San Miguel Detalle. Les Augustins. Foto R.Puig.

Lucifer, derrotado, se rendiría a sus pies.

¿O habría hecho falta un obispo con la cruz de espantar diablos y herejías en alto, pronunciando las palabras que dictan los protocolos de los exorcistas diplomados?

El cardenal Lavigerie hacia 1898 por Alexandre Falguiere. Les Augustins. Foto R.Puig.

El cardenal Lavigerie hacia 1898 por Alexandre Falguière. Les Augustins. Foto R.Puig.

Pero, en este caso, no es el cardenal Rouco y Varela con su equipo de exorcistas diocesanos quien se enfrenta a las fuerzas del diablo. No, aquí se trata del fundador de los Padres Blancos, el cardenal Charles Martial Lavigerie (1825-1892), en actitud protectora de doncellas poseídas, justo ante las mismas escaleras junto a las cuales se extiende el cuerpo sensual de la empavorecida durmiente.

La verdad es que esa escalera, llena de tentaciones sensuales, está necesitada de una aspersión diaria con hisopos de agua bendita.

Danzante en marmol y su proyecto en escayola. Alexandre Falguiere. Les Augustins. Foto R.Puig.

Danzante en mármol y su proyecto en escayola. Alexandre Falguière. Les Augustins. Foto R.Puig.

La ocupan, junto a otros desnudos masculinos y femeninos, unas danzarinas provocadoras.

Así como, llegados al rellano superior, nos recibe una Diana joven y desafiante con sus ojos, esta vez bien abiertos, su mirada directa, su aplomo y un esbozo de sonrisa que es toda una profecía.

Diana por Alexandre Falguiere. 1897. Les Augustins. Foto R.Puig.

Diana por Alexandre Falguière. 1897. Les Augustins. Foto R.Puig.

A pesar de los ciento quince años que han transcurrido desde que esta obra se esculpiese a fines del siglo XIX ¡no me diréis que su coiffure no es actual!

No faltan otras miradas femeninas que nos cautiven en las salas de pintura, de Les Augustins.

Retrato de mujer. Francesco Solimena. ss.XVII a XVIII. Les Augustins. Foto R.Puig.

Retrato de mujer. Francesco Solimena. ss.XVII a XVIII. Les Augustins. Foto R.Puig.

Otro ejemplo,  un retrato de una niña, seguramente del XVIII, cuyo autor me escapó, que sigue ahí, atravesando el espesor de los siglos, como si su tez se iluminará con la brisa de este mismo verano.

Retrato infantil. Les Augustins.  Foto R.Puig.

Retrato infantil. Les Augustins. Foto R.Puig.

Realismo social decimonónico

Las obras piadosas del museo no cesan de reclamar nuestra atención.  La fisionomía de un devoto monaguillo, ataviado como un cardenal casi prefigura en su candor a un futuro papa en este detalle del cuadro de Alexandre Antigna (1817-1878) sobre la procesión del Corpus.

Monaguillo de la Fiesta del Corpus . Alexandre Antigna. 1855.Les Augustins. Foto R.Puig.

Monaguillo de la Fiesta del Corpus . Alexandre Antigna. 1855.Les Augustins. Foto R.Puig.

Otro Alexandre, pintor y escultor, Alexandre Falguière (1831-1900) viajaba por España a finales del siglo XIX y se fijó más bien en otras procesiones, las de nuestros desarrapados de la época, en este caso dos niños enanos con zurrón y campanilla de mendigar, a quienes retrató de acuerdo con el realismo que había puesto en marcha en Francia la pintura de Gustave Courbet (1819-1877), precedido mucho antes por nuestro Goya, por no remontarnos a Velázquez y a Murillo (tan venerado en Francia).

Enanos españoles con muletas. Alexandre Falguiere. c. 1880. Les Augustins.

Enanos españoles con muletas. Alexandre Falguière. c. 1880. Les Augustins.

Quién sabe si alguno que se hizo pequeño como un niño (Jesús dixit) llegó jamás a papa.

Y, a propósito ¿sabe alguien cuál ha sido el papa más bajito de la historia? ¿No habrá sido la estatura reducida de algún papa lo que motivó el uso de la tiara papal? Es un tema de investigación que puede que hayan tratado los historiadores. Si encuentro algo lo consignaré en futuras entradas.

A la misma corriente realista pertenece este grupo familiar anonadado por la pobreza y por los desastres que sobre sus privaciones sigue acumulando ese destino que les ha dejado empantanados en medio del camino en un crudo invierno.

Alexandre Antigna. c.1855. Les Augustins. Foto R.Puig.

Alexandre Antigna. c.1855. Les Augustins. Foto R.Puig.

La muerte del caballo es un hachazo cruel de la mala fortuna. El padre, demasiado consciente de lo crítico de la situación, está abatido y son los niños los que encienden una hoguera. Otro pequeño se preocupa por el abuelo, a quien se vislumbra dentro del carromato, y corre la modesta cortina para protegerle del frío.

Aquí los niños recogen leña para la supervivencia, mientras en el cuadro anterior, del mismo pintor y del mismo año, esparcían pétalos para la procesión eucarística.

Fiesta del Corpus. Alexandre Antigna. 1855.Les Augustins. Foto R.Puig.

Fiesta del Corpus. Alexandre Antigna. 1855.Les Augustins. Foto R.Puig.

Conviene notar que este tipo de obras de la vida de la gente común, a veces dulces y a menudo patéticas, cosechaba grandes triunfos en el Salón anual de París, como reacción a la grandilocuencia de los grandes lienzos históricos del neoclásico francés.

Si la madre del pobre grupo está petrificada por la angustia con un bebé en brazos, volvamos al siglo XVI y contemplemos la talla polícroma de Notre Dame de Grasse (de gracia), una virgen joven, ataviada ricamente, que mira en una dirección, mientras el niño lo hace hacia la opuesta. Dicen que simboliza la distribución de tareas entre la Virgen y Jesús, ambos atentos a todo lo que les pidan los cristianos de cualquier lado que las súplicas vengan.

Notre Dame de Grasse. s.XV.Les Augustins. Foto R.Puig.

Notre Dame de Grasse. s.XV.Les Augustins. Foto R.Puig.

Yo lo veo de otro modo. A mí me parece que la madre está cansada (puede que el niño haya dado bastante la tabarra e incluso tenga pis en los pañales) y está pidiendo que alguien se lo coja un ratito. Al fin y al cabo, estamos en plena época de un gótico permeado de realismo  y trufado de guiños familiares. Amén.

…………….

Pero, si de guiños se trata ¿qué me decís de este Herodes del siglo XII que ha perdido la cabeza y está haciéndole carantoñas a Salomé (lo que, como es notorio, hizo perder otra cabeza).

Herodes hace carantoñas a  Salomé. Sala de los capiteles. Les Augustins. Foto R.Puig.

Herodes hace carantoñas a Salomé. Sala de los capiteles. Les Augustins. Foto R.Puig.

Está en la fascinante sala de capiteles románicos.

Sala de los capiteles. Les Augustins. Foto R.Puig.

Sala de los capiteles románicos. Les Augustins. Foto R.Puig.

Se trata de un lugar repleto de mitología, de simbolismos y de bestiarios medievales.

Ángeles y obispos

En materia de cabezas cortadas no queda a la zaga el obispo cefaloforo (el que lleva en sus manos su propia cabeza)

Obispo cefaloforo. s. XV.Les Augustins. Foto R.Puig.

Obispo “cefaloforo”. s. XV.Les Augustins. Foto R.Puig.

ni en materia de símbolos el forzudo obispo que sostiene, doblado por su peso, el edificio de una iglesia que, potentado él, donó a su diócesis.

El obispo Tissendier donando la capilla de Rieux. s.XIV. Les Augustins. Foto R.Puig.

El obispo Tissendier donando la capilla de Rieux. s.XIV. Les Augustins. Foto R.Puig.

En reconocimiento a su munificencia lo esculpieron así, de acuerdo con una corriente iconográfica muy socorrida del medioevo, como vimos el verano pasado en Tréveris.

No quisiera aburriros. Pero es que los ángeles músicos son parte de mi safari fotográfico y de mis preferencias. Así que ahí van cuatro sin más comentarios.

Angel organista. s.XV. Les Augustins. Foto R.Puig.

Ángel organista. s.XV. Les Augustins. Foto R.Puig.

Angel trompetista. s.XV. Les Augustins. Foto R.Puig.

Ángel trompetista. s.XV. Les Augustins. Foto R.Puig.

Virgen y niño con angeles músicos. El angel arpista.s.XVI. Les Augustins. Foto R.Puig.

Virgen y niño con angeles músicos. El angel arpista.s.XVI. Les Augustins. Foto R.Puig.

Virgen y niño con angeles músicos. El angel organista.s.XVI. Les Augustins. Foto R.Puig.

Virgen y niño con ángeles músicos. El ángel organista.s.XVI. Les Augustins. Foto R.Puig.

¡Ah! ¡Y una angelical guitarrista de época más reciente!

Henri Van Gorp. Nina tocando una romanza. ss.XVIII a XIX. Romanza. Les Augustins. Foto R.Puig.

Henri Van Gorp. Nina tocando una romanza. ss.XVIII a XIX. Les Augustins. Foto R.Puig.

Pierre-Henri de Valenciennes

Andaba yo un poco triste pues, no encontraba obra de aquel ilustre paisajista de Toulouse que pintó sus mejores obras en Roma. Me refiero a mi admirado Pierre-Henri de Valenciennes (1750-1819) , de quien ya he tratado en este blog.

Estaba yo casi tan malhumorado como Marc Arcis (1655-1739) cuando modeló su autorretrato.

Autorretrato de buen humor de Marc Arcis. ss. XVII a XVIII. Les Augustins. Foto R.Puig.

Autorretrato de buen humor de Marc Arcis. ss. XVII a XVIII. Les Augustins. Foto R.Puig.

Y a mi desesperanza vino a contribuir una guardiana de la sala de pintura del XIX que, tras preguntarle, me dijo que no había nada de él en el principal museo de su ciudad natalicia. Así que mi sorpresa fue muy grata al encontrar cuatro lienzos del ilustre pintor nacido en Toulouse, autor de muchos paisaje de Roma y el Lazio, en la sala contigua.

Os dejo aquí testimonio de tres de ellos.

Dos paisajes romanos, donde la luz de la campiña me trae recuerdos.

Paisaje cerca de Roma. Pierre Henri de Valenciennes. Museo de Les Augustins. Foto R.Puig

Paisaje cerca de Roma. Pierre Henri de Valenciennes. Museo de Les Augustins. Foto R.Puig

Campiña romana. Pierre Henri de Valenciennes.s.XIX. Les Augustins. Foto R.Puig.

Campiña romana. Pierre Henri de Valenciennes.s.XIX. Les Augustins. Foto R.Puig.

Y un paisaje con anécdota histórica.

Ciceron descubre la tumba de Arquimedes. Pierre Henri de Valenciennes. 1787.Museo de Les Augustins. Foto R.Puig.

Cicerón descubre la tumba de Arquímedes. Pierre Henri de Valenciennes. 1787.Museo de Les Augustins. Foto R.Puig.

Es un placer volver de vez en cuando al Lazio, pues en aquellas luminosas tierras comencé este blog.

En el museo hay un cuadro inacabado de otro pintor francés de Roma, donde se aprecia el proceso minucioso de elaboración del lienzo.

Valle del Tiber. Nicolas Didier Boguet.ss.XVIII a XIX. Les Augustins. Foto R.Puig.

Valle del Tíber. Nicolas Didier Boguet.ss.XVIII a XIX. Les Augustins. Foto R.Puig.

Colofón

Una de las joyas del museo es un Rubens de 1635, un Cristo crucificado entre los ladrones que, como reza la cartela, debió de ser donado graciosamente (“envoi” del gobierno imperial en 1805) por la iglesia de los Capuchinos de Amberes a los ejércitos de Napoleón, como agradecimiento por su pacífica liberación de los territorios belgas.

Rubens. Cristo y los ladrones.1635.  Altar de los Capuchinos de Amberes. Botin imperial. 1805. Foto R.Puig..

Rubens. Cristo y los ladrones,1635 del altar de los Capuchinos de Amberes. Remesa del gobierno imperial en1805. En el museo desde el 2004. Foto R.Puig..

Ironía aparte, en realidad, el ocupante francés decretó la supresión de la orden de los Capuchinos en 1796 y entre 1803 y 1804 el convento y la iglesia de la orden en Amberes, que databan de fines del siglo XVI, fueron demolidos y substituidos por mansiones particulares.

De su altar mayor proviene este cuadro soberbio. Al respecto se me ocurren algunas cosas. Por ejemplo, que en Europa hemos tenido también nuestros talibanes y de eso no hace tanto. Sólo que los nuestros, a diferencia de los de hoy, también demolían pero se quedaban con las mejores piezas para especular en el mercado  del arte.  Por las vueltas que da la historia, el cuadro salió de un convento que la revolución demolió en Flandes y acabó en otro convento que la misma revolución confiscó en Toulouse. Lo que no ha variado es que Cristo sigue crucificado entre ladrones.

Sea como sea, hayan pensado o no los belgas en reclamarlo, el caso es que, testimonio del genio de Rubens, deslumbra hoy al visitante en la nave lateral izquierda de la iglesia del antiguo monasterio de los Agustinos de Toulouse. Unos frailes capuchinos lo encargaron y en el convento que fue de frailes agustinos se expone ahora por obra y gracia de la guerra. A quien la Diosa Razón se la dio, las Musas se la bendigan.

No voy a seguir hablando de otras obras señeras que el museo exhibe, legados de invasiones, requisiciones armadas y negocios de la familia Bonaparte y de sus generales en los países ocupados.

De todos modos, la verdad es que en Toulouse estas obras de arte están hoy bien aclimatadas y cuidadas.


Hierro y cristal en Småland: Entre Kalmar y su “Ironman” y Nybro en el “Glasriket” (“el reino del cristal”)

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Descanso en el camping de Nybro. Foto R.Puig.

Descanso en el camping de Nybro. Foto R.Puig.

 para Martin

De Kalmar ya hablamos el año pasado en este blog. Hemos vuelto con ocasión de su famoso y masivo triatlón Ironman Kalmar.  No es que yo sea un deportista eximio. En realidad es uno de mis hijos quien nos sorprendió un día al decirnos que se estaba entrenando para la prueba de triatlón de Kalmar.

Primera vuelta  a nado. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

Primera vuelta a nado. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

El Ironman de Kalmar 

Así que de nuestras reflexiones sobre el ne quid nimis del pasado domingo, el adagio que elogia la mesura, pasamos a desmentirnos con la narración de la desmesura deportiva. Al menos para quienes caeríamos fulminados si lo intentásemos.

Así es, si tenemos en cuenta que desde hace algunas décadas se junta en Kalmar una selecta multitud de apasionados deportistas (mil ochocientos y pico tomaron este año la salida) no para una maratón, no para competir en bicicleta, no para una prueba de natación. Todos ellos vienen a Kalmar de todos los continentes para lanzarse en masa a nadar 4 kilómetros en el mar y al salir del agua subirse a la bicicleta y  pedalear 180 kilómetros y, nada más dejar la bicicleta, ponerse a correr 42,2 kilómetros (distancia clásica de la famosa leyenda del soldado Filípides): http://ironmankalmar.com/

Todo ello alrededor de Kalmar y con la extensión de la prueba ciclística a la isla de Öland.

Ya falta poco para subirse a la bici. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

Ya falta poco para subirse a la bici. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

Martin comienza 180 kms de bicicleta. Ironman Kalmar. 2013

Comienzan 180 kms de bicicleta. Ironman Kalmar. Foto FinisherPix. 2013

La salida de los ciclistas. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

La salida de los ciclistas. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

Para amigos y familiares hay algo de ejercicio, al menos el de andar de aquí para allá para verlos pasar y localizar al pariente o al amigo cuando pasa.

De los participantes, sólo poco más de veinte son profesionales, los demás son amateurs con edades que oscilan entre los 18 y los 70 años, hombre y mujeres.

Reavituallamiento. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

Reavituallamiento. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

Seguir a los participantes y darles el refrigerio energético en el punto de reavituallamiento durante el recorrido ciclístico  se convierte también en una pequeña prueba deportiva para amigos y familiares. Pero el sol luce y el ambiente es a la fiesta.

La cosa  ha comenzado a las siete de la mañana cuando se han lanzado al agua. La meta cierra a las once de la noche para los últimos rezagados del maratón (a mi modo de ver los más admirables de todos) que llegan, aunque sea renqueando, en un ambiente de jolgorio generalizado. Algunos esforzados perseverantes cruzarán la meta caminando, tras casi dieciséis horas de superación personal.

En un intermedio de la espera, nos retiramos un rato para tumbarnos en la hierba del parque del castillo.

Parque del castillo. Kalmar.Foto R.Puig.

Parque del castillo. Kalmar.Foto R.Puig.

Las calles, los cafés, los restaurantes, los hoteles y hostales y los campings de Kalmar y de Öland están a rebosar. Durante todo el recorrido el público anima a los esforzados participantes. Hay música y hay ruido de tambores. El speaker se desgañita en el micrófono.

Corriendo que es gerundio. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

Corriendo que es gerundio. Ironman Kalmar 2013. Foto R.Puig

Hola familia. Esto esta chupado. Ironman Kalmar. Foto R.Puig.

¡Hola familia, esto es pan comido! Ironman Kalmar. Foto R.Puig.

Martin a pocos metros de la meta. Ironman Kalmar. 2013

A pocos metros de la meta. Ironman Kalmar. Foto FinisherPix.2013

Frente a la catedral de Kalmar está la meta de llegada entre las tribunas de los VIPS. Frente a su fachada termina la prueba. Los profesionales la concluirán con marcas de entre ocho y diez horas. Los amateurs con medias de entre once y catorce horas.

Martin atraviesa la meta. Ironman Kalmar. 2013

Atravesando la meta. Ironman Kalmar. Foto FinisherPix. 2013

Curiosidades de Kalmar

Catedral de Kalmar. Foto R.Puig.

Catedral de Kalmar. Foto R.Puig.

La catedral de Kalmar, barroca, una de las más grandes de Suecia.  Se proyectó con una enorme cúpula, y se concluyó sin ella a mediados del siglo XVII porque se agotó el presupuesto.

Al castillo, a pesar de su larga historia de añadidos y reformas, no parece faltarle nada para poder embrujarnos con su silueta.

El castillo de Kalmar al caer la tarde. Foto R.Puig.

El castillo de Kalmar al caer la tarde. Foto R.Puig.

En la plaza junto al hotel de los francmasones David sigue matando a Goliat, como símbolo de la liberación del dominio danés a cargo de las tropas de Gustav Vasa con el apoyo  decisivo del pueblo en su rebelión contra la corona de Dinamarca en 1523.

David mata a Goliat en el Vasamonument. Nils Sjogren. 1928. Kalmar. Foto R.Puig.

David mata a Goliat en el Vasamonument. Nils Sjogren. 1928. Kalmar. Foto R.Puig.

Pero, como ocurre a menudo (suena actual), el pueblo depone a un tirano para echarse encima otro. En definitiva, el resultado fue más bien  un “quítate tú para que me ponga yo”, porque  de aquella libertad que los bajorrelieves celebran no quedó nada cuando este rey se convirtió en un tirano explotador de los campesinos, a quien no le bastaba con los bienes eclesiásticos confiscados gracias a su oportuna conversión a la reforma luterana.

El pueblo se libera. Fuente monumental a la victoria de Gustav Vasa. Nils Sjogren. 1928. Kalmar. Foto R.Puig. (2)

El pueblo se libera.”Lo mejor es ser libres”. Fuente monumental a la victoria de Gustav Vasa. Nils Sjogren. 1928. Kalmar. Foto R.Puig. (2)

Cuando en 1542 los habitantes de la región de Småland se rebelaron contra el despótico monarca la represión fue pura y simplemente un genocidio. A los rebeldes se les empalaba al borde de los caminos.

http://www.verbalissimo.com/main/offers/inscriptions/europe/sweden/f_kalmar_vasa.htm#Commentaire

Puede que sea esa la razón por la que para leer la minúscula placa metálica que suponemos señala el nombre de Gustav Vasa y del autor de la obra, hay que remangarse los pantalones, quitarse los zapatos y meterse en el agua de la fuente. Cosa que no hice. En las páginas web que tratan oficialmente de Kalmar y de su fuente es imposible encontrar nada sobre el escultor y sobre la historia de la fuente y se ignora que la obra representa no a un guerrero sueco genérico sino al bíblico David y que el vencido no era danés sino filisteo.

La fuente monumental de la victoria de Gustav Vasa. Nils Sjogren. 1928. Kalmar. Foto R.Puig.

La fuente monumental de la victoria de Gustav Vasa. Nils Sjögren. 1928. Kalmar. Foto R.Puig.

El llamado Vasamonument lo realizó Nils Sjögren (1894-1952) en Roma en 1928, en bronce, durante el año que estuvo en Italia con una beca. Para su planta hexagonal, sus bajorrelieves y sus columnas centrales coronadas por una escultura se inspiró en las fuentes renacentistas italianas.

Había estudiado también en París con Antoine Bourdelle y fue contemporáneo de Carl Milles, aunque, a pesar de algunas similitudes, no  llegó a las audacias expresionistas de este su más famoso colega. En Suecia Nils Sjögren es famoso por las fuentes monumentales que le recuerdan en varias ciudades.

Nybro y Pukeberg

En el bosque de Nybro. Foto R.Puig.

En el bosque de Nybro. Foto R.Puig.

Nos tomamos un descanso en Nybro. Paseamos por los alrededores del camping donde nos alojamos en una pequeña stuga.  Este camping es recomendable por su paisaje y su calma, aunque no por su limpieza (parece que a partir de mediados de agosto la administración está con ánimos de apaga y vámonos).

En el camping de Nybro. Foto R.Puig.

En el camping de Nybro. Foto R.Puig.

Reparando para el invierno en Nybro. Foto R.Puig.

Reparando para el invierno en Nybro. Foto R.Puig.

Vivienda tradicional sueca en Nybro. Foto R.Puig.

Vivienda tradicional sueca en Nybro. Foto R.Puig.

Deambulamos entre las  casas tradicionales del barrio adyacente.

Y finalmente visitamos la antigua fábrica de lámpara de cristal de Pukeberg donde aún trabajan algunos diseñadores y artesanos del cristal sueco.

La vieja fábrica de lámparas de cristal en Nybro. Foto R.Puig.

La vieja fábrica de lámparas de cristal en Nybro. Foto R.Puig.

Nave de la vieja fábrica de lámparas de cristal. Nybro. Foto R.Puig.

Nave de la vieja fábrica de lámparas de cristal. Nybro. Foto R.Puig.

Nave de la vieja fabrica de lamparas de cristal en Nybro. Foto R.Puig.

Nave de la vieja fábrica de lámparas de cristal en Nybro. Foto R.Puig.

Tras la reciente quiebra de Orrefors aún subsiste la fábrica de Kosta. Pero la fabricación de las famosas piezas de cristal parece irse reduciendo a pequeñas empresas o al trabajo de los artistas autónomos del Glasriket (el reino del cristal), amplia comarca de la región de Småland sembrada de talleres por todos sus pueblos:

http://www.glasriket.se/en/Glassworks/

En toda esta zona se puede ver también a los artesanos trabajando el cristal

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=j_BIiFQ0LtU

Y en algunos sitios, como en Kosta, te invitan a soplar el vidrio.

Pero se nota otro tipo de soplo, el de un vientecillo fresco; así que con el presentimiento del otoño nos despedimos de Småland.

El otoño ya se anuncia en Nybro. Foto R.Puig.

El otoño ya se anuncia en Nybro. Foto R.Puig.


Convergencias de arte y literatura: Francis Bacon y Thomas Bernhard. La compasión despiadada

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Francis Bacon. Triptico Mayo Junio 1973. Detalle. Coleccion particular.

Francis Bacon. Tríptico Mayo Junio 1973. Detalle. Coleccion particular.

Dedicado a José Manuel Álvarez Enjuto, profesor de la Facultad de Bellas Artes de Altea y responsable del Área de Estética y Teoría de las Artes

Hace más de veinte años y durante bastantes fui haciendo acopio de las obras de Thomas Bernhard, en ediciones en francés y en castellano. Exploré su universo mental y sus obsesiones, expresión de una parte del alma, la de la desesperanza y el agobio de aquellos a quienes la vida o la literatura sitúan en contextos opresivos. La lectura del austriaco me atrapaba y, una vez dentro de una obra suya, necesitaba agotarla para poder separarme de ella.

Por esa misma época había descubierto la pintura de Francis Bacon. Con motivo de mis viajes, visitaba cualquier exposición suya que se me pusiera a tiro y coleccioné catálogos de las mismas y obras monográficas que tratasen de su obra. El resultado es una estantería muy nutrida de volúmenes dedicados a su obra, ideas y técnica, entre las que destacan las nueve entrevistas que concedió a David Sylvester desde los años sesenta hasta pocos antes de su muerte.

Paulatinamente, al tiempo que leía las obras de Bernhard y analizaba la pintura del irlandés, di en pensar que entre ambos, más allá de las distancias temporales y geográficas y de que nunca se encontraron, había notables afinidades creativas. Había algo que les hermanaba. No en la similitud de sus personas, pues fueron bien diferentes, sino en la sensibilidad que mostraron para captar las angustias y distorsiones de las vidas de los europeos de su tiempo, la opresión emocional y moral que por un motivo u otro había cubierto la vida de muchos y en cierto modo había desencadenado las  propias tensiones expresivas del escritor y del pintor.

Tomas Bernhard.

Thomas Bernhard.

Francis Bacon del Catalogo de la exposición del Centro Pompidou en 1996.

Francis Bacon del Catalogo de la exposición del Centro Pompidou en 1996

Sus acentos eran diferentes pero la atmósfera de sus obras era similar.

Me propuse escribir algo largo al respecto e iniciar un proyecto sobre esas “vidas paralelas” pero con el tiempo he ido aparcando la empresa y sé que no verá la luz.

Por eso, hoy, en el blog, extraigo algunos textos de Thomas Bernhard y los acompaño de obras de Francis Bacon. Las afinidades me parecen profundas. Puede que alguien acabe trabajando sobre ello.

Si he de resumir la distante convergencia de ambos, me parece que lo que les aúna es su inmisericorde compasión en la descripción del ser humano.

 

De las obras de Thomas Bernhard

Todos nos extinguimos siempre, pero lo vemos en los menos, porque no queremos verlo o porque sencillamente no nos tomamos el trabajo de verlo, pero de hecho yo siempre he visto extinguirse a Koller. Extinguirse solo, y finalmente abandonado

Thomas BernhardLos comebarato (Die Billigesser), traducción de Carlos Fortea, Cátedra, 1989

Francis Bacon. Cabeza. 1948. Coleccion Richard S.Zeisler. N.Y.

Francis Bacon. Cabeza. 1948. Coleccion Richard S.Zeisler. N.Y.

En los últimos meses se han matado tres antiguos compañeros de estudios, que fueron mis amigos y me acompañaron casi toda la vida con su arte y que, realmente, hicieron posible incluso mi propia existencia.

Los tres tuvieron que sustraerse a la vida por desesperación, al ver que el mundo no tenía órganos de percepción ni capacidad de percepción que correspondieran a ellos y sus artes y sus ciencias

Los sustraídos, en El imitador de voces (Der stimmemimitator), traducción de Miguel Saénz. Alfaguara, 1985.

Francis Bacon. Dos figuras en la cama con asistentes. Triptico. 1968.Panel central. Coleccion particular.

Francis Bacon. Dos figuras en la cama con asistentes. Tríptico. 1968.Panel central. Colección particular.

Nos asombramos de vivir aún… de existir aún, de atrevernos a existir otra vez, de no haber desaparecido con nuestros padres, eliminados del mundo… sin entender todavía la transformación… Habíamos estado dispuestos a morir…

Yo era un número monstruoso de existencias, un número monstruoso de ‘posibilidades’ de existencia devastadoras y que lo significaban todo… las que andaban y las que parecían andar, brincaban, saltaban, se quedaban fulminantemente quietas, medio locas… fui todas las existencias existentes juntas, fui…

Amras, en Relatos, traducción de Miguel Saénz. Alianza Editorial, 1987

Francis Bacon. Pintura 1946. MOMA Nueva York.

Francis Bacon. Pintura. 1946. MOMA Nueva York.

Y decimos tranquilamente ‘pensar’ cuando no se trata de pensar, y decimos tranquilamente ‘entendimiento’ cuando no puede tratarse en absoluto de entendimiento, y decimos tranquilamente que se trata de todos los ‘conceptos’ de los que no puede tratarse en absoluto. Sólo por el hecho de que calificamos las acciones y las cosas como acciones y cosas que esas acciones y cosas no son en absoluto porque no pueden ser en absoluto esas acciones y cosas, avanzamos, sólo por ello, dice Oehler, resulta algo posible, y por consiguiente todo resulta posible.

Andar (Gehen),en Relatos, traducción de Miguel Saénz. Alianza Editorial, 1987.

Curiosamente, tras haber percibido estas afinidades, leí algo que Miguel Saénz , el principal y más conocido traductor de Bernhard al castellano, había escrito en su biografía del escritor.

Mi intuición no parecía descaminada:

Sólo había un pintor al que Bernhard consideraba su contemporáneo, que parece evocar en algunas escenas de Helada y al que cita expresamente en La Calera: Francis Bacon

Miguel Sáenz, Thomas Bernhard. Una biografía. Madrid, Ediciones Siruela, 1996

Los textos de Helada en que Bernhard retrata a un pintor obsesivo son elocuentes. A continuación presento una breve selección.

Hoy me ha explicado cómo, durante cuatro meses, había probado a pintar una mano. Después, pasados esos cuatro meses, había quemado el cuadro

‘El cuadro no era malo, pero la mano no la había conseguido. Por otra parte, desde entonces, pinto de forma muy diferente. Contrariamente a otros pintores que necesitan locales claros, yo sólo podía pintar en habitaciones oscurecidas. Es necesario que haya sombra, sólo entonces puedo pintar. En la obscuridad total. Ni la menor traza de luz debe penetrar. Pero ahora no pinto más’

Antes de comenzar un cuadro, deambulaba días enteros por la ciudad, de café en café, de barrio en barrio, a veces, pasaba las horas viajando en trolebús, en tranvía o en autobús, de un término al otro.

Francis Bacon. Tríptico Mayo Junio 1973. Detalle. Colección particular.

Francis Bacon. Tríptico Mayo Junio 1973. Detalle. Colección particular.

‘A veces me reposaba en algún wáter público, dice, y en ese lugar me cambiaba. Me cambiaba tres o cuatro veces al día, llevaba siempre en mi saco tres o cuatro ropas diferentes, para poder cambiarme a cualquier hora. Pasaba tardes enteras en las estaciones mirando pasar hombres y trenes. Las estaciones, y sobre todo las viejas estaciones espantosas han ocupado, para mí, un espacio importante de mi vida, desde mi infancia’

Después, regresaba, cogía el ascensor y subía al estudio, directamente, al corazón de las tinieblas. Mientras pintaba, sólo él podía ver su cuadro, puesto que estaba en sombras. Antes de comenzar desconectaba el timbre, cerraba todo, se desvestía quitándose incluso la camisa

Francis Bacon. Triptico. 1983. Galería Marlborough..

Francis Bacon. Tríptico. 1983. Galería Marlborough..

‘Poco a poco, solamente, me daba cuenta, dice, que no lo había logrado. Que una vez más, no había sido más que un ensayo de algo que me había tratado como a un perro, ¡que no era nada, nada, tres veces nada!’

‘Mis cuadros siempre han tenido críticas favorables, salvo la mía, dice. En el fondo, nadie tiene verdaderamente sentido crítico, y hoy en día las gentes que se ocupan de las artes están desprovistas de sentido crítico más que no importa qué época. ¿Será que yo estaba irritado por la falta de sentido crítico de los críticos y que por este motivo no he llegado nunca a ser un buen pintor?’

‘los artistas son los hijos y las hijas de lo odioso, de la impudencia original, son las archi-hijas y los archi-hijos de la lubricidad, los artistas, los pintores, los escritores, los músicos son sobre esta tierra seres obligados al onanismo, son esos centros repugnantes de crispación, esas periferias  de absceso, esas cohortes de procesos purulentos… Quisiera precisar incluso: los artistas son los grandes vomitivos de nuestra época, han sido los mayores, los más importantes vomitivos’

Francis Bacon. Estudio de cuerpo humano. 1949. National Gallery of Victoria, Melbourne

Francis Bacon. Estudio de cuerpo humano. 1949. National Gallery of Victoria, Melbourne.

‘¡Ah! Mire, las noches son mi martirio, las acorto observando mi cuerpo: me siento ante el espejo y me contemplo. No se puede, desde luego, rumiar y tragar pensamientos calificados como sublimes. Ahora me limito a largas sesiones de contemplación. Es la única satisfacción que me queda, eso calma el dolor, la cabeza no se rebela, el calor y la excitación se mantienen estacionarios. Así es como consigo atravesar la noche hasta el final, hasta el final de esta horrible desesperanza que aparece sobre los muros que araño con mis dedos’

Gel, traducción de Josée Turk-Meyer y Boris Simon, Gallimard, 1967,(la versión a partir de esta edición francesa de Frost es mía)

De las palabras de Francis Bacon

Finalmente, pienso que vale la pena escuchar algo de las extensas explicaciones de Francis Bacon sobre su obra. Son extractos de las dos últimas entrevistas, de las nueve que concedió a lo largo de veinte años de su carrera al crítico David Sylvester.

De la octava entrevista (1982-1984)

Van Gogh habla de la necesidad de introducir cambios en la realidad que pueden ser mentiras más verdaderas que la verdad literal. Es el único medio que tiene el pintor para restituir la intensidad de la realidad que trata de captar. Creo que en el arte la realidad es algo profundamente artificial que ha de ser recreado.

Para pintar un retrato hay que encontrar una técnica que sea la adecuada para presentar todas las pulsiones de una persona

….

El pintor debe reinventar el realismo. Con su inventiva debe empujar el realismo en dirección del sistema nervioso, porque el realismo natural no existe ya en la pintura de hoy en día.

Se desea algo nuevo. No un realismo ilustrativo, sino un realismo de la  invención real de una nueva forma de encerrar la realidad en algo completamente arbitrario.

Francis Bacon. Tríptico. 1983. Galería Marlborough.

Francis Bacon. Tríptico. 1983. Galería Marlborough.

Francis Bacon. Tríptico. 1983. Galería Marlborough.

Francis Bacon. Tríptico. 1983. Galería Marlborough.

Francis Bacon. Tres estudios para una crucifixión. Detalle. Tríptico 1962. Guggengehim Museum N.Y.

Francis Bacon. Tres estudios para una crucifixión. Detalle. Tríptico 1962. Guggengehim Museum N.Y.

Francis Bacon. Estudio de cuerpo humano. 1949. National Gallery of Victoria, Melbourne.

Francis Bacon. Estudio de cuerpo humano. 1949. National Gallery of Victoria, Melbourne.

Francis Bacon. Tres figuras en la cama. Tríptico 1972. Panel central Colección particular.

Francis Bacon. Tres figuras en la cama. Tríptico 1972. Panel central. Colección particular.

De la novena entrevista (1984.1986)

Me siento en casa dentro del caos, porque el caos me sugiere imágenes. En todo caso, adoro vivir en el caos. Si necesitase partir, irme a un nuevo lugar, en una semana ese sitio se habría convertido en un caos. Me gusta que los objetos estén limpios, no me gustan los platos ni las cosas grasientas, sucias, pero me gusta la atmósfera caótica.

….

La mayoría de las gentes quieren retratos halagadores. Ocurre algo extraño a propósito de los retratos: se trata de gente que tienen una idea preconcebida de a qué se parecen o a lo que quisieran parecerse. Si (al retratarles) te apartas de eso, no les gusta. Y, por añadidura, me gusta retratar a gentes que me gustan, que me gustan como personas, que tienen una apariencia que me gusta. Me sería muy difícil pintar a gente que no me gusta. Creo que podría sacar su caricatura, más caricaturescas incluso de lo que tengo por costumbre.

Francis Bacon. Estudio de retrato. 1949. Museo de Arte Contemporaneo. Chicago.

Francis Bacon. Estudio de retrato. 1949. Museo de Arte Contemporáneo. Chicago.

Hace falta encontrar temas que te absorban lo suficiente como para que trates de llevarlos a buen término. Pienso que la falta de tema te hace caer automáticamente en la decoración, porque te falta ese tema que te roe interiormente tratando de salir a la superficie, y que el arte más grande te devuelve siempre a la vulnerabilidad de la condición humana.

Francis Bacon.  Autorretrato. Detalle. Coleccin particular.

Francis Bacon. Autorretrato. Detalle. Colección particular.

Francis Bacon. Autorretrato 1969. Coleccion particular.

Francis Bacon. Autorretrato 1969. Colección particular.

Francis Bacon. Estudio de Inocencio X segun Velazquez. Detalle. 1953. Des Moines Art Center.

Francis Bacon. Estudio de Inocencio X según Velázquez. Detalle. 1953. Des Moines Art Center.

Postrimerías

Sylvester: ¿No piensa que cualquier cristiano creyente que supiese que va a ser condenado no preferiría carecer de un alma inmortal en vez de vivir un tormento eterno?

Bacon: No, no lo creo. Pienso que la gente está tan atada a su ego que prefiere el tormento eterno  a la simple vuelta a la nada.

Sylvester: ¿Preferiría el tormento?

Bacon: Sí, lo preferiría, porque si estuviese en el infierno, siempre pensaría tener una oportunidad de evasión. Estaría siempre seguro de ser capaz de escaparme.

David Sylvester, Entretiens avec Francis Bacon, introduction de Michel Leiris, Paris, Skira, 1995

(la versión al castellano es mía)

Francis Bacon. Figura en movimiento. 1985. Coleecion particular.

Francis Bacon. Figura en movimiento. 1985. Colección particular.


En setiembre ¡al cole con Nicolás!

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Los recreos del pequeño Nicolás. Rene Goscinny y Jean Jacques Sempe. Ed. Alfaguara 1979

Los recreos del pequeño Nicolás. Rene Goscinny y Jean Jacques Sempé. Ed. Alfaguara 1979

Para Alba y Nahuel en su comienzo de curso

Hace unos días ordenaba yo los libros que mis hijos leían de pequeños, con la idea de que puedan aprovechar a mis nietos,  ¡y hete aquí que aparecen las obritas de René Goscinny (París 1926-1977), ilustradas por el inefable Jean-Jacques Sempé (Burdeos 1932), con las peripecias de “el pequeño Nicolás”. Las publicaron entre 1955 y 1964.

A España comenzaron a llegar en los años setenta y ochenta, a partir de las ediciones de la editorial Denoël, de la mano de la editorial Alfaguara, traducidas por Esther Benítez (1937-2001).

Pero no hay que confundirse, no se trata del también pequeño Nicolás Sarkozy, quien nació igualmente  en 1955, justo cuando Goscinny (francés y judío, de padre polaco y madre ucraniana, nacido en París en 1926 y trotamundos) comenzaba con sus historietas. El Nicolás protagonista de sus obras debía de andar por los diez años, o así más o menos me lo parece a mí en los dibujos de suave humorismo de su amigo Sempé.

De la pluma de Goscinny brotarían más tarde Asterix y Obelix, los héroes galos por excelencia, aunque creados por un cosmopolita que catapultó al comic franco-belga a la escena global. Pero esa es otra historia.

Los recreos del pequeño Nicolás

Retornamos al tema de hoy: la vuelta al cole. Y del colegio lo mejor de todo son la variedad de sus alumnos y las ocurrencias que a los chavales se les ocurren, como las cuenta el pequeño Nicolás, recogidas e ilustradas por la mirada amable de dos humoristas.

Para empezar el día, a un niño a quien se le ha regalado un reloj (en especial en aquellos años de la posguerra) el objeto le fascina, sobre todo cuando su esfera tiene cifras fosforescentes y el dulce infante desea ayudar a su papá a despertarse para que no llegue tarde a la oficina.

¡Papa, que llegas tarde! Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

¡Papa, que llegas tarde! Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

Gracias a Nicolás, la familia será puntual y él podrá llegar a tiempo a su clase y, también, a los dramas del aula. Como, por ejemplo, la expulsión del colegio de Alcestes, ese alumno pesadilla que ha ofendido a “el Caldo” (el profesor que más interesa a sus alumnos).

Alcestes expulsado de la clase. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

Alcestes expulsado de la clase. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

Pero todo acaba bien, cuando el director se apiada y lo readmite para que no corra “el riesgo de ser un ignorante y acabar en la cárcel”.

Una actividad muy educativa es el desfile, en orden y concierto bajo la dirección… ¡del Caldo!

Desfilando tras 'el Caldo'Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979.

Desfilando tras ‘el Caldo’Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979.

Una vez al año hay otro tipo de desfile: el examen médico… De cuyo final comenta Nicolás:

 “Cuando nos marchamos, el médico estaba en el extremo de la mesa, sin decir nada y lanzando grandes suspiros. La señora de blanco le llevaba un vaso de agua y unas píldoras, y el médico dibujaba revólveres.

¡Este médico está loco!”

El examen médico. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

El examen médico. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

Hay actividades para-escolares memorables,

como las deportivas…

Fútbol bajo el aguacero. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

Fútbol bajo el aguacero. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

o la visita a museos…

En el museo. Goscinny y Sempé .Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

En el museo. Goscinny y Sempé .Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

ambas muy adecuadas para la formación de la sensibilidad infantil

Los alumnos en el museo. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

Los alumnos en el museo. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

La vida doméstica

Ya hemos visto como un niño puede ayudar a que papá llegué a tiempo a su trabajo.

Pero es igualmente importante que el niño sepa reconocer sus desaguisados y obtener el perdón comprensivo de sus progenitores.

El jarrón rosa del salon. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

El jarrón rosa del salón. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

Y algo especialmente encomiable, desde la más tierna infancia, es mostrar interés por la naturaleza

Captura de King, el renacuajo. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

Captura de King, el renacuajo. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

y, sobre todo, obsequiar a mamá con el resultado de nuestras precoces investigaciones de naturalista.

Mamá, te presento a King. Goscinny y Sempé.Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

Mamá, te presento a King. Goscinny y Sempé. Los recreos del pequeño Nicolás. Ed. Alfaguara 1979

¡Qué tiempos aquellos!

En definitiva ¡cuántas cosas echamos de menos de nuestra época de colegiales!

¿No es cierto?

Añorados dulces patios de mi colegio. Los recreos del pequeño Nicolas. Goscinny y Sempé. Ed. Alfaguara 1979

Añorados dulces patios de mi colegio. Los recreos del pequeño Nicolás. Goscinny y Sempé. Ed. Alfaguara 1979


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