Para Eva Martí
Tierras habitadas desde antiguo son estas de la isla de Tjörn, como ya comentaba el domingo pasado.
Es un placer para la vista el recorrido que lleva a Pilane, a partir del puente que por Stenungsund une la isla a la autopista que sube hacia Oslo. Si además luce un sol esplendoroso la expectativa de un paseo sobre estos roquedales, entre esculturas integradas en el paisaje, esponja el alma.
Todos los años un grupo de reconocidos artistas eligen aquí los emplazamientos para sus esculturas, algunas expresamente concebidas para el sitio. Son ocho este año, por lo que he pensado que era mejor tratar primero de las obras de las escultoras, empezando por dos de ellas. El domingo próximo presentaremos las de sus otras dos colegas, para luego continuar con los varones.
Algunos artistas ya han expuesto aquí e incluso dos obras estaban ya en Pilane el año pasado, aunque en un emplazamiento diferente.
Una de ellas es “Earth” (Tierra).
Ida Koitila
Entrando en el sitio web de Ida Koitila se aprecia su variado recorrido desde la experimentación con formas de materiales frágiles y en pequeña dimensión, hasta esta escultura en bronce de 120 cm que se codea al aire libre con las rocas de granito.
Es una escultora sueco-finlandesa extremadamente concienzuda, que practica un arte conceptual teñido de analogías, y de una exquisita calidad técnica, atreviéndose con todo tipo de materiales.
Nosotros seguimos subiendo y bajando por los senderos de Pilane, entre praderas y rocas, ovejas, arbustos y cardos.
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Laura Ford
Esta escultora británica, galesa para más señas, es una habitual de Pilane, maestra del trabajo en bronce, aficionada a personajes de fábula o salidos de su exuberante imaginario en el que abundan las ensoñaciones infantiles. Ya vimos sus gemebundas silenciosas el domingo pasado, por lo que traemos de ellas algunos detalles.
No se sabe qué admirar más, si el modelado de las figuras o el trabajo de vaciado, fundición y patinado del bronce. Para estas obras ha elegido un lugar arbolado y sombreado y una roca, que parecen que las estuvieran esperando.
En esta edición hay tres creaciones más de la misma artista donde insiste en sus temas favoritos, los personajes infantiles y los animales.
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Las bailarinas atrapadas
Estas bailarinas de minué parecen talladas como pinochos femeninas que ensayan pasos de baile, de modo que sus faldas de anticuadas presumidas se despliegan y flotan a pesar de estar ligadas a la tierra.
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Los caniches Waldegrave
Y del cuento a la sátira…
Cuando Sir Joshua Reynolds en 1780 retrató a las hermanas Waldegrave (The Ladies Waldegrave) no pudo imaginar que Laura Ford les encontraría un aspecto de caniches…
y que esculpiría a costa del venerado pintor, académico y aristócrata británico, sus “preciosas ridículas”.
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La hiena con un collarín
La cuarta escultura que la artista ha traído este año a Pilane no desmerece de la intención bufa de las anteriores.
Pero no las tengo todas conmigo. En principio se diría que el coche en donde viajaba la hiena ha sufrido un encontronazo por detrás y sus vértebras cervicales han sufrido daños, por lo cual el veterinario le ha prescrito un collarín…
Pues bien, Doña Laura, permítame que sospeche que su hiena estaba perfectamente sana antes de otro tipo de accidente, uno de los que pueden ocurrir en el proceso de modelado o vaciado, si es que no en un momento posterior. Como resultado, la cabeza se habría separado del tronco, requiriendo una intervención urgente y la implantación de un collarín con cierto aire de esparadrapo…
En todo caso, el sentido del humor de sus creaciones estaría no sólo a salvo sino acentuado.
El próximo domingo continuaremos el paseo.